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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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martes, 4 de febrero de 2020

EL HOMBRE COMUN Y EL HOMBRE RARO - Prosa poética de RLG


  
     Inauguro con este, una serie de escritos hace varias décadas en distintos países, París, Managua, México, San Salvador… y que estimo en su mayoría como prosa poética, varían de lo filosófico hasta lo surrealista. No publicaré todos. Agradeceré en forma especial opiniones.

   Nuestro gran escritor Álvaro Menen Desleal leyó los parisinos, en una tarde, en mi “femme de ménage” (cuarto de sirvienta, en el piso superior) y los adjetivó de muy buenos. Cuando, abrumado le dije que le agradecía pero que no exagerara, bastante molesto me respondió: -¡No me conocés! Una cosa es la educación y la otra escuchar durante toda la tarde un material que considerara mediocre. Es muy bueno, apenas algunas necesitan pulimento –no se habló más y nos fuimos a cenar, claro que invitado por él.

El hombre común y el hombre raro

S.S. 18 de enero de 1993

El Hombre Común increpa al Hombre Raro:

¿Qué es lo que te hace siempre echarlo todo a perder?
¿Por qué no puedes al fin, desgraciado, darte por vencido?
¡Mula, bestia, necio…!
Si ya te estás acercando al sueño de la autosatisfacción,
Y de la seguridad,
Y del respeto social,
Y de la gloria mundis,
Y claro… del bienestar económico.

Pero tú, insensato ¡una vez más, lo echas a perder!
¿Por qué no puedes loar a… … …
 Los mediocres,
Los tecnócratas,
Los estructural-funcionalistas,
Los burgueses marxistas,
Los convergentes,
Los que sonríen torvamente,
Los ultraracionalistas,
Los que viven en el pasado,
Los traidores,
Los marxistas vergonzantes,
Los marxistas orgullosos,
Los que desprecian al prójimo,
Los ateos por temor,
Los semicultos,
Los religiosos por temor,
Los sin ternura,
Los que siguen la corriente,
Los que no tienen amor ni siquiera para sí mismos?

¡Tonto inocente! ¿Por qué no te doblegas?
¡Arrodíllate, hombre terco!
Ve la luz…
¡Sé genuflexo!
¿Qué es eso que te impulsa a hablar de
Heroísmos,
Solidaridades,
Generosas cruzadas
Y de inexistentes poderes que dices tú
superiores al del dinero?
¡Oh, loco!
¿Qué es esa locura que tienes dentro?
Y el hombre raro dijo: -ES DIOS.

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