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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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domingo, 2 de julio de 2017

PICASSO ¿GENIO O FARSANTE?


En la lucha cultural por los mejores valores de nuestra civilización, constituye una parte esencial el poner en su lugar a los “monstruos sagrados” de la modernidad, que sólo son lo primero (por más que tengan talentos además). Así, Trotsky afirmó: "El artista debe descubrir la manera de convencer al público de la entera verdad de sus mentiras". En el Arte es paradigmático el respeto y aprecio que se tiene por Picasso; extraído del excelente libro de Alberto Boixadós “Arte y Subversión” presento a los lectores claros testimonios del cinismo y manipulación del “artista revolucionario” sin más moral que seguir al dios bicéfalo: el dinero y la revolución –lo normal más ahora que nunca.

 

El estudioso español Joaquín García de la Concha, dice:

 
 
 "Un español genial contemporáneo nuestro, Pablo Ruiz Picasso, ocupó el mando de las avanzadillas revolucionarias en el mundo de las artes plásticas. Fue un monstruo de la demolición. No ha existido, jamás, nadie que tuviese la capacidad destructora que él tuvo. Fue el mayor revolucionario, en las artes plásticas, de todos los tiempos. Destruyó pintando y derribó escribiendo, y por hacer revolución, la hizo hasta con sus declaraciones al público y con su vida privada; como ejemplo, transcribimos el texto íntegro de unas declaraciones suyas, hechas a la revista de L 'Association Populaire de Amis des Musées, "Le Musée Vivant", n° 17 18, del año 1963”.


Dijo Pablo Ruiz Picasso:

 
 "Cuando yo era joven, igual que todos los jóvenes, tuve la religión del arte, del gran

Arte; pero con el correr de los años me he dado cuenta que el arte, tal y como se lo concebía hasta el final de 1800, está ya acabado, moribundo, condenado, y que la pretendida actividad artística, con todo su florecimiento, no es más que la manifestación multiforme de su agonía. Los hombres se apartan, se desinteresan cada vez más de la pintura, de la escultura, de la poesía; aparte de las apariencias contrarias, los hombres de hoy tienen puesto su corazón en otra cosa muy distinta: las máquinas, los descubrimientos científicos, la riqueza, el dominio de las fuerzas naturales, y de todos los territorios del mundo. Nosotros ya no sentimos el arte como una necesidad vital, una necesidad espiritual, como era el caso de los siglos pasados.

 
 Muchos de entre nosotros siguen siendo artistas y ocupándose del arte por unas razones que tienen muy poco que ver con el verdadero arte, sino por espíritu de imitación, por nostalgia de la tradición, por inercia, por el gusto de la ostentación, del lujo, de la curiosidad intelectual, por moda o por cálculo. Viven todavía por costumbre y por «snobismo», en un reciente pasado, pero la gran mayoría de ellos, en todos los medios, no tienen ya una pasión sincera por el arte, al cual consideran, todo lo más, como una diversión, un ocio y ornamento.

 
PAISAJE MEDITERRÁNEO
 

 
 Las nuevas generaciones, amantes de la mecánica y del deporte, más sinceras, más cínicas y brutales, irán dejando el arte, poco a poco, relegado a los museos y a las bibliotecas, como una incomprensible e inútil reliquia del pasado. En el momento en que el arte ya no es alimento de los mejores, el artista puede exteriorizar su talento en toda clase de tentativas de nuevas fórmulas, en todos los caprichos y fantasías, en todos los expedientes de la charlatanería intelectual. El pueblo ya no busca ni consuelo ni exaltación en las artes. Y los refinados, los ricos, los ociosos, los destiladores de quita esencias buscan lo nuevo, lo extraordinario, lo original, lo extravagante, lo escandaloso. Por mi parte, desde el «cubismo» y más lejos aún, he contentado a esos señores y a esos críticos con las múltiples extravagancias que me han venido a la cabeza, y cuanto menos las han comprendido, más las han admirado.



GUERNIKA -VENERADO  CLÁSICO DESINFORMATIVO
 

 A fuerza de divertirme con todos esos juegos, con todas esas paparruchas, esos rompecabezas, acertijos y arabescos, me hice célebre rápidamente. Y la celebridad significa para un pintor: ventas, ganancias, fortuna, riqueza. En la actualidad, como sabéis, soy célebre y muy rico. Pero cuando estoy a solas conmigo mismo, no tengo el valor de considerarme artista en el sentido grande antiguo de la palabra. Ha habido grandes pintores como Giotto, Ticiano, Rembrandt y Goya. Yo no soy más que un bufón público que ha comprendido su tiempo. La mía es una amarga confesión, más dolorosa de lo que pueda aparecer, pero que tiene el mérito de ser sincera".

 
Comenta Boixadós:

 Confesión de un hombre que tenía visión clara, y conciencia de lo que es el arte y su misión profunda. Confesión que lleva implícita una de las tragedias más tremendas que tocan a los hombres: ceder a la tentación de subordinar el arte a la gloria o éxito mundano y a la política de barricada. Pero Ruiz Picasso, como lo manifiesta, tenía conciencia de que el arte, el gran arte, ha existido y podría existir.

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