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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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¿DE QUÉ ESTAMOS HECHOS?

    Contrariamente a la moda en boga de los medios, los presentadores y buena parte de la red, que se pretenden mesurados, línea media, ...

sábado, 30 de diciembre de 2017

NI SOCIALISMO NI LIBERALISMO -NO MULTICUTURALISMO, SÍ TRADICIÓN


En esta ocasión he sintetizado dos artículos de la red (de Julio Llorente y La Gaceta) en que se da noticia de los positivos giros políticos acaecidos recién en Polonia –más adelante mostraremos en otros países –que nos indican que no es cierto que estamos condenados a la polaridad, Socialismo-Liberalismo, que tan fuertemente ha golpeado al mundo entero y que muchos creen insuperable.


MATEUSZ MORAWIECKI
 

UNA ALTERNATIVA A AMBOS MODELOS
 

La revolución conservadora de Polonia: ni socialismo ni capitalismo.

Nuestra doctrina económica está tan lejos del neoliberalismo como del socialismo’, asegura el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki

  Esa idea de que la derecha política es y siempre será amiga del capitalismo se ha acabado revelando falsa. No en vano, por toda Europa están surgiendo movimientos políticos que abrazan una suerte de conservadurismo moral y social (de origen cristiano) y rechazan el globalismo neoliberal, ése que pretende acabar con las fronteras y que se sirve de la inmigración y de las deslocalizaciones industriales para abaratar la mano de obra.

  Un paradigma de movimiento conservador de este cariz es la formación política que hogaño gobierna Polonia, Ley y Justicia. Así, con la ex primera ministra, Beata Szydlo, y con el actual primer ministro, Mateusz Morawiecki, el partido político ha aprobado en el país centroeuropeo diversas leyes que, al tiempo que fortalecen la familia y del derecho a la vida del no nacido, contravienen los principios básicos del neoliberalismo.

  Por ejemplo, el Gobierno de Ley y Justicia apadrinó un proyecto de ley cuyo objetivo estriba en prohibir la apertura de comercios en domingo, de tal modo que los trabajadores gocen de más tiempo para pasar con sus familias y las pequeñas tiendas no sean fagocitadas por las grandes superficies. La medida, que ayuda a consolidar la unidad familiar en el país, es manifiestamente contraria a los principios del capitalismo.

  En este sentido, el Ejecutivo polaco también impelió hace más de un año un plan de ayuda a las familias con más de un hijo; plan, denominado 500+, por el que las familias reciben una cantidad de 500 zlotys libres de impuestos por cada segundo y posterior vástago. Esta medida, cuyo propósito era y sigue siendo incentivar la natalidad, fue cáusticamente criticada por los partidos liberales del país, que consideraban injustificado ese gasto estatal.

Ni socialismo ni capitalismo
  Este rechazo del pensamiento capitalista queda evidenciado también por las mismas declaraciones del actual primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. No en vano, pocos días después de haber tomado posesión, manifestó su afán de construir un modelo económico que permita a los trabajadores gozar de salarios dignos y de más tiempo para las familias: ‘No queremos que los polacos trabajen largas horas, queremos que trabajen eficientemente. Queremos que disfruten de más tiempo para su familia, para sus allegados… Éste es nuestro objetivo para nuestra estrategia de desarrollo’.
  Morawiecki, que ya ha manifestado en reiteradas ocasiones su intención de mantener inalterada la política migratoria de su predecesora (contraria a la de Bruselas), sintetizaba hace días la esencia de su política económica: ‘Nuestra doctrina económica está tan lejos del neoliberalismo como del socialismo’, aseveraba abriendo la puerta a una tercera vía más acorde a la doctrina social de la Iglesia.

Mujer y mercado laboral
  En esta línea, el primer ministro polaco también ha reflexionado sobre la necesidad de que la mujer pueda elegir dedicar sus esfuerzos, su vida, a lo doméstico: ‘De forma razonable, debemos ayudar a nuestras mujeres – esposas, hijas, madres, hermanas – tanto en su puesto de trabajo como en la vida cotidiana. Y manifestar que, cuando hablemos de maltrato, opresión o injusticia, no lo toleraremos de ninguna forma o manera’.

  En Hungría y en Polonia encontramos ejemplos de una derecha que se ha percatado de que el liberalismo es tan nocivo, tan pernicioso, para los valores cristianos como el socialismo. Ya advertía el escritor inglés Hilaire Belloc que el capitalismo se desenvuelve mejor en un escenario de anarquía moral.

El triunfo de la derecha polaca: No al multiculturalismo, sí a la tradición.

 

El Gobierno de Polonia se ha convertido en uno de los quebraderos de cabeza de la Unión Europea, que ve con preocupación las reformas impulsadas por Varsovia.

  A ojos de Bruselas, sin apenas autocrítica, dichas medidas se alejan de los valores europeos, algo que contrasta con el discurso de Visegrado, que pone de relieve cómo la UE está renunciando a sus principios fundacionales
El partido gobernante, el conservador Ley y Justicia (PiS), se convirtió en las elecciones generales de 2015 en la primera formación en lograr una mayoría absoluta (con un 37 % de los votos) en el país centroeuropeo desde la caída del comunismo.

Muchos pensaban entonces que no lograría ni siquiera acabar su legislatura, aunque dos años después de su victoria la oposición se deshace y los sondeos dan a Ley y Justicia cifras de apoyo récord. La población apoya a su Ejecutivo y respalda las políticas que le han llevado a enfrentarse con los burócratas comunitarios.
  Una de las claves para entender por qué este partido se consolida en Polonia es la buena marcha de la economía… es además significativo porque concede a Ley y Justicia 285 escaños en el Parlamento, a sólo 22 de los 307 necesarios para alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para modificar la Constitución, el gran anhelo de un partido que se ha propuesto llevar a cabo en Polonia una auténtica revolución nacional.
  En su primer discurso político ante el Parlamento, anunció que seguirá las políticas marcadas por Szydlo, confirmando el rumbo conservador y nacionalista del Gobierno de Varsovia a pesar de las críticas internacionales.

A falta de comprobar si el talante negociador y la experiencia internacional de Morawiecki pueden ayudar a mejorar las resentidas relaciones con Bruselas, todo apunta a que Polonia mantendrá su desafío a la UE, que puede sancionar a Varsovia por sus reformas y su negativa a aceptar el plan de cuotas de refugiados.
 
En el punto de mira de la Comisión Europea están las reformas de la Justicia impulsadas por el Gobierno de Ley y Justicia. Uno de los puntos más polémicos es el adelanto de la edad de jubilación (de 70 a 65 años) de los magistrados del Tribunal Supremo para dar entrada a nuevos magistrados.

  Según el Gobierno, esto permitirá que por fin Polonia se desprenda de los últimos restos del comunismo presente en las instituciones, mientras que la oposición denuncia lo que califican de asalto a las instituciones.

jueves, 28 de diciembre de 2017

CAMPAÑAS POLÍTICAS


En triste constatación de que las cosas no cambian mayor cosa, presento esta situación macóndica (del eterno estar de Macondo). Un art. publicado en el periódico digital del economista y amigo chileno Claudio de Rosas, el cinco de noviembre de 2011, comentando nuestra situación electorera. Agregué grabados.


REFLEXIONES SOBRE CAMPAÑAS Y LIBERTAD

                                                                      Por Roberto López-Geissmann.

 
 
     El adelanto de la campaña política –deplorable por demás para muchos –atraerá forzosamente “otras campañas”, de comprensible lógica, que serán arrastradas por la importancia real del gran pugilato político que se nos viene. Debe quedar claro que muchas de ellas serán legítimas, pues no importa si tienen sesgo y sus resultados terminan en apoyo o detracción de uno u otro lado, lo importante es que no se constituyan en rémoras vergonzantes a remolque de un partido, del que entonces sería más lícita una actuación sin máscara y directamente ligada al apoyo incondicional.

     Es una labor romana tratar con mesura, buscar el equilibrio e intentar la difusión de algunos conocimientos, porque la inveterada falta de reflexión, el hartazgo de propaganda y pasiones, unida a la moda de la utilización de argumentos zafios, ordinarios, baratos y de la mayor superficialidad, hacen a un lado cualquier intento de que se piense, se distinga y se aclare la mente. Esto sucede con la mayor facilidad cuando muchas personas, nada tontas, observan que bajo el ropaje de La Libertad se escudan grupos interesados únicamente en la realización o crecimiento… de sí mismas y de los suyos, importándoles un bledo el resto, sean “mayorías o minorías”. Que esto es cierto, que ocurre, que es una realidad, es innegable; negarlo es ya signo de malicia o estupidez.

 

     Pero –ojo, lector, con lo que sigue – son igualmente verdaderas las siguientes proposiciones: 1) Aprovechados, farsantes, hipócritas… hay en toda la viña del Señor, como también existe gente correcta y decente, por lo que no se puede tomar el rábano por sus hojas y juzgar a todos por algunos, siendo lo prudente apoyar a los honestos y, más aún, acercarse y participar en cualquier campaña o tras cualquier idea en la que pensemos que es valiosa. 2) Más importante aún es NO DESECHAR una idea o principio estupendo porque coyunturalmente se encontrare enarbolado por algunos que juzguemos que no sean los mejores representantes del mismo; así, en el ejemplo, la valiosa Libertad no dejará de brillar en su excelso contenido porque una mano (o boca) sucia exponga sus colores, así como un diamante en fango siempre seguirá siéndolo; recordemos que el diablo puede citar las Escrituras, sin restarles verdad.

 
       Con lo anterior hemos querido significar que tenemos la responsabilidad de ir más allá de la frase hecha y la opinión masificada, de superar cualquier tipo de sentimentalismo y luchar contra nuestras propias debilidades, para lograr una evaluación serena y valiente, que sin duda estará más cerca de la verdad que otra cargada de opiniones ajenas y resentimiento. Sólo un esfuerzo de esta índole podrá llevarnos a la toma de decisiones que vayan más lejos de nuestras narices y que obremos en función del Bien Común y del mejor interés de nuestros hijos. Que ninguna opción está a la altura de nuestras necesidades… puede ser cierto, pero recordemos, como dijo Da Vinci: Si el artista quiere una belleza digna de su mérito es dueño de crearla. Para mientras, nuestro deber consiste en escoger cuál opción nos permite seguir en “la lucha por el Derecho”, la Justicia y la Paz Integral, y con qué otra se nos podría privar de la mera posibilidad de intentarlo, arrebatándonos hasta la esperanza. De esta decisión dependerán muchas vidas y muertes.

 

       Por desgracia –esto es un decir, pues no podemos renegar de la creación –, la Naturaleza es implacable y sus leyes deben cumplirse; así como si te lanzas de un precipicio, te despeñas y si pones tus manos al fuego, te quemas… de igual forma las relaciones del hombre en sociedad tienen su forma intrincada aparentemente de sucederse y, de no seguirse sus leyes es harto difícil llegar a donde se quiere. ¿De qué va todo esto? Veamos…

 
 
       Los pueblos claman por sus necesidades básicas y vuelven sus ojos hacia la Economía. Esta les da una respuesta que a menudo no se acepta porque se les antoja que tarda mucho, sobre todo cuando los agentes económicos tienen el poder para pervertirla en provecho de sí, distorsionando la solución que aliviaría a la población. Qué pues, se necesita, además, ya que debiera quedar claro que la sola solución económica no basta (de hecho ningún economista capaz lo ha pretendido). Es aquí en que surgen las cuestiones socio estructurales, propiamente políticas y aún metapolíticas, llegándose hasta cuestionamientos de tipo ético, solidario y hasta espiritual… haciéndonos pensar si no debiéramos haber comenzado, paralelamente, con estos planteamientos desde el principio. Nos proponemos continuar con estas reflexiones en la siguiente entrega.

sábado, 23 de diciembre de 2017

CULTURA Y REVOLUCIÓN


LA CULTURA COMO INSTRUMENTO REVOLUCIONARIO

Especial para Arcisterio

Escrito y citas por Roberto López-Geissmann

 

Lo escrito en azul es de R.L.G.
Al final les dejo el link de una entrevista con Nicolás Márquez sobre este tema, son 12 min. sin desperdicio.

La revolución verdadera no es la Revolución en la calle, es la manera de pensar revolucionaria. Charles Maurras.

   Dirigiéndome principalmente al interesado, que por desgracia no lee mucho, presento estas reflexiones y citas esperando que llamen la atención sobre el más importante fenómeno de la actualidad, como es el de la Cultura.

   Imposible reseñar aquí las oleadas que han ido modificando el marxismo clásico en el actual “neo”, que en los términos más amplios, y acaso más correctos pueda denominarse como la nueva izquierda. Aunque breves debemos trazar unas líneas conductoras y relacionantes. Digamos primero que el marxismo-leninismo ya posee en su mismo seno original las raíces que conducen sin mayor trastorno doctrinal al cambio mega estratégico que se ha llegado a dar potenciando la Cultura tal como se da hoy. Apenas si podemos enunciar:

·        La influencia de GramsciCuadernos de la cárcel – como gran faro de esta tendencia, comparado con Lenin, y para algunos incluso superior.

·        Se desgajan como productos, asociados o complementadores una serie de intelectuales franceses, principalmente los Deconstructivistas. Derrida, etc

·        Destacado debe ser el Eurocomunismo, tanto el libro del mismo nombre de Santiago Carrillo, como la tendencia en sí que inspiro obras variadas.

·        Se suele pasar por alto en estos lares la referencia a la Perestroika, de Gorbachev, que personalmente es una línea válida, así como su Glasnost.

·        Destacados intelectuales europeos y de ambas Américas (de larga cita) así como los artífices y pontífices de la degradada Teología de la Liberación.

·        Las tendencias divisorias y reduccionistas, como son las leyendas negras, el indigenismo, pacifismo, ecologismo tendencioso, autonomías y otras…

·        Finalmente la poderosísima tendencia de las llamadas Tesis de Género y sus acompañantes: pansexualismo, LGTB, aborto, pedofilia y varios más.

NOTAS: 1) Por ser este apenas un sencillo mapeo no es posible aportar los nombres de autores y libros que sustanciarían este proceso político cultural. 2) Sugiero que de los siete puntos tomen al menos un elemento de referencia para irse adentrando en este maremágnum. Ej.: Gramsci, Eurocomunismo, Perestroika, lobbys LGTB y así, para que el lector vaya conociendo más.

   Claro está que estas ideas disolventes no hubieran penetrado tan honda y fuertemente de no estar encaramadas en los hombros de otras ideas –no necesariamente de origen marxista, pero sí en su gran mayoría recipiendarias de la ilustración y la revolución francesa –que permearon el terreno de una subversión que, cuando le tocó cosechar tenía un terreno abonadísimo. La misma Modernidad y Posmodernidad no son sino estadios progresivos y confluyentes de las Ideas Madres de donde proceden.

 

   Como dicen, el diablo primero confunde (obnubila, envuelve en niebla) al que quiere vencer; táctica astuta y poderosa por la que la Relatividad en todos los ámbitos ha relegado a la sabiduría tradicional, la sana razón natural, la misma inteligencia y hasta a la experiencia práctica al rincón caótico de las discusiones infinitas, con el agravante de que cualquier palurdo puede adversar a cualquiera, no importando razonamientos ni hechos, eliminando el principio de autoridad. Véase si no corresponde ello al auge del caos contra el orden.

   Así, el término Cultura fue -¡cómo qué no! –uno de los primeros bocadillos. Como escribió René Antezana Juárez:

  “Desde que se amplió el concepto de cultura, de modo que no se reduce tan solo a las bellas artes, hay una gran confusión. Ahora incluye una mirada antropológica, donde se entiende por cultura todo lo que hace el humano desde que transforma un objeto natural para un fin. En tal sentido, “todo” es cultura.

  La otra cara es de confusión cuando la cultura pasa a manos de intereses económicos y políticos que convierten la rebelión, la resistencia y las expresiones de los pueblos y sus creadores en meros objetos de consumo. Hoy en día la cultura ya no es territorio de transformación y búsqueda de nuevos horizontes para los países y para la civilización, sino un enorme negocio promovido por corporaciones que imponen modas, gustos, preferencias, consumo, y que le ponen precio a toda expresión artística, ya sea que venga de procesos populares o de creadores colectivos o individuales. Esta confusión no es gratuita, está dirigida a promover generaciones de personas sin capacidad crítica y, lo peor, sin interés de involucrarse en lo político (lucha por el bien común), bien alimentados en su individualismo consumista. Las llamadas “industrias culturales” tienen esta carga conceptual y política. De pronto, ya ni la cultura —como espacio de creación y recreación— ni los creadores (hay excepciones, claro está) cumplen una función de resistencia y transformación, sino se convierten en correas de transmisión de un sistema que los devora en mente y alma. Si bien el nuevo concepto de cultura pone en su lugar muchas cosas, también deforma el rol de la cultura y lo desvanece peligrosamente”.

   Augusto del Noce afirma que “La meta del Eurocomunismo es la conquista de la cultura”. De allí las cacerías de brujas contra autores y editoriales que no son “políticamente correctos”, el odio a todo Revisionismo (plantearse que no todo lo que oficialmente nos es dado como historia sea verdad) y los aludes de señales desde programas de TV, películas, noticias y todo tipo de comerciales.

   Uno de los grandes signos de la nueva cultura, bajo el ropaje de la diversidad y el respeto –que tanto emboba a los liberales incautos –son todos los elementos que lleven a desunir, dividir, debilitar… a la sociedad, la familia, al mismo individuo, desprovisto de un concepto pétreo de deberes, responsabilidades y de un sentido místico que se ha enterrado con “la muerte de Dios” que ahora se disfraza con los frutos podridos de una farsa de cristianismo católico súper light. Todo es separar, liberar, independizar… que debilita, confunde, corroe.

TODAS LAS OPCIONES SON MÁS O MENOS DECADENTES
 

   La más ostensible y reciente de estas penetraciones subversivo culturales es la promoción de la monstruosa ideología de género y su corte de aberraciones. Este escrito no puede sino proponerse indicar las líneas más gruesas y provocar avidez para que el interesado penetre las tinieblas de esta amenaza mundial. Un ensayo, por breve que fuere, requeriría seis veces más longitud que estas líneas. Dejó con ustedes las luces del maestro Francisco Elías de Tejada:

  “Ni Dios, ni hombre. El estructuralismo es un humanismo ateo, o si se prefiere un ateísmo deshumanizado. De ahí venga a ser el signo apocalíptico de la civilización mecanizada, técnica y sin alma de los magnos imperios capitalistas del siglo XX, del capitalismo estatal de Rusia y del capitalismo de las grandes sociedades norteamericanas. No en balde el propio Claude Levy-Strauss condensó sus teorías durante los años en que viviera en América del Norte. Porque en esas sociedades extremosamente capitalistas ya la historia está suplantada por la técnica: en los Estados Moda, se dirá, y mal seña si no lo fuera. Porque las modas, pasajeras son. Que si agarrase con sus manos el futuro la técnica, dignificada por la especulación estructuralista, asesinaría al tipo humano que hoy conocernos, acabaría con cada una de las maneras de civilización que trabajosamente ha ido elaborando el hombre en sus afanes culturales durante diez mil años.

Su triunfo supondría la sustitución de las ciencias por las técnicas; o sea, el final de nuestra concepción del mundo y de la vida unidos, porque carecen de historia. En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas adrede están empeñados en matarla. Detrás del estructuralismo late la suplantación de la ciencia por la técnica, una vez eliminada la filosofía; hecho que efectivamente está ya sucediendo en la segunda mitad del siglo XX”.

 

   El gran pensador argentino Alberto Boixadós dijo: “Pensamos que muy pocos hombres, con vocación de auténtica libertad, han calibrado en toda su magnitud la conexión indeleble pero efectiva, entre los niveles teológico, cultural y político”.






Link de Nicolás Márquez sobre el marxismo cultural.
https://www.youtube.com/watch?v=2UhCVP1NuQI

domingo, 17 de diciembre de 2017

COMPRENDIENDO EL PESIMISMO Y EL OPTIMISMO


Presento, a través de dos arts. publicados en El diario de hoy –el 19 de diciembre de 2012 y la última semana del mismo mes en 2013 –mis conceptos relativos al Optimismo y Pesimismo los que, adecuadamente balanceados resultan en una eventual síntesis que, de asumirla puede catapultarnos hasta el Heroismo.

  De entrada, una de las frescas y geniales caricaturas de Quino que ilustra un tipo de optimismo utópico delirante… si vamos a creer en esa fábula demagógica; de hecho la astuta Mafalda no se la cree y ríe del absurdo.


 

 

Visiones para armonizar
PESIMISMO Y OPTIMISMO
                                                                            Roberto López-Geissmann

Un perdedor no es quien llega al último, sino aquel que se sienta y mira, y nunca ha intentado correr. Oscar Pistorius.

    ¿Se puede ser ambas cosas al mismo tiempo? Tal vez sí, pero claro que no opinando sobre el mismo punto y al mismo tiempo. Si el optimismo es una posición predestinada en la que siempre hay que pensar que todo va a arreglarse, que si sufres o dejarás de hacerlo o da gracias por ello, si te quiebras “¡qué bueno! Piensa que siquiera estás vivo”; que deja de lado todo análisis situacional, sea empresarial, político o filosófico para levantar fanáticamente una triste y patética banderita de conformismo… si piensas así no estoy contigo puesto que es una visión tan extravagante como el pacifismo extremo.

    Igual de negativa es la visión que postula que todo es para peor, que el mundo se mueve en una especie de “involución” por la que prácticamente no hay nada que pueda hacerse –de allí surge el nihilismo (de nihil=nada) e influencia ramas del existencialismo pesimista –, lo que paraliza y enfurece. Como el Ying y el Yang, como el equilibrio que postula la Tradición –con mayúscula, que es sabiduría y no mera costumbre -, como el concepto de armonía griego y la misma ciencia que niega el monismo, prefiriendo lo holístico (un sistema debe estudiarse como funcionalidad completa y no sólo una suma de partes) a lo unidimensional, que por definición peca de limitado. Así, el abordaje interpretativo del mundo y, no menos importante, la actitud a tomar en nuestro carácter y emociones, debe ser integrador y completo.

 
    La propaganda alemana en la 1ª guerra mundial decía que el pueblo con los nervios más sólidos ganaría, y ellos fueron los más nerviosos, por lo que fue Dostoiewski quien luego tomó auge con personajes más complejos, quienes, asumiendo sus pecados y falencias, se sobreponían sobre ellas y –a menudo sin superarlas –afrontaban y vencían los retos que las circunstancias les imponían. Como exponía el autor citado en su “héroe” del Idiota: “Fijar un polo, escoger una posición en la que el mundo se toma como ordenado… -lo que es cierto, pero no lo es menos el que desconocemos todos los alcances de ese orden, pero en vías a cuidar “el desquicie” mental y social postula la unilateralidad del orden fijo -... pensar como intercambiables espíritu y naturaleza…es ser el mayor enemigo del orden… un pensamiento que tome en cuenta el inconciente, al caos, destruye todo orden humano”.

    De allí que puedas tener una visión analíticamente pesimista de la civilización, en cuanto sientes que no va por buen camino –en buena medida por la estrechez de miras y el fanatismo –y al mismo tiempo tengas una visión optimista del comportamiento humano en cuanto concibes una posición de prueba asumida, de amor con esperanza en algo más que la materia y finalmente de heroísmo; hacer gimnasia del carácter, rodeado de espíritu conciente de un mundo grande, alto y hermoso… no es de todos pero también podemos, eso sí todos, tratar de asumir dentro de las ruinas, estar de pie en ellas.
 
OPTIMISMO, PESIMISMO Y HEROÍSMO

                                                                                           Roberto López-Geissmann

El hombre de talento es naturalmente inclinado a la crítica, porque ve más cosas que los otros hombres y las ve mejor. Montesquieu.

    Releyendo un viejo artículo de un amigo en el que dice que el optimismo consiste en observar la realidad en su mejor aspecto, y claramente expone que es verla en una de sus mejores posibilidades; que “optium” significa “lo mejor”; y ese “mejor aspecto” se recomienda como visión de vida. Aclaremos.

Si –condicional –Optimismo significase el ver la realidad a través de una criba que únicamente nos permita ver lo mejor que la realidad contenga, invisibilizando lo feo, lo malo, el peso de una realidad a sufrir (o luchar denonadamente, no en forma suave bajo cielos azules y música de hadas); ocultando de hecho los monstruos, los pantanos, las duras cumbres a superar… entonces diré que este optimismo no me gusta, que es un cebo para posibles molicies que se confíen en una falsa seguridad o probabilidad que de hecho se perfila muchísimo más improbable o dificultosa; que nebulizando la realidad invoca puertas de salida emocionales, que restan eventualmente la precisión que se requeriría para bien combatirla.

    El Pesimismo, si lo tomamos con la misma definición, con el sentido opuesto, sería deudor de las mismas críticas en cuanto parcial, nebuloso y definitivamente sería otro factor ocultante de la realidad. Sucede que los signos de los tiempos arrojan normalmente –desde hace mucho –una realidad más negativa y criticable, aunque quisiéramos que fuera buena y encomiable. Por ello, una visión certera y real del mundo, la sociedad y la humanidad, necesariamente contiene más elementos negativos (pesimistas) que positivos (optimistas), no porque así lo queramos sino porque así es. De lo que se sigue que usualmente la realidad, en nuestro momento histórico, tenga más de pesimista que de optimista.


    Pero si en cuanto realismo nos atenemos a lo dicho, alejándonos de la tesis del optimismo tal cual se comenta al principio, es imperativo reflexionar ahora lo siguiente… Una consecuencia del realismo (pesimista) es la desconfianza, pero recordemos que esta, como los buenos perfumes, estimula en una dosis adecuada, pero en una dosis excesiva nubla los sentidos. Lo que puede volcar la desesperación o la inanidad, dejar estupefactos y paralizados a los analistas; ello de suyo no es lo que recomendamos ni desde el punto de vista práctico ni desde la ética superior o la creencia espiritual. Aquí viene el giro.

    Es que si vemos el Optimismo como un no dejarse arredrar, amilanar –achicar, en guanaco –y sobreponerse al agobio, remontándolo y luchando en un calor interior en el que no le importe en forma absoluta (sino sólo relativamente) el triunfo objetivo, pero fundamentalmente por darse una disciplina de combate, ya sea física, emocional o espiritual que luche en aras a su “yo interno” –por Dios, por el diablo y porque si –pues estaríamos ante una definición más que aceptable, querida, de un sentido de optimismo que no se ciega ante la realidad viéndola en su “mejor aspecto”, sino que viendo lo que es… se atreve y lo enfrenta, gane o no gane, se debe a su esfuerzo, en él se nutre, por él se guía, orienta e inspira. Aunque claro este es el optimismo de la auténtica heroicidad. Cosa que existe aunque no se observe a menudo.

 

viernes, 8 de diciembre de 2017

LA JUVENTUD SOBREVALORADA


   Como muchos, siempre hemos pensado análogamente al pensamiento de Olavo en relación a la juventud –tan plena de gracias y ventajas, como de falencias y trampas –aunque desde hace décadas, el endiosamiento que los medios (instigados por intereses muy precisos, organizados en torno a una cultura disolvente de claro corte revolucionario izquierdista) han realizado con nuestra Juventud ha hecho que hasta los críticos moderados escaseen. Los políticos demagogos sólo los alaban con la aviesa intención de manipularos o de rellenar a los contrarios de un material noble y generoso pero todavía carente de mayor experiencia y criterio. Aunque parezca opuesto, estas líneas están llenas de amor y respeto, aunque principalmente para toda la sociedad.
 

El imbécil juvenil

Olavo de Carvalho Publicado en febrero 25, 2014

 

Olavo de Carvalho, (1947) nació en Campinas, São Paulo. Es un periodista, filósofo, docente, escritor y conferencista brasilero. Su trabajo se ha centrado en la emancipación del individuo de la tiranía colectivista. Es uno de los pensadores antimarxistas más vigorosos de la actualidad.

 

He creído ya en muchas mentiras, pero hay una a la que siempre he sido inmune: la que exalta la juventud como una época de rebeldía, de independencia, de amor a la libertad. No he dado crédito a esa sandez ni siquiera cuando, siendo yo joven, me lisonjeaba. Todo lo contrario, desde muy pronto me impresionaron enormemente, en la conducta de mis compañeros de generación, el espíritu de rebaño, el temor al aislamiento, el servilismo a la voz cantante, el ansia de sentirse iguales y aceptados por la mayoría cínica y autoritaria, la disposición de rendirse a todo, de prostituirlo todo a cambio de una insignificante plaza de neófito en el grupo de los “tíos guay”.
El joven, es cierto, se rebela muchas veces contra sus padres y profesores, pero es porque sabe que en el fondo están de su parte y jamás responderán a sus agresiones con fuerza total. La lucha contra los padres es una comedia, un juego de naipes marcados en el que uno de los contrincantes lucha por vencer y el otro por ayudarle a vencer.
Muy diferente es la situación del joven ante los de su generación, que no tienen con él las condescendencias del paternalismo. En vez de protegerle, esa masa ruidosa y cínica recibe al novato con un desprecio y una hostilidad que le hacen ver, en seguida, la necesidad de obedecer para no sucumbir. De sus compañeros de generación es de donde adquiere la primera experiencia de enfrentamiento con el poder, sin la mediación de esa diferencia de edad que da derecho a descuentos y atenuantes. Es el reino de los más fuertes, de los más descarados, el que se afianza con toda su crudeza sobre la fragilidad del recién llegado, imponiéndole pruebas y exigencias antes de aceptarlo como miembro de la horda. A cuántos ritos, a cuántos protocolos, a cuántas humillaciones se somete el postulante, para escapar de la perspectiva aterradora del rechazo, del aislamiento. Para no ser devuelto, impotente y humillado, a los brazos de su madre, tiene que aprobar un examen que le exige menos valor que flexibilidad, que capacidad de amoldarse a los caprichos de la mayoría – la supresión, en definitiva, de la personalidad.
Es cierto que se somete a eso con placer, con el anhelo de un apasionado que hará de todo a cambio de una sonrisa condescendiente. La masa de los compañeros de generación representa, en resumidas cuentas, el mundo, el gran mundo en el que el adolescente, emergiendo del pequeño mundo doméstico, pide la entrada. Y la entrada cuesta cara. El candidato debe, en seguida, aprender todo un vocabulario de palabras, de gestos, de miradas, todo un código de señas y símbolos: el mínimo fallo le expone al ridículo, y la regla del juego es generalmente implícita, teniendo que ser adivinada antes que conocida, copiada antes que adivinada. El modo de aprendizaje es siempre la imitación – literal, servil y sin discusión. La entrada en el mundo juvenil dispara a toda velocidad el motor de todos los desvaríos humanos: el deseo mimético del que habla René Girard, en el que el objeto no atrae por sus cualidades intrínsecas, sino por ser simultáneamente deseado por otro, al que Girard llama el mediador.
No es de extrañar que el rito de entrada en el grupo, al costar una inversión psicológica tan elevada, acabe por llevar al joven a la completa exasperación impidiéndole, al mismo tiempo, descargar de vuelta su resentimiento sobre el grupo mismo, objeto de amor que se oculta y que por eso tiene el don de transfigurar cada impulso de rencor en un nueva embestida amorosa. ¿Hacia dónde se revolverá, entonces, el rencor sino hacia la dirección menos peligrosa? La familia surge como el chivo expiatorio providencial de todos los fracasos del joven en su rito de transición. Si no logra ser aceptado en el grupo, lo último que se le ocurrirá es achacar la culpa de su situación a la fatuidad y al cinismo de quienes le rechazan. En una cruel inversión, la culpa de sus humillaciones no será atribuida a los que se niegan a aceptarlo como hombre, sino a los que lo aceptan como niño. La familia, que le ha dado todo, pagará por las maldades de la horda que se lo exige todo.
A eso es a lo que se reduce la famosa rebeldía del adolescente: amor al más fuerte que le desprecia, desprecio al más débil que le ama.
Todas las mutaciones se dan en la penumbra, en la zona indistinta entre el ser y el no-ser: el joven, en tránsito entre lo que dejó de ser y lo que no es todavía, es, por desgracia, inconsciente de sí mismo, de su situación, de las autorías y de las culpas de cuanto pasa dentro y alrededor de él. Sus juicios son casi siempre la completa inversión de la realidad. Ése es el motivo por el que la juventud, desde que la cobardía de los adultos le dio autoridad para mandar y desmandar, ha estado siempre a la vanguardia de todos los errores y perversidades del siglo: nazismo, fascismo, comunismo, sectas pseudo-religiosas, consumo de drogas. Son siempre los jóvenes los que están un paso al frente en la dirección de lo peor.
Un mundo que confía su futuro al discernimiento de los jóvenes es un mundo viejo y cansado, que ya no tiene ningún futuro.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

CONSUMISMO: GRAVE ENFERMEDAD SOCIAL


   Después de un par de aportaciones intelectuales en noviembre, volvemos a jugar con las variantes que hemos querido caracterizar como esencia de este blog.

   Con base a un art. aparecido el 12 de diciembre de 2013 en El diario de hoy presento a su reflexión inicial el tema del CONSUMISMO, como grave enfermedad social, cáncer de una modernidad hedonista, simplista y egoísta. Distingamos del todo la crítica izquierdista al “consumo” en forma genérica y total; hablamos del exceso, del mal uso, del salvaje instinto que degenera en una idolatría y que acaba por encenagar los mejores valores e impulsos sociales.

 

 
CONSUMISMO DESTRUCTOR
Roberto López-Geissmann
                                                                                                

    De la religión de consumo no escapa ni el consumo de la religión, presentada como un remedio milagroso, capaz de aliviar dolores y angustias, garantizando prosperidad y alegría.  Alain de Benoist.

    Cuando tratamos temas como el actual nos vemos precisados a advertir continuamente los equívocos que pueden darse, puesto que desgraciadamente la confusión generalizada puede torcer nuestras intenciones y lograr que un discurso pueda tomarse incluso como contrario a la idea que se quería presentar. Con esto advierto que no pretendo hacerle el más mínimo guiño a la izquierda que hace del “consumismo” una teoría completa, la cual la pone como estandarte del capitalismo, de la oferta y la demanda y, ya lanzados, hasta de la propiedad privada. Rechazar el consumo en forma total es rechazar a la esperanza, a la alegría y al derecho al disfrute individual; aparte de las complicaciones técnicas de cabalgar esta economía sin consumir, pero el punto es precisamente el consumismo como concepto cuasi sagrado, religioso, como decía A. de Benoist: “El pecado original de esta nueva "religión" es que, al contrario de las tradicionales, ella no es altruista, es egoísta; no favorece a la solidaridad, y si a la competitividad; no hace de la vida un don, pero posee. Y lo que es peor: hace como si fuera el paraíso en la tierra y manda al consumidor a la eternidad completamente desprovisto de todo los bienes que acumuló de este lado de la vida”.


    Ahora bien, cuando una sociedad es bombardeada durante décadas, haciéndola perder la visión racional de lo que es necesidad y lo que simplemente es “gusto, ganas, voluntad de posesión”, dejándose llevar por la moda, la publicidad y lo mediático… estamos ante una bomba del absurdo, que fuera risible si no fuera triste y en muchos casos hasta trágico. Ha explotado, pues, el consumismo salvaje, que nos arroja escenas vergonzosas de personas tiradas en el suelo velando desde la víspera, largas colas, desordenes en almacenes, aumento brutal del tráfico –vergüenza cultural y sinsentido económico, desde el punto de vista de los ciudadanos, sangría de estos, chupados por otros, que dejan hacer lavándose las manos, aunque luego llorarán cuando los corneen las astas del toro del destino: por un lado el desastre económico de desplumar y comerse a sus gallinitas (son brutos hasta para explotar) y por el otro dándole banderas a los socialistas de corte marxistoide, ante la risa idiota del Estado.

 

    Este Consumismo Destructor vende celulares caros ante gente que necesita zapatos; le roba una mesa familiar navideña por un banquetazo del pater familias que echa el presupuesto a la basura; hace que se maten por un aparato eléctrico en vez de arreglar su vehículo… porque el hecho es que las alianzas del consumir, con otros deseos y percepciones del imaginario colectivo, se vienen gestando de hace mucho. Lo tremendo es que los ingenieros sociales también han trabajado el lado político de las voluntades enceguecidas; por eso no nos extrañemos mucho de propuestas idiotas y tampoco el de que las mismas arranquen –pueda ser –algunos aplausos… pero cuidado porque la masa crítica de desapercibidos todavía no ha llegado a tanto. Mantengámonos protegidos contra este consumismo recordando a Chesterton decir: “El juego de ponerse límites a sí mismos es uno de los secretos placeres de la vida”.