ADMINISTRA EL BLOG ARCISTERIO

Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

Entrada destacada

¿DE QUÉ ESTAMOS HECHOS?

    Contrariamente a la moda en boga de los medios, los presentadores y buena parte de la red, que se pretenden mesurados, línea media, ...

miércoles, 28 de septiembre de 2016

ASUMIENDO ROLES: NI PUTITAS MASCULINOS NI METROSEXUALES

FORMAS EN QUE EL HOMBRE SE CONVIERTE EN PUTITA

ARRANCAR LA CABEZA A GORGONA
CLÁSICO SÍMBOLO DE MANTENER EL PODER VIRIL

   Obvio que lo interesante (para los normales) no es devenir eso, sino saber en qué formas, muchas veces sutiles, puedes irte convirtiendo en un blandengue y no desempeñar el “oficio de hombre” que la naturaleza y la sociedad prescriben. No está de más insistir que no propugnamos acá por una supremacía absurda y desmesurada del varón sobre la hembra –siendo que además tratamos con hombres y mujeres, imbuidos de un contenido espiritual –y que el equilibrio, la colaboración y la complementación son los lineamientos de adscripción para una armonía intergéneros, sexual y socialmente hablando.

   En esta ocasión me permitiré invitar al lector a dirigirse al interesantísimo blog http://average2alpha.com/5-ways-that-men-are-becoming-little-bitches/ que si bien está en inglés (muy largo para que lo traduzca) les aseguro que vale la pena para los que algo “mascan”, aún con diccionario. Sus principales partes son:
·        La “pusificación” del hombre moderno. Entendamos en traducción libre el convertirse en demasiado, blando, delicadito, un margarita suspirante. Sin que esto se convierta en una loa al sucio y bestial.
·        La dilución de los sexos debido a la innovación. De la que en absoluto rechazamos en principio; lo grave es cuando llega a afectar, a veces inconcientemente lo profundo del Ser Hombre.
·        El mentiroso, el prostituto y el cobarde. Partiendo de los roles desde el hogar, que si bien pueden variar en sociedad, nunca en la familia.



   Hombres como William Wallace son la levadura social contra la tiranía. Por eso el valor integral del Hombre, que no puede trascender, sino desde su hogar.

Las cinco formas degenerativas del rol masculino estima que son:
  1.    Estamos sacrificando la libertad a causa del miedo.
  2. Estamos destacando los celos, la envidia y la holganza en nuestras vidas.
  3. Estamos lidiando con nuestras responsabilidades paternales (de estado).
  4.  Estamos siendo lastimeros.
  5. Estamos siendo hiper-sensitivos (constantemente “estar ofendidos”).
Finaliza estableciendo la profilaxis de la pandemia –hasta ahora –en cuanto Cómo detener la pusificación de los hombres.  Hasta aquí el artículo de Chad Howse.


MÍRATE AL ESPEJO,  SI TE PASAS MÁS TIEMPO SOÑANDO QUE
HACIENDO, ERES UN COBARDE

Una palabra sobre los Metrosexuales

   El típico metrosexual es un hombre joven con dinero que gastar, viviendo en o con fácil acceso de una metrópoli — porque ahí se encuentran las mejores tiendas, clubes, gimnasios y salones. Puede ser oficialmente homosexual, heterosexual o bisexual, pero esto es totalmente inmaterial porque claramente se ha tomado a sí mismo como su propio objeto de amor y al placer como su preferencia sexual. Mark Simpson (Meet the Metrosexual, 2002)
   El término “metrosexual” surge del mundo posmoderno, denominando al tipo de hombre que “se caracteriza por un desarrollado interés por el cuidado personal, la apariencia y el estilo de vida sofisticado, marcado fuertemente por la cultura del consumo y el mercadeo dirigido” (Wikipedia).

Dos trampas a evitar:
1       Exagerar. El ser limpio, organizado, cuidar su salud y estética no constituye en absoluto un atributo metrosexual; es únicamente la actitud y la desmedida preocupación por la apariencia, hasta el punto de ir poco a poco mutando su propia identidad genérica, lo que califica al término.
2      Tolerar. En demasía y hasta ver el principio como tal un tanto simpático, sin caer en la cuenta que está asociado a caminos que te pueden llevar más allá de lo que originalmente no ha sido sino un sano impulso de orden y superación.  El punto es no perder la perspectiva equilibrada ¡Atención!



   Por último, un mensaje para todos los metrosexuales –sacado de la red -: el hecho que tú te gustes no significa que también te van a querer de la misma manera. Deja de pensar que el mundo gira alrededor de ti, que las mujeres caen a tus pies por tu belleza y no por tu dinero. Si pudieran escoger entre vómito y pus de vaca y tu cara de maricón de seguro elegirían lo primero, porque tu narcisismo da asco, sífilis y diarrea, todo al mismo tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario