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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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domingo, 28 de junio de 2020

SOBRE DIABLOS, POETAS Y TRASCENDENCIA. -Hace años en Managua.


SOBRE DIABLOS, POETAS Y TRASCENDENCIA

Inspiraciones de Roberto López-Geissmann en Managua- 6/octubre/1989

LOS DIABLOS DEL CIELO
Tiene que haber de todo…
el infierno está lleno de
ángeles caídos.
En el cielo debe haber…
demonios del paraíso.
Esos exactamente…
¡debemos ser nosotros!
TRASCENDENCIA
El tropel de los caballos de viento
te trae recuerdos del futuro,
que asirán tu valor y tu nervio
impulsando tú regreso al pasado.

Para así, con la fuerza de antes
y con la seguridad del sino
surcarás la sombra del Sol
¡girando y sobregirando!
¡Venciendo!
Y cuando de tu derrota final
extraigas la victoria
estarás ya nuevamente
¡girando y contragirando!
¡Trascendiendo!

POETA EN CÚSPIDE
El viejo poeta
incomprendido pero triunfador,
buscador de indigenismos
y otrora nacionalista…
pero hoy soba levas de izquierda solapado.
Católico tradicional desencantado
y acentuador de actuales populismos.
Reverenciante de prostitutas y tejedor de
Daríos pintados, de hojas verdes de plátano
y de maderas de canoas asesinas.

Poethombre sensible y ambicioso,
reflejo de un sentido histórico vampiro
que chupa el valor del humano
con la promesa de fama, que si bien cumplirá
ha de pagarse con la entrega de su alma eterna,
y con la censura del decir profundo
abortando sensibilidades sociales
en el altar de coyunturas sociológicas.

martes, 23 de junio de 2020

SIN ODIO, CON PASIÓN Y POR AMOR. Miniensayo motivacional


SIN ODIO, CON PASIÓN
Y POR AMOR

Especial para Arcisterio de Roberto López-Geissmann

   En esta vorágine de opiniones culturales, guerreras, filosóficas y políticas, las siguientes ideas probablemente le van a parecer a varios como fuera de orden, místicas o emocionales, tal vez propias de disquisiciones espirituales para otros e incluso impropias de lo que nos pasa.
   Pero estoy convencido que no es así. Trato en las siguientes líneas de contactar con uno de los factores más profundos de nuestro Ser humano –complejo físico espiritual de muchas y ricas facetas –buscando conectar con sentimientos y estados mentales indescriptibles racionalmente.

SIN ODIO

   El odio es el sentimiento negativo que origina las peores pasiones, desconectándose de la razón y sobre todo de las variantes que son la más rica herencia del ser humano, nos referimos al Amor, del que derivan la generosidad, la solidaridad, la concepción misma de una comunidad que rechaza el egoísmo como sistema y que busca –aceptando lo imposible de la perfección –la perfectibilidad, el desarrollo social, aceptando la ciencia con humildad y aprendiendo de la historia con honradez, sin manipularla a mi antojo, que busca superarse colaborando y no atacándonos y que, finalmente considera la esencia humana prevista de un componente superior a la mera animalidad, sin importar su propio sentido de religarse con lo sagrado.
   De esto no resulta un sentido de pacifismo ingenuo y pazguato, del tipo que lleno de amor se mete a la jaula del tigre porque lo ama y cree que no lo va a agredir… dejemos al pobre destrozado por una fuerza de la naturaleza y vamos a considerar que, si tenemos que enfrentarnos con una fiera peligrosa no le cantaremos hosannas sino que nos defenderemos con todo lo que tenemos, pues no somos el Santo de Asís. En todo caso nuestra fuerza debe ser aplicada sin odio, incluso lamentando usarla, pero bien dispuestos en el caso.
   Pero el odio no surge el primero. Se alimenta de sentimientos que lo provocan, como la envidia, el resentimiento, la venganza, el desprecio y otros. Para desarmar al más temible tenemos que procurar que no se den las raíces en que se alimenta el peligroso, por lo que socialmente hablando estamos ante una tarea grande de actividad ética, de trabajo moralizador de la comunidad, entendiendo por moral la ciencia y el arte de lograr una cultura de unidad entre una nación que coadyuve a su desarrollo integral en equilibrio y justicia.
   Podemos aplicar la fuerza sin odio, si creemos tener un sentimiento superior demostrémoslo actuando con misericordia, buscando redimir, con la comprensión del inteligente y el amor del hermano. Fuera odios.

CON PASIÓN


   Si hemos aludido al sentimiento más bajo y enceguecedor, fuente de crímenes e injusticias, como es el Odio, y luego iremos al más alto grado de emoción positiva que eleva al ser humano, uniéndolo a lo trascendente, como es el Amor, es conveniente que nos inscribamos en la corriente natural en la que gravitan ambos extremos: la Pasión.
   Se dice del hombre apasionado cuando este siente con fuerza los impulsos de algo que lo subyuga, que lo enardece, que lo inspira y lleva a actuar con todas las fuerzas del cuerpo y del alma. Pasión la tuvo el Cristo. Fueron apasionados los grandes héroes, los artistas más connotados de la historia, los santos y los dirigentes de naciones que supieron querer y entender a los suyos. Así debemos transcurrir el camino de rechazo del odio hasta le entrega por amor. No se camina en tibieza y a desgano, sino entregándose a la Misión.
   La Pasión buena es la que complementa el razonamiento puro, dándole la visión humana, natural, pero también trascendente, que refuerza la voluntad para que sublime el instinto de conservación, superándolo.

POR AMOR

   Tal superación, que pareciera romper el orden natural, egoísta en cuanto a conservar nuestra vida y nuestra forma de vida, es sólo posible haciendo nuestra, viviendo, la palabra mayor de nuestro lenguaje, que se ha identificado inclusive con la esencia de lo que entendemos por divino: el Amor.
   Este es el buen pegamento, el cemento fuerte que une las relaciones sociales. Que procura minimizar las injusticias antes y por sobre las leyes. Que promueve la tolerancia y el respeto, pero que exige, por este, cumplir el deber. Que alimenta la generosidad real, sin propaganda, sin sufrir sino gozando cuando observa los resultados de su acción. Que ha llevado a hombres y mujeres de todos los tiempos a la entrega por su familia, su gente, su nación, no sólo a afrontar la muerte, sino al sacrificio de vivir vilipendiado y empobrecido. Fuente, en fin, del respaldo lógico para una ética integral vivida.
   Ante la locura satánica de enarbolar como base de la comprensión de la historia, de su motor, la violencia, la antinatural igualdad, la soberbia del mando único, el dominio del número –masa muerta en sí –que conduce a la revolución o revoltura y trastoque de toda civilización, cultura y justicia… debemos enarbolar la colaboración, la complementariedad, la identidad con respeto real, la obligación que ata al mejor con el dulce lazo de apoyar a los demás. Todo ello imposible de lograr sin la brújula dorada del Amor como fin y principio, fuerza y norte de nuestro camino. Sólo esa fuerza podrá salvarnos.
   Hemos hablado en contenido filosófico, pero nuestras palabras llevan un resultado eminentemente práctico: articular una fuerza socio-política que nos una, rechazando el mal y buscando la libertad y la felicidad.



viernes, 12 de junio de 2020

CRÓNICAS DEL ENCIERRO



CRÓNICAS DEL ENCIERRO

   El inicuo encierro domiciliar, cárcel personal bajo amenaza de encierro en los campos de la muerte, opera sentimientos profundos en la psiquis de la comunidad. A continuación –a manera de los CUATRO JINETES APOCALÍPTICOS -presento  las reflexiones que comprenderán a la Tristeza, la Soledad, el Miedo y la Cólera.

En tiempos de encierro… CRÓNICAS DE LOS CUATRO JINETES

TRISTEZA


Encierro es tristeza del pobre, porque a más encierro más pobreza, y para él eso significa llegar a la inopia –pobreza extrema –pasando luego a la indignante indigencia.
Encierro es tristeza del pobre, porque, prohibiendo el trabajar y obligando a desemplear, obliga a la gente a mendigar para vivir,
Encierro es Tristeza del rico, porque todas sus pertenencias y sus recursos productivos logrados con dura labor, inteligencia y creatividad, se esfuman.
Encierro es Tristeza del rico, porque sus empleados, de su aprecio y hasta amistad, se quedarán tarde o temprano sin el pan para sus propias familias.
Encierro es Tristeza de la clase media, porque le cortan sus esfuerzos de superación, someten sus iniciativas y sus esfuerzos, robándoles todas sus esperanzas.
Encierro es Tristeza de la clase media, porque entiende que se está atentando contra sus derechos naturales, con brutal indiferencia.
Encierro es Tristeza de espíritu, porque es lo que tienen los desalmados carceleros que nos han encerrado, no importándoles vidas ni ilusiones.
Encierro es Tristeza de espíritu, porque ya nos desengañamos, y estamos viendo ahora el verdadero rostro del enemigo de la humanidad.
Encierro es Tristeza de impotencia, porque con total desprecio a la legalidad constitucional a que se debe todo hombre civilizado, activan una dictadura.
Encierro es Tristeza de impotencia, porque han sobrepasado cobarde y alevosamente todas las barreras y sentimos que no podemos liberarnos.

SOLEDAD

Encierro es Soledad del Individuo, con la tristeza de ser cada vez más separado de sus sueños, de la lucha por la felicidad, de frustrarle la vida.
Encierro es Soledad del Individuo, al que cada vez lo convierten de persona con identidad, en un mero número al que enterrarán peor que a un animal.
Encierro es Soledad de la familia, aíslada de sus otros parientes y amigos cercanos, con trastornos sicológicos rondando en todas las edades.
Encierro es Soledad de la familia, prisioneros sin causa justa, separados muchas veces de sus miembros cercanos. Víctimas inocentes de una locura.
Encierro es Soledad de la comunidad, anhelando su especial relación entre amigos y vecinos, servidores y clientes, en una extraña separación.
Encierro es Soledad de la comunidad, que siente ir perdiendo su misma identidad como tal, revolcada por una ola de imposiciones que rechaza.
Encierro es Soledad de la nación toda, sin más relación que las noticias, no siempre justas y exactas, con alejamiento del contacto personal con el mundo.
Encierro es Soledad de la nación toda, separada de muchos de sus hijos, padres, amigos, que estando fuera del país, no pueden entrar a su tierra.
Encierro es Soledad de los buenos profesionales que combaten la pandemia, obligados para aplicar protocolos groseros sin que puedan quejarse.
Encierro es Soledad de los buenos profesionales que combaten la pandemia, desesperados porque saben que lo que se les ordena es contra la ley.

MIEDO


Encierro es Miedo de que tus seres queridos enfermen, porque sabes que el llevarlos al sistema de salud es muy peligroso.
Encierro es Miedo porque no sabes si vas a regresar cuando saliste por medicinas y el castigo si no es día de tu DUI será recluirte en un matadero.
Encierro es Miedo cuando cae la noche y te acurrucas al lado de tu marido, temblando imperceptiblemente con el temor de que esto se alargue.
Encierro es Miedo de que en tu empresa acaben por despedirte, y no puedes culparlos porque están ellos al borde de la quiebra.
Encierro es Miedo de que una autoridad mal preparada vaya a detenerte y por un capricho, como su jefe, te lleve al campo de concentración.
Encierro es Miedo de que los medicamentos que me dio el Seguro Social se me acaben y no me atrevo a llegar allí.
Encierro es Miedo de que lleguemos al hambre porque cada vez hay menos, y otros están todavía peor que nosotros.
Encierro es Miedo que hayamos llegado a perder las agallas, que no recuperemos el valor de enfrentarnos de una vez por todas.
Encierro es Miedo de que mi hermano pierda la cordura, pues la situación ha afectado su mente y gravita hacia el descontrol.
Encierro es Miedo y odio por esta dictadura demagógica, estúpida, ladrona y sin alma, que nos es ya insoportable.

CÓLERA

Encierro es Cólera, que resulta cuando te das cuenta, cuando realizas con claridad, lo que te están haciendo, que se burlan, te esclavizan y te matan.
Encierro es Cólera, cuando ves llorar en silencio a tu esposa, a tu madre, a tus hijos, porque comienzan a sentir el hambre, que ha ido subiendo.
Encierro es Cólera, al darte cuenta que el trabajo de una vida está a punto de irse por la cloaca, ya que te impiden terminarlo ni expandirlo.
Encierro es Cólera, al ver a tu empresa cerrada, con productos en descomposición o en vías de echarse a perder, sin cumplir contratos.
Encierro es Cólera, cuando tu compadre, tu vecino, tus amigos, con voz ronca te cuentan como los destruye esta falta de comunicación, de gestión.
Encierro es Cólera, porque te encuentras a punto de perder el año de estudios, y si no es así sabes que la calidad de enseñanza bajó.
Encierro es Cólera, porque aunque te atrevas a superar el control inconstitucional de movimientos, pocos te comprarán en las calles.
Encierro es Cólera, porque no le puedes llevar comida a los abuelos ya que viven en el municipio de al lado y prohíben hacerlo.
Encierro es Cólera, si no encuentras el medicamento de tu padre y cuando lo encuentras no puedes pagar el transporte.
Encierro es Cólera, porque tus escasos recursos no te alcanzan para continuos taxis y los buses están por igual prohibidos.

martes, 2 de junio de 2020

LA REPÚBLICA VIVIRÁ MIENTRAS VIVA EL EJÉRCITO -Especial de RLG.


LA REPÚBLICA VIVIRÁ MIENTRAS
VIVA EL EJÉRCITO



Especial para Arcisterio por Roberto López-Geissmann

   Amigo lector, no me equivoqué en el título de este artículo. Justamente en la foto adjunta se encuentra la frase tal cual históricamente se ha presentado, pero este servidor considera que filosóficamente, políticamente y justamente el correcto sentido debe ser tal cual como a propósito escribí más arriba.
   En una investigación que hice para mi novela Ángeles con Espadas, uno de mis compañeros de trabajo, del escritorio de enfrente en Relaciones Exteriores, don Jorge Lardé y Larín, me proporcionó la siguiente información: la frase en comento no salió del cacumen del General Manuel José Arce –incluso algunos dicen que no la pronunció, lo que es más temerario afirmar –sino que proviene de un cercano colaborador (Secretario –dc comunicaciones o algo así, dirían ahora) de nombre José Quetglas. Como fuere, este detalle anecdótico no es realmente tan importante, lo dijera el General Arce o fueran las palabras originales producto de Don José; aparte de eso vamos al fondo.

La forma acostumbrada de interpretar la frase ha sido entender que la República es la defensora del Ejército porque, muerta esta, el Ejército no sobrevivirá. O sea, la forma republicana –dice la frase –es coexistente y simbiótica con el Ejército. Perdonen, ciudadanos, con todo el tiempo transcurrido y las miles de veces que se haya pronunciado, pero realmente no es muy feliz que digamos. Es inexacta por ilógica. Es retorcida. No es cierta.
   El Ejército, un ejército cualquiera es un conjunto organizado de hombres armados, dispuestos a hacer la guerra, es decir, con capacidad combativa. En un Estado –moderno o no –es una institución especializada que lleva a cabo las labores bélicas que el Estado le demanda. Esto puede ocurrir en una Ciudad-Estado griega, en una Monarquía, en una República o en una Tiranía.
   Por lo que no es cierto que al desaparecer una forma de gobierno desaparezca su Ejército. La realidad indica que su desaparición, como realidad posible, no está ligada a la forma, puede desaparecer por destrucción por otro Ejército –incluyendo un proceso revolucionario -, por un recambio preciso y a veces inadvertido por fuerzas subversivas enquistadas dentro de los andamiajes del Poder, o incluso por decisión propia del Estado –cuando este ha sido erosionado durante mucho tiempo, convenciendo a la población de la absoluta falta de necesidad de contar con un Ejército.
   Parte de este mecanismo participa de malquistar, oponer en forma odiosa, a la población y a su “brazo armado”, lo que logran haciendo que los militares se vuelvan brutales, irrespeten las leyes y maltraten a la civilidad, sin que de por medo exista una revuelta armada de ninguna clase, aunque recuerdo, citando al Lic. Camilo Álvarez C.: “El  uso de la fuerza, o de las armas, para la defensa de las instituciones del Estado, no es exclusiva del  militar, es también responsabilidad del civil si precisa salvar la institucionalidad del Estado”.

****
   Este escrito no tuviera lugar, pues no sería sino una disquisición más o menos estéril, si no mediaran circunstancias especiales que perfilan un clásico caso de claro peligro inminente (clear and present danger) para la nación, su población, para la República. No estamos en una encrucijada entre decisiones a tomar, entre las que se encuentren algunas de gran peligro. La situación es más grave. No hay salidas laterales, caminamos en un declive evidente que va hacia un abismo que todos hemos visto, al que estamos seguros que nos está conduciendo una fuerza que hasta el momento apenas sí se ha aminorado y no se entrevé por ningún lado quién podrá detener el desastre total, ya cercano.
   El melodrama es un drama de opereta, una ópera bufa o bufonada, algo que de hecho no es lo serio que parece, una exageración o descripción chusca de la realidad –es eso y mucho más –pero no vivimos sino lo que, a riesgo de parecer dramático se puede describir exactamente como los albores de una tragedia. La más grande que nuestro país ha experimentado, tan peligrosa en sus resultados como en el hecho que no aparece la fórmula de salvar no sólo a la República, sino a la población misma, a nuestra identidad como forma de ser. Esta perpetrándose un atentado contra la misma naturaleza interna del Estado. Perdone quien no capte lo tiene que ver esto en el contexto del escrito.
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La forma correcta que debiera asumir la frase es justamente al inverso, es decir que La República vivirá mientras viva el Ejército. Dado que, si bien la forma de gobierno, República en este caso, es el continente y el Ejército el contenido, siendo fundamental aquella y siendo este la herramienta viva, orgánica y específica de la defensa de aquella, resulta claro que para que el Estado Republicano pueda subsistir como tal no sólo debe, sino que tiene, que contar con la total fidelidad de sus Fuerzas Armadas, caídas estas adiós Estado. Puede entonces subsistir una aglomeración abigarrada, variopinta y mezclada de hombres en armas, que no será ya la respetable formación, con un glorioso pasado, que existía protegiendo a su pueblo y su República.
   En contraste con su real carácter he tenido oportunidad de ver un comercial en que “sin querer-queriendo” se muestran dos sujetos en uniforme, bien plantados, armados y con piernas abiertas, en una plataforma y mirador, sobre la playa… observando el mar, después de decir que combaten a una amenaza invisible ¿esperarán una flota de barcos, a Godzilla o a los “muertos vivientes? A continuación aparece en la parte trasera de un transporte otro aguerrido miembro de las FFAA, mirando cautelosamente, con un arma larga, como si esperara que una banda de feroces talibanes, o fieras peligrosas fuera a atacarlo. Estas imágenes son una burla feroz a una institución que todavía es muy querida y respetada para una gran cantidad de salvadoreños.
   La disolvencia virulenta de esta amenaza, clara ya como dictadura y fácilmente detectable como próxima tiranía no agota sus daños en la represión pura y dura, antes de arrasar con un autogolpe trapero –pero bastante anunciado –para la ciudadanía, puesto que en el proceso estaría ya, de hecho, con la transformación de un ejército profesional en una banda de matones a sueldo, dando con ello fin desde su propio interior al Ejército de la República.
   Así que tenemos una serie ininterrumpida de golpes, no sólo contra la constitucionalidad, sino contra la institucionalidad, que evidencia hacer a un lado siglos de desarrollo civilizacional, burlándose del concepto mismo del Derecho –que no entiende, pero que ataca furibundamente – y que rodeado de hordas de incapaces e ignorantes supinos, está de hecho conculcando poco a poco todas las libertades civiles, zapando al mismo tiempo la relación del pueblo con un ejército que es parte del mismo pero al que confunde y desprecia. Si no es ahora no será jamás, no podrá serlo porque habrá en poco tiempo horadado –como lucifer, maestro de la confusión y la mentira –la esencia misma del Estado Republicano, de su Ejército, esclavizando a la población, siendo, como Venezuela, sólo rescatable por intervención externa.

Sean mis palabras finales, el más puro llamado a DIOS-UNIÓN-LIBERTAD
 
FEDRO ES UNA OBRA DE PLATÓN