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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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¿DE QUÉ ESTAMOS HECHOS?

    Contrariamente a la moda en boga de los medios, los presentadores y buena parte de la red, que se pretenden mesurados, línea media, ...

domingo, 30 de abril de 2017

CONFLICTIVIDAD AXIOLÓGICA ACTUAL - Roberto A. López


Como postre del mes dejo a ustedes el artículo que subió a su blog (Castillos y Trincheras) el antropólogo Roberto Alejandro López –las imágenes son mías.


Martes, 8 de noviembre de 2016


Veo por allí reacciones de amargura, lamentación, despotrique, por la posibilidad de que gane Trump. No es de extrañar. Son de personas cuyo perfil moral, intelectual e intereses se ubican dentro del progresismo, el liberalismo, un humanitarismo utópico y cosillas así. Suelen ser algunos muy afanados en defender ciertas minorías, pero no se quieren enterar de otros principios y valores de cierta mayoría. Nosotros, que estamos en sus antípodas, jamás hemos pretendido ni pretenderemos neutralidad ni justificarnos con derechos humanos para privilegiar a unos y nulificar a otros.


Deberían concientizarse de que obviamente, no, no todos somos como ellos. Que si ellos enarbolan la bandera de la tolerancia, en realidad, no son tan tolerantes. Basta ver que no les es indiferente que ciertos principios y valores contrarios a los suyos SEAN DEFENDIDOS. Les parece algo increíble en el siglo XXI. Los que se atreven a no tomar sus ideales ni visión de mundo como la norma societal, son tenidos por idiotas y retrógradas. Pues bien, ya vamos viendo hasta dónde realmente llega su igualitarismo.


EJEMPLO DE VALOR TRADICIONAL ETERNO
 


Nosotros, los que defendemos valores eternos, principios que no dependen de modas intelectuales ni de decisiones de la mayoría, no pretendemos sonreírle a todo el mundo ni quedar bien con un discurso políticamente correcto. Dios, Patria, nación, verdad, fe, identidad, orden, fidelidad, entre otros, son nuestros asideros.


No nos escandaliza reconocer como patologías colectivas como el no considerar asesinato el aborto, ni le llamamos eufemística y estúpidamente "interrupción del embarazo". Ni desconocemos como genocidio precisamente a los millones de fetos descuartizados inescrupulosamente. No nos da pena decirle "pecado que clama al cielo" el de ciertas minorías que prefiero no nombrar pero para el inteligente no es necesario que lo haga. En la actual civilización occidental, y en el sistema imperante, los medios, la "intelectualidad", los políticos bien pensantes, los ingenieros sociales y los poderosos en general, suelen ir tendiendo a paradigmatizar una cultura inmoral, antinatural en varios sentidos, disolutiva de identidades de corte tradicional y cuyo vicio principal, origen de toda su nocividad, es la abierta oposición a reconocer a Dios, al que creen ridículamente reducirle su soberanía y poner en entredicho su existencia con escribirlo con "d" minúscula. Pretenden ser tan humanos, pero tristemente en su presunta apertura llegan en la práctica, precedida con una teoría endeble, a la deconstrucción de la ontología humana, la cual lindamente están dispuestos a negar.


En fin, no pueden tolerar ni mayorías ni minorías siempre y cuando éstas se les opongan. Nosotros, por nuestra parte, como no alardeamos de liberalismo ni tolerancia, somos más coherentes: poco nos importan los cartelitos que nos pongan, como “conservadores”, “dinosaurios”, “intolerantes”, “fachos”, “machos”, “trasnochados”, etc. Una etiqueta y peor, dolosa, no nos da ni nos quita nada. Nosotros, seamos mayoría o minoría, somos, existimos. Y nuestros mejores se encargan de  preservar los trascendentales del ser a los que nos aferramos, sin importarnos el grado de atrincheramiento al que nos quieran colocar.


INDIVIDUALES Y SOLIDARIAS... PUEDEN EQUILIBRARSE
 

 
No amamos ser disidentes por el mero hecho de diferir con nadie. No odiamos a nuestros opositores. Pero, tampoco estamos dispuestos a capitular. Que no tengamos ni los liderazgos que se ameritan ni el poder necesarios en esta hora de la humanidad, no implica que nos sean indiferentes quienes nos gobiernen. Y que no siempre estemos bien representados, tampoco significa que no seamos capaces de circunstancialmente apoyar a quienes en alguna medida resten al grado de nocividad que pueden traernos otras alternativas.


Estamos en la gradual ruptura de la poco feliz coexistencia pacífica entre visiones de mundo tan diferentes. Inevitablemente, habrá grandes conflictos de toda índole. La pluralidad sin asideros fuertes no puede llevar a otra cosa sino a la división y la fragmentación. O se forja una unidad en la que Dios es el centro y fundamento, o en la que el hombre auto-emancipado se arroga el delirio de tratar de jugar a ser Dios. Tertium non datur.

EL IDEALISTA COMO IGNORANTE PELIGROSO-López-Geissmann


El 1° de junio de 2011, en “El Diario de Hoy” publiqué el art. que abajo aparece. Insisto en advertir que no trato acá del “idealismo” como concepción o sistema filosófico, y menos aún sobre el término “idealista” aplicado a un valiente y esforzado creyente que lucha por una causa. Lean..

 
 

Amenazas intelecto-espirituales de nuestro tiempo

EL IDEALISTA COMO IGNORANTE PELIGROSO

 
Roberto López-Geissmann


QUIJOTE ES RESPETABLE EN SU CORAZÓN, PERO  PATÉTICO EN SU PERCEPCIÓN
 

   No hablamos del que sigue una idea con lealtad y valentía, que es digno de  emulación; así el santo, el genio, el héroe, que no siempre son personajes próceres sino humildes y desconocidos hijos de vecino, valiosos como el que más. Sino de aquel despistado –ya sea ignorante de solemnidad o intelectual estragado de lecturas, como Alonso Quijano (El Quijote) –que se toma una teoría cualquiera como verdad revelada, como incontestable aserto científico, como una absoluta realidad del mundo. Aunque el adscribirse a una visión general es más propio de estudiosos, el tomar partes específicas de las mismas es la cosa más común, siendo que se agrava aún mas el desquicie cuando se toma un solo aspecto de esa teoría y se despotrica sobre la misma.

   Ejemplos de lo dicho son las Teorías de la Evolución (que hasta el momento no se han comprobado científicamente), del Materialismo Dialéctico e Histórico (que no es más serio que la adivinación por los astros), del Calentamiento Global (dizque provocado por el hombre), del Pacifismo Total (que establece que al estar “los de buena voluntad” sin armas ni voluntad de lucha, los “malos” automáticamente dejarán de serlo y se acabará la violencia –cuando lo que sí se acabará es la resistencia al mal), del Mundialismo (como aceptación pasiva de una única línea de orden mundial indiscutido, casi homologado a una fuerza de la naturaleza), de la absurda teoría de género, con su lenguaje manicomiero, y así decenas de teorizaciones –completas o parciales –que asumen un conocimiento sin razón y sólo preñado de emociones, opiniones y un sentido de ir “en el viento de la historia”.

 

   De esto no se salvan ni ideologías ni religiones, “vehiculando” fanatismos bajo mantos de fe, idealismo y amor a la humanidad (“por la paz del mundo”). Hay que decir que esta obnubilación del conocimiento (como el humo que el maligno lanza primero a quienes quiere perder, en este caso al mundo) trae aparejada un efecto secundario de grandes consecuencias: promover la separación, dificultar la unidad y finalmente, dissolver.
MÁS QUE ESCÉPTICO CUIDADOSO. AQUI EL REAL HÉROE
 

   Perdida la Realidad se endiosa a la Libertad (alejándola de su sentido real), y con el mismo gesto se barre el respeto al principio de autoridad, del sentido de sacrificio y dura búsqueda de la verdad, aparejando en una inexistente y absurda igualdad a una masa desarticulada y cada vez menos solidaria (aunque se le diga lo contrario), y así, con el falso sentido de respeto a una dignidad hinchada y desproporcionada, con la idea de estar cargados de derechos, de que todo es (o debería de ser) fácil y rápido, de que la distancia entre un sabio y un ignorante cada vez es menor  -y tal vez sea cierto desde el punto de vista que aquel escasea y el término mismo del segundo casi desaparece-, y con algunas ideas enarboladas como un estampado barato en una camiseta de mercado, con todo ello se fabrica en assembly line al idealista de corto alcance, partidario, cerrado, obtuso, pero dispuesto a luchar por lo que cree sin análisis, estudio ni reflexión. Si esta situación no es peligrosa, no sé qué pueda serlo. Más aún porque el criterio de voluntad masiva ha sustituido al del Bien Común y a toda ética.


 

ESPECIE EN EXTINCIÓN - DENES MARTOS


Ante ustedes una pieza exquisita de Denes Martos nacido en Budapest, en 1943 y radicado en Argentina desde muy joven. Es politólogo, consultor nacional e internacional, analista de riesgos, especializado en riesgos y procesos sociopolíticos. Ha incursionado en cuento y poesía. Un intelectual de amplia cultura, de mente amplia y criterios de profunda sedimentación.


Especie en extinción
 
 Denes Martos

Existe una nueva patología mental – es decir, perdón, una nueva tendencia intelectual – en Occidente según la cual no solamente está prohibido tener identidad cultural propia sino que, además, está vedado ser patriota, creyente en materia de religión, o descreído de unas cuantas historias de la Historia Oficial. Esto último – lo de dudar de algunas historias de la Historia Oficial – en algunos países ya está hasta taxativamente penado por la ley.

Me preguntarán ustedes cuál es la novedad. Todo eso lo tenemos desde hace rato. No es nada nuevo. Por supuesto que no. Pero tengo fuertes motivos para sospechar que ahora viene otra vuelta de tuerca. La novedad está en que no solamente estará terminantemente vedado todo lo que pueda oponerse, o poner en peligro, la gris medianía, el oscilante relativismo y el despreocupado permisivismo del dogma actual. La nueva tendencia prohibirá incluso la manifestación de cualquier opinión concreta y categórica.

Por supuesto que los grandes voceros del sistema – que son los intelectuales con pasaporte de tolerancia y visa de Derechos Humanos – todavía no lo están formulando en estos términos tan claros. Pero es lo que se viene. O lo que ya llegó pero todavía le falta un poco de promoción.

Todos sabemos que el Diccionario de Expresiones Políticamente Correctas de la Academia Orweliana de la Neolengua ha sustituido muchas antiguas, obsoletas, ofensivas e intergiversables expresiones por otras mucho más inocuas y sobre todo "neutrales". Porque eso es lo que importa: ser neutral. Aunque eso de "neutral" no es más que admitir que no se tiene lo que hay que tener para decir lo que se piensa y por eso – por las dudas, cosa de quedar bien con todo el mundo – uno huye despavorido de los extremos, le apunta al medio y listo.

La cuestión es que todos aprendimos que ya no se dice "ciego" sino "no vidente". Tampoco se dice "negro" sino "de color" – sin especificar cuál color y haciendo cuidadosa abstracción del blanco que, créanmelo o no, ha dejado de ser un color orwelianamente admitido. Toda una familia de palabras que otrora servían para señalar alguna limitación física específica han quedado metidas dentro del concepto elástico de "discapacitado" que, de tan elástico que es, nadie sabe qué significa exactamente. En América ya no quedan "indios" ahora solo hay "pueblos originarios". Tampoco quedan "gordos" sino "personas excedidas de peso"; con la importante salvedad que las "gordas" pasaron a ser "mujeres con apenas unos kilitos de más". Tampoco hay más "desgracias"; ahora todos los infortunios son "flagelos que nos azotan", pero no especialmente a los "pobres" sino a los "carenciados". A los molestos ya no se los "ignora"; se los "ningunea". Y así sucesivamente…

Un amigo mío sostiene que en lugar de "petiso" ahora hay que decir "verticalmente encogido", en lugar de "pelado" hay que decir "cranealmente depilado" y un "cadáver" no es más que un "cuerpo vitalmente carenciado". Aunque creo que exagera.


Pero, sea como fuere, la nueva corriente intelectual no se refiere a esto. La metáfora de la dulcificación de la gravedad ya está instalada. Lo que ahora viene es la metaforización relativizadora de lo concreto, de lo riguroso. En general, la nueva tendencia intelectual eliminará de raíz todo lo que tenga un carácter preciso; todo lo que esté claramente marcado; todo lo destacado y todo lo destacable. No se aceptará nada que tenga una identidad netamente definida. Solamente se tolerarán expresiones referidas a identidades híbridas, a características heterogéneas en proporciones indeterminadas, a cosas que son pero que quizás podrían no ser, a fenómenos que no son ni una cosa ni la otra. Solamente se tolerarán las opiniones que empiezan con ". . . y. . . no sé, nunca es bueno generalizar, pero quizás. . .".

Lo bueno y lo malo; lo claro y lo oscuro, se eliminan. Toda cosmovisión referida a puntos de vista concretos quedará relegada la categoría de las teorías reaccionarias, fascistas, superadas y perimidas.

Me preguntarán ustedes de dónde saco todo esto. Pues, de lo que me rodea. De lo que veo y oigo todos los días. Un periodista que conozco acaba de quedarse sin trabajo. Él dice que no sabe por qué lo echaron, pero yo sí. Revolviendo entre mis papeles, encontré una nota que le encargaron en la que se atrevió a escribir: "El público que colmaba la sala estalló en fuertes aplausos". Me juego a que lo crucificaron por falta de objetividad. Apuesto a que, según sus censores, la frase es tendenciosa porque transmite una precisión incorrecta. No tiene en cuenta a quienes quizás no aplaudieron. Por lo tanto discrimina. Además, no indica la capacidad de la sala ni la cantidad de espectadores, por lo tanto es improcedente afirmar que se hallaba "colmada". Por otro lado, lo de "fuerte" es totalmente subjetivo. ¿Cuándo es "fuerte" un aplauso? ¿Acaso alguien midió con un decibelímetro el nivel sonoro de ese aplauso? Y aun si lo hubiera medido, ¿a partir de qué valor se puede considerar que el aplauso es "fuerte"? Para peor, un público no "estalla". Si realmente hubiera estallado estarían todos muertos por obra y gracia de algún fundamentalista forrado en gelinita; la noticia correspondería a la sección de terrorismo internacional y no a la de cultura. Todas estas fallas garrafales tuvieron que resultar, por supuesto, inaceptables para una publicación que blasonaba de independiente, imparcial y objetiva.

De aquí en más, el principio básico que debe regir cualquier manifestación será el de "todo es relativo", debiendo quedar meridianamente claro que "la única verdad absoluta es que toda verdad es relativa". Y ante cualquier propuesta, la primer pregunta que obligatoriamente hay que hacer es la de "¿. . . y quién va a decidir si…? Porque, según la nueva tendencia, no importa qué se decide, ni tampoco con qué criterio se decide. Lo que importa es saber quién decide. Si decide alguien votado por la mayoría, es aceptable. Si lo hace un correligionario estará bien. Si decide un amigo, mucho mejor. Y si decide una asamblea convocada ad hoc, pues muchísimo mejor. Todo lo demás, contrario sensu, está mal. O mejor dicho: es opinable.

En todo caso, la consigna es amontonar, mezclar, apelotonar todo: razas, etnias, idiomas, religiones, costumbres, estilos, culturas, creencias, opiniones, deseos, pretensiones. Todo. Porque, claro, si todo está tan entreverado y enredado que resulta imposible determinar de qué cuernos se trata, entonces ya no importará quién va a decidir lo que fuere. Porque no habrá ninguna necesidad de decidir. En un caos total es perfectamente inútil tomar decisiones. Por lo que el caos aceptará cualquier decisión tomada por fuera del caos.

 

Seguramente ahí está el secreto.

La cuestión es que, en materia de opiniones concretas, ya estamos muy avanzados en la nueva tendencia. Hace unos días me encontré con un viejo amigo mío. El hombre es un clásico facsímil del intelectual liberal de izquierda: barba, anteojos, portando la última edición de "Las palabras y las cosas" de Foucault junto al Página12 del día y todo eso. Bueno, está bien, no es un ejemplar demasiado representativo de mi círculo habitual de amistades, pero nos conocemos desde la adolescencia, desde la época en que él se entusiasmaba con Sartre y yo por todo lo contrario. Lo aprecio porque es un buen tipo en el fondo y, de última, que tire la primera piedra el que no tenga a un sujeto parecido entre sus amigos.

La cuestión es que fuimos a almorzar y, como cada uno conoce las cosquillas del otro, tenemos el acuerdo tácito de evitar por todos los medios cualquier tema político. De modo que la conversación, después de girar alrededor de bueyes perdidos y de conocidos comunes, terminó desembocando en literatura. Y como Michel Foucault me sonreía impertérrito desde la tapa de su libro, se me ocurrió preguntarle:

— ¿Cuál el mejor libro de Foucault, en tu opinión?

— Bueno. . . – empezó a titubear mi amigo – en realidad no se puede hacer un juicio de valor categórico sobre eso. . . hay quien dice que lo mejor que escribió fue su "Historia de la sexualidad", otros valoran más éste "Las palabras y las cosas"; pero, por otra parte. . . también hay partidarios de "La arqueología del saber". . . Todo depende del punto de vista y. . .

Después de cinco minutos de perorata en estos y similares términos, mis nervios empezaron a traicionarme:

— Está bien, está bien. . . – lo interrumpí – pero lo que yo quisiera saber de una maldita vez por todas es TU opinión sobre cuál es su mejor libro. Y no tengas miedo. No hay que fusilar a nadie que no esté de acuerdo. No hay que hacer forzosamente un Holocausto con quienes se opongan. Nadie va a ir a parar a un campo de concentración por disentir. Tu opinión no va a provocar ninguna catástrofe. Hasta te doy mi palabra de honor que no la voy a discutir. Solo quiero conocerla, nada más.

— Bueno, puesto en esos términos, si uno considera la evolución del pensamiento de Foucault a lo largo de su obra. . .

Llegamos a los postres, pagué la cuenta y nos despedimos con un abrazo. Hasta el día de hoy no sé cuál es, en opinión de mi amigo, la mejor obra de Foucault. En realidad, no es que Foucault me importe demasiado. No es santo de mi devoción ni mucho menos. Pero la opinión de mi amigo me hubiera interesado. Lo que sucedió es que cometí el imperdonable error de pasar por alto que mi amigo es un típico producto salido de la línea de montaje de nuestra actual Facultad de Filosofía y Letras. No tiene opinión propia. Solo es una enciclopedia más o menos ilustrada de los dichos de otros; un alumno de profesores que, a su vez, tampoco se animaron a manifestar una opinión categórica y concreta sobre sea cual haya sido el tema a tratar porque, de haberlo hecho, se hubieran quedado sin cátedra.

Suponiendo que hayan tenido una opinión propia formada en absoluto.
 

La verdad es que le tengo un poco de aprensión al futuro. Mi nombre es Denes Martos. Blanco, católico, masculino, heterosexual, casado hace 43 años con la misma extraordinaria mujer, padre de dos buenos hijos; orgulloso de mi familia, de mi nacionalidad y apasionado por mi cultura.


Estoy empezando a sentirme miembro de una especie en vías de extinción.

lunes, 24 de abril de 2017

EFEMERIDE DEL NACIMIENTO DE JOSÉ ANTONIO


   Conmemorando el nacimiento de la mayor figura de la Guerra Civil Española, el prócer, enamorado de España porque no le gustaba, JOSÉ ANTONIO Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, ofrecemos este humilde homenaje en recuerdo al mejor de los Jefes, con su verbo claro, sencillo pero auténtico y profundo, con su entrega ejemplar y martirial, nuestro hermano, padre, hijo… el ¡Héroe Presente!

   He condensado un buen artículo de Teresa Amiguet, sin agregarle más que los breves comentarios en azul y las fotografías.

 

Madrugada  del 20 de noviembre de 1936, prisión de Alicante, patio número 5 de la enfermería.
Un pelotón de  ocho milicianos anarquistas  de la CNT y socialistas, fusila a José Antonio Primo de Rivera, líder de la Falange Española de las JONS. Tras un juicio sumarísimo, concluido dos días antes  por veredicto de un ‘Tribunal Popular’ de las izquierdas  se acomete el fusilamiento. José Antonio contaba solo 33 años.
En marzo de ese año el Gobierno del Frente Popular había encarcelado al fundador de la Falange, por posesión ilegal de armas de fuego. Acusado de rebelión militar, el fiscal pide la pena máxima. José Antonio es condenado a muerte, por inducción de un delito de rebelión militar; Miguel, su hermano, a treinta años de reclusión.
Su muerte supone la desaparición  de uno de los dirigentes políticos más carismáticos del bando ‘nacional’. Tras ella su figura y su discurso son fagocitados por el régimen de Franco.
 

Franco no dudaba en mostrar su desagrado ante la figura del joven falangista. El dictador en ciernes,  resuelto a controlar bajo su mando a todos los resortes políticos y militares, se negaba a soportar la presencia de otro cabecilla  a su lado.
Y es que entre los dos líderes de la cabeza del franquismo en España existía una tensa relación de desprecio mutuo. Franco se identificaba con la derecha tradicional de la CEDA (partido de derecha conservadora) de Gil Robles, más que con la Falange (movimiento nacional revolucionario) de José Antonio
José Antonio era aristócrata y abogado, en 1930 tras la caída de la dictadura dirigida por su padre, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, ingresó en la Unión Monárquica Nacional con el propósito de reivindicar su memoria. Posteriormente se  une al aviador Julio Ruiz de Aida, a la constitución de un grupo político aglutinador de las diferentes y dispersas fuerzas fascistas, fundando el Movimiento Sindicalista Español, embrión de la que poco después sería Falange Española.  Así el 29 de octubre de 1933, acompañado de Ruiz de Aida y de Alfonso García- Valdecasas, interviene en un acto de ‘afirmación nacional’, celebrado en el teatro Comedia de Madrid, el que será el acto fundacional del movimiento falangista. Allí José Antonio expone la síntesis de la nueva organización:
‘La Falange es un movimiento, no un partido: más bien un anti partido. No es de derechas ni de izquierdas. La Patria es una unidad total. La Falange ha de ser un instrumento eficaz y autoritario al servicio de esa unidad indiscutible, permanente e irrevocable que es la Patria. Que desaparezcan los partidos políticos. Que España recobre resueltamente el sentido universal  de su cultura y de su historia. Y si todo esto ha de lograse, en algún caso,  por la violencia, no hay que detenerse ante la violencia. Bien está la dialéctica como primer instrumento de la comunicación pero sin olvidar que no hay más violencia admisible que la de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la Justicia o a la Patria. El movimiento falangista no es una manera de pensar, es una manera de ser’
Este discurso en su consagración, José Antonio Primo de Rivera, se convierte en poco tiempo en José Antonio a secas, un joven y prometedor  político  de gran personalidad.
En 1933 es elegido diputado a Cortes por Cádiz, Falange Española, y destaca en una brillante labor como parlamentario
El Ausente’, como llamaban los camisas viejas a José Antonio, se convierte en el símbolo oficial y en el santo patrono de la nueva dictadura –o sea el régimen franquista, que teniendo muchas ideas en común, se distinguía también en otras tantas, pero no tuvo empacho de utilizar su nombre, lo que es explicable. La culminación de este proceso se produce al final de la guerra: los restos de José Antonio son exhumados del cementerio de Alicante y escoltados hasta el monasterio de El Escorial. El 19 de noviembre de 1939, son trasladados al Valle de los Caídos.

 

domingo, 23 de abril de 2017

GRAMSCI, SECULARIZACIÓN Y VATICANO II -M. MARTIN


RESUMEN DEL PENSAMIENTO DE GRAMSCI

ESPECIALMENTE EN SU RELACIÓN CON LA

SECULARIZACIÓN Y DESTRUCCIÓN DE LA

IGLESIA CATÓLICA, VIA VATICANO II

 

El Eurocomunismo (y sus variantes), la Perestroika (que es modificar la revolución para conservarla) y las variadas corrientes ideológicas y culturales del Neomarxismo y la Nueva Izquierda, no son sino hijos de estas dos grandes influencias: el Gramscismo y el Concilio Vaticano II, claro que este a su vez fue totalmente impregnado previamente de Modernismo. La situación política, cultural y espiritual del Mundo es absolutamente imposible de remontar en un sentido positivo, tradicional o de Bien Común. Las fuerzas humanas de por sí no pueden con ello. Sólo hay dos posibilidades: un largo camino de caos y dolor, multisecular, o una intervención externa. Todo el texto es de Malachi Martin. RECOPILADO POR: Roberto López-Geissmann.

 

- Usar la estructura geopolítica de Lenin no para conquistar calles y ciudades, argüía Gramsci. Usarla para conquistar la mente de la sociedad civil. Usarla para adquirir una hegemonía marxista sobre las mentes de las poblaciones que deben ganarse… En otras palabras, debían unirse a cualesquiera causas liberadoras que pudieran aparecer en diferentes países y culturas como movimientos populares, sin importar lo diferentes que pudieran ser inicialmente esos movimientos del marxismo o entre sí. Los marxistas debían sumarse a las mujeres, a los pobres, a aquellos que encontraran opresivas ciertas leyes civiles. Debían adoptar diferentes tácticas para diferentes culturas y subculturas. Jamás debían mostrar un rostro inapropiado. Y, de esta manera, debían entrar en toda actividad civil, cultural y política en todas las naciones, fermentándolas pacientemente a todas, tan profundamente como la levadura fermenta el pan.

Aunque la crisis cubana dejó en claro que la resistencia militar y económica de Occidente al marxismo-leninismo era seria y estaba bien concentrada, seguía siendo cierto que todo el campo de la cultura occidental, y todos los lugares donde se elabora y difunde la cultura, no podían ser protegidos. Los blancos favoritos de Gramsci, las instalaciones educativas desde la escuela primaria hasta la universidad, por ejemplo, los medios, los partidos y estructuras políticas, hasta la unidad familiar, estaban todos gordos, contentos y completamente abiertos a la penetración sistemática y profesional marxista.

La primera apertura por la que en realidad la Iglesia católica romana se convirtió en el instrumento más útil de todos para la penetración gramsciana de la cultura occidental, se presentó sorpresivamente… en el otoño de 1958, cuando fue electo al papado como Juan XXIII el sonriente, rechoncho y pequeño cardenal…  En un periodo de tres meses después de su elección, el papa Juan asombró a su jerarquía católica y al mundo entero con el anuncio de que convocaría el vigesimoprimer concilio ecuménico en los dos mil años de historia de la Iglesia católica. El Segundo Concilio Vaticano. Con ese anuncio, llegó una especie de tregua no declarada en la profunda y profesional enemistad que mantenían desde hacía tiempo el Vaticano y la Iglesia contra el marxismo y la Unión Soviética. Durante todas las décadas desde el golpe de Estado de Lenin de 1917, y hasta el papado del papa Pío XII, la Unión Soviética y su marxismo fueron considerados y descritos como el enemigo del catolicismo y el semillero del Anticristo. Sin embargo, durante los tres años de preparación del Concilio que siguieron a su anuncio inicial, el papa Juan invirtió esa política por primera vez… fue la apertura de la primera brecha seria en el bastión católico contra el comunismo. Porque, ante la insistencia de Jrushchov, el Pontífice aceptó secretamente que su futuro Concilio no emitiría una condena del marxismo ni del Estado comunista.

El Vaticano II consistió en cuatro sesiones, y se extendió más de tres años, desde el otoño de 1962 hasta diciembre de 1965… Y la historia de la Iglesia se convirtió en la historia de la secularización del catolicismo romano… Más de quinientos de los obispos asistentes -muchos más de los necesarios para tener el quórum requerido- propusieron que el Concilio emitiera una condena del comunismo ateo y de su ideología. La propuesta fue invalidada unilateralmente por las autoridades vaticanas, así que nunca llegó a presentarse ante el Concilio para una votación final… En diciembre de 1965, cuando el Concilio terminó su sesión final, se habían colocado los cimientos para las transformaciones claves en la fe y en la práctica que seguirían después.

Como Papa reinante, Paulo VI pronunció un discurso de despedida a los obispos que partían del Concilio, el 5 de diciembre. El discurso proporcionó el amplio paraguas filosófico y casi teológico bajo el cual estaría protegido el secularismo dentro de la Iglesia romana de la tormenta de protesta e indignación armada por los católicos tradicionales en los años siguientes al Concilio. Mientras los fieles católicos estaban protestando, el mismo discurso fue usado por los herederos de Antonio Gramsci para inutilizar las disposiciones de la organización estructural mundial de la Iglesia católica romana elegantemente como querían. El papa Paulo VI les dijo a los obispos que partían, que su Iglesia había decidido optar, servir y ayudar al hombre a construir su hogar sobre esta tierra. El hombre con sus ideas y sus objetivos, el hombre con sus esperanzas y sus temores, el hombre en sus dificultades y sufrimientos... ésa era la pieza central del interés de la Iglesia, les dijo el Pontífice a sus obispos. Tan claramente elaboró el Papa sobre ese tema de la devoción de la Iglesia a favorecer los intereses humanos materiales, que el propio Gramsci no podría haber escrito un texto papal mejor para la secularización de las instituciones católicas romanas o para la descatolización de la jerarquía católica romana, del Clero y de los fieles.

 

La atención especial que los obispos habían deseado que prestara la Iglesia a la tribulación de los pobres del mundo se tradujo en algo llamado la "opción preferencial por los pobres", y que a su vez fue tomada como carta blanca para celebrar profundas alianzas políticas con socialistas y comunistas, incluyendo a grupos terroristas. El énfasis de Paulo VI sobre el interés humano se convirtió en la base para descartar el sacrificio, la plegaria, la fe y los sacramentos de la Iglesia como lemas de la esperanza en este mundo. Fueron remplazados con la solidaridad humana, que se convirtió en el objetivo y pieza central del esfuerzo católico. El ecumenismo ya no era un intento por sanar los desgarramientos heréticos y cismáticos que durante siglos habían dividido a la única Iglesia que Cristo había fundado sobre el cargo central de la piedra de Simón Pedro. El ecumenismo no era un medio para una genuina curación, sino para eliminar diferencias de cualquier clase entre todos los creyentes cristianos y no creyentes. Eso encajaba perfectamente en el nuevo objetivo central de la solidaridad humana como la esperanza de la humanidad.

La lucha fundamental en la que la Iglesia y todos los católicos estaban comprometidos ya no era la guerra personal entre Cristo como salvador y Lucifer como Adversario Cósmico del Altísimo, en la conquista de las almas de los hombres. La lucha ya no estaba en absoluto en el plano sobrenatural, en realidad. Estaba en las circunstancias materiales del tangible sociopolítico aquí y ahora. Era la lucha de clases que Marx y Lenin habían propuesto como la única zona de combate valiosa para los humanos. Por lo tanto, la liberación ya no era la liberación del pecado y de sus horribles efectos. Era la lucha contra la opresión del gran capital y de las autoritarias potencias colonialistas de Occidente, particularmente de Estados Unidos como el archivillano de toda la historia humana. A los cinco años de haber terminado el Vaticano II, a comienzos de los setenta, toda América Latina estaba inundada con una nueva teología -la Teología de la Liberación- en la que el marxismo básico estaba inteligentemente engalanado con vocabulario cristiano y conceptos cristianos reelaborados. Libros escritos principalmente por sacerdotes católicos reclutados, junto con manuales políticos y de acción revolucionaria, saturaron el área volátil de América Latina, donde más de 367 millones de católicos incluían a los estratos más bajos y más pobres de la sociedad. . . ese noventa por ciento de la población que no tenía esperanza concreta de ninguna mejoría económica para sí o para sus hijos.

La Teología de la Liberación era un ejercicio perfectamente fiel de los principios de Gramsci. Podía lanzársele con la corrupción de unos relativamente pocos Judas bien colocados. Pero se le podía dirigir hacia la cultura y la mentalidad de las masas. Despojaba a ambas de cualquier relación con lo trascendente cristiano. Encerraba tanto al individuo como a su cultura en el apretado abrazo de una meta que era totalmente inmanente: la lucha de clases para la liberación sociopolítica… Contribuyó a todo el esfuerzo la cuidadosa e intrincada red de una nueva creación, extendida por las diócesis católicas: la Comunidad de Base. Compuesta esencialmente por católicos legos, cada Comunidad de Base decidía cómo orar, qué sacerdotes aceptar, qué obispos -si es que alguno- tendrían autoridad, qué tipo de liturgia tolerarían. Se consideraba secundaria, si no completamente superflua, toda referencia a la teología católica tradicional y a la autoridad central de Roma… La acelerada difusión tanto de la Teología de la Liberación como de las Comunidades de Base fue fomentada enormemente por varios factores. Pero entre los más importantes, estaba la cadena de Comisiones Justicia y Paz (sucursales, se podría decir, de la Comisión central de Roma) que existía en todas las diócesis del mundo de la Iglesia romana. Su personal estaba compuesto mayoritariamente por clérigos, monjas y legos que ya eran marxistas convencidos, y se convirtieron en centros para la difusión de la nueva teología. Consumían los fondos vaticanos para pagar congresos, convenciones, viajes burocráticos y un aluvión de materiales impresos, todo lo cual se dirigía abiertamente a la reeducación de los fieles.

Había diálogos y convenciones cristiano-marxistas por todas partes. La influencia del inequívocamente marxista y pro soviético Consejo Mundial de Iglesias penetraba por todos lados. Los principios tradicionales de la educación se derrumbaban en las escuelas católicas, desde el nivel primario hasta el universitario. La negativa de los obispos occidentales a insistir en la obediencia de los fieles a las leyes de la Iglesia sobre divorcio, aborto, anticoncepción y homosexualidad se convirtió en la regla, no en la excepción. En realidad, por todas partes había un ímpetu masivo letal, de acuerdo con los términos de Antonio Gramsci, contra la cultura católica y cristiana de las naciones occidentales… quizá la victoria más profunda del proceso gramsciano fue básicamente visible en la pasmosa confusión, ambigüedad y fluidez que ya eran las señales características de la reacción de Roma ante la rápida descatolización de la Iglesia, así como de los tratos del Vaticano con obispos que a veces declaraban abiertamente su independencia de la autoridad papal. El control papal y del vaticano había sido eliminado efectivamente de la maquinaria georreligiosa de la Iglesia católica romana hasta un alto grado… Por cierto, en 1987, las Comunidades de Base pro soviéticas e inclinadas a la violencia, en América Latina sola, llegaban a más de seiscientas mil. Por comparación, no había ni siquiera mil diócesis católicas romanas en Norte y Sudamérica sumadas, y prácticamente todas ellas eran por lo menos dudosas en su lealtad a Roma.

 

Los sistemas de creencias profesionalmente seculares -el humanismo, la mega religión y el pozo de la fortuna de la Nueva Era, por ejemplo- forjaron sus propias y no-tan-extrañas alianzas con los herederos de Gramsci, precipitándose hacia el vacío religioso que se había creado en las sociedades anteriormente cristianas. Porque ellos también estaban unidos en la insistencia sobre la proposición fundamental de que la religión y la fe religiosa no tenían otra función más que ayudar a que toda la humanidad se uniera y estuviera en paz en este mundo, para alcanzar su cima más alta de desarrollo humano.

Dentro del "catolicismo moderno", como se llamaba a sí mismo, una gran mayoría de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos habían adoptado todos los rasgos de la nueva cultura que los rodeaba… El materialismo total era adoptado libre, pacífica y agradablemente en todas partes, en nombre de la dignidad y de los derechos del hombre, en nombre de la autonomía y libertad del hombre frente a las restricciones exteriores. Por encima de todo, tal como lo había planeado Gramsci, esto se hizo en nombre de la libertad con respecto a las leyes y restricciones del cristianismo…  en la década final del siglo veinte, hay un acuerdo tácito para no discutir el "hecho grande e incómodo" de que los líderes y las poblaciones occidentales, en su consenso público, han abandonado la filosofía cristiana de la vida humana… todo Occidente, al fin ha dado nacimiento al hijo del fantasma de Gramsci: una sociedad completamente secularizada. Y en lo que todavía se llama "el espíritu del Vaticano II", la organización institucional mundial católica romana de Juan Pablo ha sido al mismo tiempo la partera y la nodriza de esa fuerza.


Mijail Gorbachov irrumpió en la escena mundial como el primer líder soviético con mente suficientemente amplia como para evaluar, apreciar y abrazar plenamente la fórmula gramsciana. El único líder soviético suficientemente realista y valiente como para comprometer hasta sus propios territorios satélites al plan del difunto sardo para obtener la victoria en la consistente lucha del marxismo por el total predominio geopolítico entre las naciones, y por su total aceptación en los recientemente descristianizados corazones y mentes de los hombres y las mujeres que pueblan esas naciones… Flexibilidad leninista, coloreada por las sutilezas gramscianas y modificadas para agregar cualquier cosa que faltara en los anteproyectos de Gramsci para la victoria... esto constituye el programa de Gorbachov… La visión de Gorbachov estaba animada por "un sentido de inmanencia, y por su propósito de cambiar las relaciones sociales y económicas con vistas a producir un ‘hombre nuevo’, completamente liberado de los ‘viejos lazos morales’ de la civilización cristiana occidental”.

miércoles, 19 de abril de 2017

Carta de Mussolini a Maduro - No sabe ud. qué es Fascismo


   A poco más de un año de la muerte de la valiente escritora Martina Mussolini, bisnieta de Benito, publicamos acá está emocionante carta de una venezolana de corazón, dirigida a Nicolás Maduro. Además del anecdótico documento queremos destacar un hecho tan cierto como poco conocido: existe toda una dimensión de doctrinas y teorías políticas que además de ser desconocidas, lo que se conoce de ellas es tan escaso y FALSEADO que a poco que se publiciten algunos elementos de las mismas serán objeto de gran extrañeza, negación e incluso cólera de parte del gran público. Otro punto es subrayar que no son un todo orgánico y que se contraponen a menudo y más aún en los juicios de personajes y estudiosos; como todo en esta tierra poseen aberraciones y grandes aciertos. En todo caso esta sentida y directa epístola es bastante interesante.


Bisnieta de Mussolini envía carta a Maduro:


 


La bisnieta de Benito Mussolini, Martina Mussolini envió una carta abierta al presidente Nicolás Maduro donde asegura que éste no sabe qué es realmente el fascismo y lo acusa de ser un “oportunista”.

Usted no sabe qué es realmente el fascismo

A continuación la carta  completa:

Mi nombre es Martina Mussolini y mi abuelo Vittorio era el hijo de Benito Mussolini, fundador del fascismo, término que últimamente usted nombra constantemente. He entendido perfectamente, por su manera de comportarse, que no sabe muy bien qué es realmente el fascismo, pero tampoco sabe qué es el comunismo; su oratoria populista sin raíz política, solo oportunista y deseosa de poder, ha llevado a Venezuela en el caos total.

Le escribo desde Italia, donde resido desde hace más de veinte años, pero sobre todo le escribo como venezolana por adopción ya que aunque yo no haya nacido en Venezuela sino en Forlì (norte de Italia), he tenido la suerte de transcurrir mi adolescencia en ese maravilloso país y en este momento tan difícil mi corazón y mis sentimientos son hacia mis hermanos venezolanos. He tenido que dejar el País porqué allí no había futuro y siento mucho tener que repetirle a mis hijos que no los voy a llevar a conocer los lugares de mi juventud ya que es una Nación demasiado peligrosa, donde ya no hay respeto por la vida y los que deberían garantizar la justicia muy a menudo son los primeros que la traicionan.

El estadista que ha sido mi bisabuelo, Benito Mussolini, ha luchado, amado y sufrido por su pueblo y en el momento de su muerte, cuando fue colgado por los pies en Piazzale Loreto, ¡no salió ni una moneda de sus bolsillos! Usted indica como fascistas, impropiamente, a los estudiantes y ciudadanos que manifiestan pacíficamente por una Venezuela libre, segura y con un futuro.

Señor Presidente, aunque usted aplique una política de represión dictatorial que cada vez más le vuelve coautor de crímenes, ¿qué es el fascismo? Quitando la única trágica mancha de las leyes raciales, el fascismo realizó una Italia en cada rincón, creó una identidad nacional, dio escuelas y cultura, construyó fábricas y ciudades, aún con los pocos recursos naturales de Italia, unió a un pueblo. Cruzó el Mediterráneo llevando nuestra civilización y nuestra cultura en LibiaEritrea y Somalia, construyó también en esos países, carreteras y escuelas, contrariamente a las políticas coloniales de los otros países que se limitaron esencialmente a explotar. Se entendió que una guerra habría sido dañina y cuando se les pidió ayuda a las naciones democráticas como Francia e Inglaterra, con su negativa, nos lanzaron en los brazos de los alemanes, tuvimos que aceptar para defendernos; escuche los discursos de mi bisabuelo que nombraba a menudo a los alemanes y lo hacía con desprecio: “gente que ignoraba la escritura…en una época en la que Roma tenía a Cesar, Virgilio y Augusto”.

Señor Presidente, dígame ¿qué es el fascismo que usted nombra en cada discurso? El fascismo es un movimiento político revolucionario que se propone la superación del Estado liberal-democrático y del Estado comunista con una “tercera vía”, indicando en esta la construcción de un Estado ético-jerárquico fundado en la alternativa corporativa, que busca eliminar la explotación capitalista que fomenta la lucha de clasespara crear una Nación y, así, un Pueblo consciente de su propia misión.

Nació en 1919 alrededor de la figura de Benito Mussolini y derivó de lo que quedaba de la “izquierda intervencionista” después de las batallas de la Gran Guerra, se impuso en Italia mediante el escuadrismo que aniquiló el poder del partido socialista y gracias a un acto insurreccional, la marcha sobre Roma, 27-31 octubre 1922, permitió a su fundador ser designado Primer Ministro. El fascismo, una vez al poder, tuvo que renunciar a su aspiración republicana y revolucionaria construyendo un “régimen dualístico” donde las prerrogativas monárquicas convivieron por largo tiempo con las instituciones del fascismo de inspiración proletaria. Después de la caída de Mussolini (25 de Julio de 1943) y la consiguiente rendición sin condiciones del Reino de Italia, el fascismo regresó al poder por corto tiempo durante el breve período de la República Social Italiana donde pudo volver a adquirir su enfoque republicano y dar comienzo a esa revolución social que desde siempre estaba entre sus mitos fundadores.

Señor Presidente, bien o mal, esta gente ha dejado una marca en la historia, páginas de gloria que citamos con orgullo y páginas de lágrimas que con fiereza del uno y del otro frente evocamos para no olvidar.

Señor Presidente, ¿sabe usted que sobre el fascismo y de su actuación se habla todavía hoy y justamente en la Comunidad Europea, mediante insignes economistas por el progreso y el desarrollo que este tipo de movimiento puede generar? Si se aplicaran los principios fundamentales del manifiesto de Verona, Europa estaría fuera de la crisis económica; si solo pensamos que el economista ingles M. Shanks, director de la Comisión Europea, que en su libro “What is wrong with the modern world?” traducido: “¿Qué hay de equivocado en el mundo moderno?” indica justamente el Estado Corporativo de Mussolini, frente a la persistente crisis del liberalismo y del marxismo , como único modelo para salir de las contraposiciones vigentes en la Democracia Parlamentaria, concluyendo con: “no hay alternativa, o el Estado Corporativo o el colapso del Estado”, esto hace reflexionar profundamente ya que ¡lo afirma un economista de fama mundial en un contexto actual de crisis global!.

Déjeme decir que, a esos estudiantes que usted persigue injustamente, a esas mamás, a esas mujeres, a esos comerciantes, a esos trabajadores, a todo ese maravilloso pueblo que exprime libremente su sentimiento de vivir, como pueblo unido y compacto venezolano, ¡no interesan las ideologías de derecha, izquierda o centro! ¡Tienen hambre! Están cansados de hacer colas interminables por un pedazo de pan, desean poderse curar en su país donde no hay medicinas, están aterrados por una criminalidad en continuo aumento y que no se ve obstaculizada por las fuerzas del orden. La mayoría de ellos no logra entender su propia condición de extrema pobreza aun viviendo en un país con enormes potencialidades económicas e ilimitados recursos naturales, cosa que Italia no tenía ni tiene.

Las masas oceánicas que invaden las calles venezolanas son solamente venezolanos llevados a la exasperación por un régimen no democrático, corrupto, que fomenta un odio social sin precedentes y que no respeta los derechos humanos; es un crimen, repito es un crimen seguir la guía de un país sin ninguna dirección solo por la codicia del poder.

Doy gracias a Dios cuando escucho a los opositores llamar “hermanos” a los chavistas, cuando veo niños entregar flores a los policías alineados frente a ellos y los muchos mensajes de solidaridad de la gente común de todo el mundo. Es en este momento que me pregunto ¿dónde está la Comunidad Internacional qué espera para intervenir y  aliviar los sufrimientos de un pueblo?, ¿dónde están las Organizaciones Internacionales que garantizan la paz y el progreso, adonde están? ¡El que se cansa, pierde! No me cansaré nunca de dar mi apoyo por una Venezuela libre, unida y en paz.

Martina Mussolini