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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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viernes, 14 de abril de 2017

BLAS DE LEZO y Cartagena de Indias

El 13 y 20 de octubre de 2014 publiqué en “El diario de hoy” los dos arts. que aparecen abajo, con la escasez de espacio que tenía lo resumí lo mejor que pude, agregando ahora un par de párrafos tomados de la red y una nota breve al final.

Blas de Lezo contempla la victoria, la armada enemiga se va...

Le llamaban “medio hombre” pero por sus propios medios fue capaz de humillar a la flota más poderosa de su tiempo. Sin embargo no ha sido hasta hace poco tiempo que Blas de Lezo, marino guipuzcoano, ha sido recordado: biografías, exposiciones e incluso la propuesta de un monumento en su recuerdo le han traído de vuelta.
Pero antes de contaros qué hizo para pasar a la historia os vamos a contar a grandes rasgos su biografía temprana: nació en 1689 en el hogar una familia marinera. Hace sus estudios en Francia y, con apenas 12 años, se enrola en la armada francesa que defendería al pretendiente francés al trono español durante la cruenta Guerra de Sucesión. En los catorce años que duró la guerra perdería el ojo izquierdo, la pierna izquierda y su brazo derecho quedaría inútil. De ahí el sobrenombre que hemos citado al principio.


BATALLA DE
CARTAGENA

                                                            Roberto López-Geissmann

AQUÍ ESPAÑA DERROTÓ A INGLATERRA Y SUS COLONIAS. Cartagena de Indias, Marzo de 1741”. Placa que colombianos y españoles colocaron en una muralla de Cartagena en el 2009.

    Acotemos que en estas crónicas resumidas sobre acciones heroicas guerreras no estamos tomando parte desde un punto de vista ideológico en función de los pueblos involucrados. En este caso el heroísmo inglés tendrá su momento de señalar acciones de este tipo. El espacio nos impide mayores precisiones.
Contexto: En 1739 Inglaterra declara la guerra a España. Jorge II se propone la conquista de las colonias de España en América, forma la mayor flota de la historia –hasta el desembarco de Normandía –nombrando al mando de la misma al Vicealmirante Edward Vernon. Se consideró atacar primero a la importantísima ciudad de Cartagena  de  Indias (Colombia) por su importancia estratégica, constituyendo la puerta para el resto del continente. El responsable de la defensa de la plaza era el avezado marino, ya de 54 años, Blas de Lezo –había perdido en previas batallas una pierna, un ojo y un brazo.

En la plaza de Colón, Madrid

Composición de fuerzas: Los españoles contaban con algo menos de 3000 hombres y unos cientos de indios macheteros; con seis barcos. Los ingleses eran 25000, mas 4000 americanos comandados por el hermanastro de George Washington, en alrededor de 190 embarcaciones con más de 2000 cañones.
La batalla comienza a mediados de marzo y terminará en la segunda mitad de mayo de 1741. Pese a las fuerzas abrumadoras de los ingleses, los españoles tenían las ventajas de unas defensas arquitectónicas formidables, en variados fuertes (aunque al final la resistencia principal fue en el Castillo de San Felipe); además la Inteligencia española había penetrado hasta la Corte misma del enemigo y al Estado Mayor de Vernon, conociendo así de antemano sus tácticas y estrategias; finalmente la moral de los hispánicos era inmejorable, alentada por el líder y gran estratega, que pese a ser lisiado solía estar en primera línea.
    El cañoneo inglés es implacable, llega a durar semanas a un ritmo de 62 cañonazos por hora. Lentamente y con enormes pérdidas van avanzando los ingleses, tomando plazas a un coste tremendo, el que nunca calcularon. Así, los 10.000 expedicionarios del Imperio Británico que desembarcan en un comienzo se topan con un sistema defensivo y una agresividad inesperada, el paseo se vuelve pesadilla. Un ejemplo, en el Castillo de  San Felipe, citamos “Blas de Lezo  tomó tres decisiones que fueron decisivas para el desenlace final de la batalla. Mandó  excavar un foso en torno al castillo para que las escalas inglesas se quedasen cortas al intentar tomarlo. Ordenó cavar una trinchera en zigzag, evitando que los cañones ingleses se acercasen demasiado. Les envió dos “desertores” que engañaron y llevaron a la tropa inglesa hasta un flanco de la muralla bien protegido, donde serían masacrados sin piedad”. Sigue.


BLAS DE LEZO
                                                                           Roberto López-Geissmann

Cuando Vernon envío misiva a Lezo, diciéndole que se retiraba a Jamaica, pero que regresaría, Lezo contestó: “Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque esta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres.”


    Mencionamos la batalla de Cartagena  de Indias, en que la flota más grande hasta entonces, comandada por el Almirante Vernon, pretendía abrir la entrada para apoderarse de todas las colonias españolas. A sus 190 barcos y casi 30.000 hombres se le oponían sólo seis y menos de 3000 guerreros al mando del quizá más grande marino de guerra de la historia española: Blas de Lezo. No podemos repetir, sigue el combate.

Resultados -  Después de una larga y carísima campaña (en bajas inglesas) y luego del desastre del intento de tomar el Castillo de San Felipe de Barajas, en que las escaleras no alcanzaban por la altura, el equipo los retrasaba y finalmente el ataque feroz de unos cientos de hombres hispánicos que incluso a bayonetas hicieron una masacre… al fin decide Vernon retirarse en sus “barcos hospitales” con tantos heridos. Las cifras fueron: MUERTOS ingleses: 9500 – españoles 800. HERIDOS ingleses 7500 – españoles 1200. BAJAS TOTALES inglesas: 17.000 y españolas: 2000. Con una ventaja original de diez a uno y habiendo perdido Inglaterra la mitad de sus hombres (España los 2/3), no se atrevió a continuar el asedio con ya sólo 1000 españoles al frente, incluso aumentando su ventaja de 1-15. El costo era insufrible-humillante.

La gran anécdota: Casi al comienzo de la campaña, el orgulloso Vernon mandó más de un comunicado al rey inglés indicándole su absoluta victoria, derrotando a Blas de Lezo y apoderándose de Cartagena. Por lo que Jorge II ordenó  fuegos artificiales desde la torre de Londres, vuelo de campanas, y que “se elaboraran medallas conmemorativas de la supuesta victoria. En las medallas se representaba a un Blas de Lezo, entero y completo con dos brazos, dos piernas, arrodillado ante Vernon”. Con leyendas de “orgullo español humillado”, lo que les regresó como exacto bumerang de justicia poética. El rey inglés ordenó a los historiadores que no escribieran sobre esta batalla, logrando ocultarla bastante. Inglaterra desistió de más ataques y tuvo que pasar casi un siglo para que España perdiera su preponderancia.

La reciente anécdota: En las celebraciones de los 200 años de la batalla de Trafalgar, los ingleses invitaron a varias fuerzas navales; los comandantes de los buques participantes debían dar una charla sobre el origen del nombre de sus naves ¿a cuál navío envió España? Al Blas de Lezo –que en honor al héroe siempre debe haber una nave de guerra con su nombre –y su capitán dio a conocer estas hazañas.





Hasta aquí los arts. Pero he querido reproducir una frase del héroe en comento, la cual creo que compartirán in extremis nuestros queridos argentinos








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