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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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domingo, 19 de febrero de 2017

SEGUNDOS TRES CAPÍTULOS DE ÁNGELES CON ESPADAS

ÁNGELES CON ESPADAS
-Segundos tres capítulos-



SEGUNDA ENTREGA
   Como dijimos en diciembre pasado, presentaremos párrafos de mi novela “Ángeles con espadas” en tres partes (enero y subsiguientes) cubriendo tres capítulos cada vez, con mínimos comentarios. Cada capítulo consta de 25 págs.

COPIADOS TAL CUAL ESTÁN EN LA NOVELA…

CAPITULO CUATRO

   REUNIÓN EN VILLA AZÚL narra lo ocurrido en la mansión García y Araujo entre el grupo de la 1ª conspiración –partido político y acción cultural –ubicando personajes y posiciones. Como siempre, apenas una pequeña parte…
***
   Despierta Ernesto Robles… Pese al grosor de los amplios ventanales que sofocaban todo ruido, a las espesas cortinas de seda café oscuro y al desvelo de lectura y trabajo después de las copas de anoche en El Faro, Ernesto Robles Morales despierta, con todo, apenas a las ocho de la mañana… ¡Ahh! se estira como zorra vieja en madriguera… ¡Qué hambre! Me prepararé unos huevitos a la ranchera con mi salsa especial, jugo de naranja y café con torta de chocolate…!! Pero antes un capítulo más de este libro que está bárbaro… Alargando la mano toma de la mesita de noche “El campamento de los santos”, de Jean Raspail.
   Una línea romántica del capitán Máximo Valiente con la bella Mané… María Teresa se dio cuenta que Max le gustaba hacía tres años, cuando fueron pareja en el último Gran Baile del Café… Recordaba que allí escucho por primera vez “Copacabana” de Manilow, asociándola de inmediato con Max, de smoking blanco. Recordaba también la admiración transparentada en los rostros de sus amigas. Y la envidia…Lo que no podía recordar claramente era el momento en que, de amiga de confianza y confidente de aquel apuesto oficial, se había transformado en una tierna y palpitante jovencita, derritiéndose en los brazos poderosos de su amigo de la víspera… El entonces teniente no fue indiferente a los encantos de su guapa amiga. Aunque disimuló lo suyo, no fue lo suficiente para que Mané no lo notara con definitiva claridad. Claridad que por su forma de manifestase, ruborizaba al militar, quien temiendo de su propia impulsividad y de la juventud de su querida amiga, optó por una retirada estratégica, actitud de la que no se apartó pese a la insistencia de ella, hasta hace seis meses en que volvieron a verse por azar… Hay mucho más de estas “vueltas”, pero apenas es un comienzo que no hace sin ponerse mejor…

***
   La noche de ese día se reúnen algunos que conocemos y otros –percances en medio –para establecer la conjura que se conocerá como la de Villa Azul…


   Parte de una arenga de Rivas Gandía: …Yo no voy a llamar a la acción a blancuzcos burgueses atiborrados de productos consumistas y lastrados por su indecisión y cobardía, no son estos bueyes cebados los que podrán hacer nuestra revolución, sino los jóvenes toros… porque en su conciencia profunda se dicen:… No, yo no quiero ser comunista. Yo me rebelo contra la injusticia que padecemos… Pero mi ser profundo no se somete a aceptar una doctrina que no le place, que no le convence, que se siente ajena al hecho de ser nacional, que duele en la carne y en el alma.
   En la reunión –además de ponerse de acuerdo y planificar -se hacen citas y se confiesan posiciones, siempre en aras a conocerse mejor y ubicar la meta final. Las citas son tantas y las vueltas y revueltas con las personalidades de los de 1ª línea tan variadas que hemos escogido sólo dos citas, pasando a los quehaceres, a veces intrascendentes pero vitales de personajes de apoyo muy relacionados.
   Lobos, citando a José Antonio, el joven mártir de la guerra española: “Hace unos minutos recordaba yo ante una concurrencia pequeña un verso romántico: “No quiero el paraíso sino el descanso” –decía -. Era un verso romántico, de vuelta a la sensualidad; era una blasfemia, pero una blasfemia montada sobre una antítesis certera: es cierto, el Paraíso no es el descanso. En el Paraíso no se puede estar tendido, se está verticalmente, como los ángeles. Pues bien: nosotros que ya hemos llevado al camino del Paraíso las vidas de nuestros mejores, queremos un Paraíso difícil, erecto, implacable; un Paraíso donde no se descanse nunca y que tenga, junto a las jambas de las puertas, ángeles con espadas”.
   Citando –con todo propósito, provocativamente, a Stefan Sweig -luego hay “relajito” por esto: “A la derecha hay exageración, y a la izquierda fanatismo; y él, el hombre inmutablemente antifanático no quiere servir a una exageración, ni a la otra, sino a su norma eterna: la justicia. En vano se coloca como mediador en el centro, y con ello en el puesto de mayor peligro, para salvar, en esta discordia, lo general humano, los bienes de esta cultura colectiva; intenta con sus desnudas manos mezclar fuego y agua; reconciliar unos fanáticos con otros, cosa imposible y , por ello, doblemente excelsa. Al principio, en ninguno de los dos campos se comprende su conducta, y como habla con suavidad, cada quien confía poderle atraer para su propia causa. Pero apenas comprenden ambos que este espíritu libre no quiere prestar acatamiento a ninguna ajena opinión, ni proteger ni ayudar a ningún dogma; el odio y el escarnio caen sobre él desde la derecha y desde la izquierda”.

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   Mientras los de Villa Azul discuten y departen…
   Lejos de allí, Morita, frente a la televisión, se siente solitaria y melancólica, acaba de empezar a ver una película con Maximilian Schell cuando era joven, y automáticamente ha visto a Julio retratado, diciéndose que es “idéntico”, cuando en verdad tiene un parecido lejano… En una casa preciosa, mientras tanto, Prudencio Carrión hojea varios libros desplegados sobre un escritorio de madera exquisitamente barnizada… A pocos metros de distancia, en la abierta terraza frente a él, dos gorilas beben cerveza y juegan vencidas, mientras hablan de militares, de aviones y de los Estados Unidos, son Bárbaro Carrión y José Roberto Contreras, este casi siempre gana en pulso al otro… Mané Álvarez, quien ve en la tele la misma película que Mora Zurita, piensa en su capitán… La monumental Morena –amante escondida del profesor Robles –echando de menos a Ernesto se consuela llamando por teléfono a un abogado fortachón… Ostendorf, con una gripe espantosa, lee a Skorzeny… Ralf Darlan, reza –francés veterano de Argel y por añadidura templario… Y Alvaro Rivas Gandía, fatigado desde días atrás, se repone en previsión de la jornada de mañana, durmiendo el más tranquilo de los sueños.

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   Se plantea además de la formación e infiltración en partidos políticos, la creación de un Centro Cultural de amplia base, desde católicos tradicionalistas, neos de varias corrientes, nacional revolucionarios y hasta alguna derecha nacional; asimismo contactar camaradas en todo el mundo. Al final ya afuera…
   Julio, Carlos y Dany se van a tomar un par de cervezas a la cercana zona rosa…. El chivo Cabrales (Tte.) acompaña a Max, que llevará serenata ranchera con mariachis a la bella Mané… Ostendorf recuerda su niñez hitlerjugend y a su padre muerto en el frente ruso. Piensa en su estómago enorme. Y gime… Mora llora…

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CAPÍTULO QUINTO

   REUNIÓN EN EL PARAÍSO ocurre al día siguiente, es el otro grupo que pretende la revolución nacional, pero estos mediante las armas, en forma especial. Julio Lobos se encuentra en la cúpula de ambos y al final los unirá. Se lleva a cabo en una quinta de clase media, de un prestigiado oficial en retiro, cerca de la capital; la organización es muy diferente, asimismo los personajes.
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   Quiero destacar que el flash back con que comienza este capítulo hay algo realmente curioso. Resulta que la descripción del entorno del entonces niño Ric Dalone (joven y aguerrido centurión, legionario, en tiempos de la novela) es muy parecido a la conocida imagen de la productora “Dreamworks”, pero este capítulo se escribió en diciembre de 1983 –antes que se conociera el de la filmadora. Pronto, en este blog, daré a conocer otros casos que parecen mágicos de situaciones ocurridas con una relación difícilmente explicable racionalmente. Veamos (parcialmente) le referida entrada del capítulo quinto.
   -¡Ric, ven aquí!
   La voz rebotó en las sombras rodeadas de sol; tintineó en los viñedos; resbaló en el estanque que el río formaba a la vera de la hermosa casita rural; se trepó en los árboles y ahuyentó una avecilla; zarandeó las flores del cerezo y balanceó el columpio que jugaba prendido de su rama favorita; puso nerviosas a las bandadas de ocas e hizo ladrar a Médor, el perro… pero no se introdujo en las orejas de un muchacho de doce años llamado Ric Dalone.


   Y sin embargo Ric estaba cerca. Sin zapatos, con su sombrero de paja, su caña de pescar y un hierbajo en la boca, era la viva imagen de Tom Sawyer sólo que en versión francesa. En vez de pescar en Louisiana sobre el Missisipi lo hacía en la Cataluña francesa, en un riachuelo en los alrededores de Céret.
uras de “Tin Tin” y “Ásterix” revueltos con novelas de “Doc Savage” el hombre de bronce, y una caja medio vacía de chocolates Suchard…
   La fantasía del chico era mucha pues presumía pescar en un estanque que a sabiendas carecía de peces. Pero tal vez pescaba la ilusión de enganchar los dorados rayos del sol quebrándose en los guijarros amarillos o los anchos lotos de verde esperanza que crecían a medio fondo y sólo salían a la superficie en noches de luna, cuando eran atravesados por un anzuelo de ensueño. –continúa con la inexplicable situación para el tipo de narrativa, con la aparición de un “pitufo” que él no ve.

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   Álvaro Rivas y el sargento Elmer Ayala… Ambos con guayaberas floreadas y zapatos tenis pretenden dar el aire de simples ciudadanos que van al fútbol un domingo por la tarde… mas el sargento Ayala destaca como un cactus en medio de un jardín de flores… la tiesura de su espalda y el hecho que en cada ocasión posible colocara sus manos cruzadas en posición de descanso. Para más señas la separación de sus piernas, su rostro de granito y ¡colmo! la camiseta verde olivo que, por el pecho, se le entrevé.
   Si nos aproximáramos a Peropa por el aire volaríamos sobre una carretera recta y sin curvas, como decisión de joven fascista, flanqueada por granjas avícolas, fincas de frutales y quintas de recreo… entre ellas precisamente El Paraíso es la quinta del coronel Alón –ex comandante de la Aviación y de la escuela militar -, a quien en este momento vemos entrar en ella conduciendo su fiel pick-up de doble cabina encasquetado hasta las cejas una gorra beisbolera de los yankees.


Van llegando todos…  
Los hermanos Carrión, silenciosos, grandotes, guardaespaldas el uno del otro avanzan afrentosos como su Cherokee gris plomizo… En su Lotus, Rafaél Marraña, más serio que nunca vuela a su cita con el destino. Atrás, Palomiño, su fidelísimo factótum, con una escopeta 12 preparada y los vidrios bajos, se regocija como nadie al olfatear las posibilidades de violencia que esta reunión puede desatar. Es tauro, nunca se rasura bien y escupe a veinte pasos… el ingeniero Contreras Patrón conecta en la casetera su cinta favorita de marchas militares estadounidenses. Al momento se deja oír “Anchors Aweight”… luego silbará bajo los acordes de “la marcha sobre el río Kwai” (colonel Boogey March), aunque llega el primero a la reunión bajo la marcha “Stars and stripes forever”… Como no es resumen sino muestra, me siento incapaz de escoger, en esta parte, particularmente ágil y bien lograda, algunos como preferencia de otros, pues tanto planteamientos, como planes concretos, discusiones, cuestiones humorísticas  y otros son abundantes. Se plantea pues la estrategia de combate armado, cómo, en colaboración de quiénes y mucho más.
***
   Después, parte de la ceremonia mística del Cmdte. Ralf Darlan, templario:
   … Primero dedicó el servicio al Arcángel Miguel… su atuendo era simple pero solemne: una especie de casulla blanquísima sobre una camiseta manga larga de lana gris virgen. A su espalda brillan tres cirios y en su rostro flamean dos puntos celestes de reconcentrada e intensa iluminación: sus ojos.
   La casulla tiene bordado al frente en el lugar del corazón, una cruz solar en seda amarilla. En su espalda, en grandes signos rojo brillante se estampa una cruz templaría… El oficiante musita en francés y en latín durante unos momentos. Un larguísimo silencio sigue a continuación, durante el cual el hombre, de pie, con los brazos extendidos cayendo suavemente a los lados y los dedos índice y pulgar tocándose, ha cerrado los ojos y se reconcentra en meditación esenia.
   Muchos minutos después una suave luz celeste se esparce por la habitación, el sacerdote ha abierto nuevamente los ojos. Hinca ahora una rodilla en tierra y con mucha delicadeza toma, de una pequeña bandeja de plata… un trocito de pan…destapa una botella de cristal con incrustaciones de oro… el vino… Con voz solemne, respetuosa y grave dice en francés: -Consagro este pan y este vino por la sal y por el fuego… Comulga…
   Después… toma una ramita de boj, la cual moja…esparce agua bendita hacia los cuatro puntos cardinales… Sus ojos brillando azules. Irreal. Eléctrico.
   Hinca una rodilla…con voz más alta que nunca: -Nada de odio ni de venganza, que sólo la verdad perdure y que al fin la justicia prevalezca ¡Viva Dios, Santo Amor!... De pie, sin la luz, con gran fervor:
-Non nobis, Dómine. Non nobis sed nomine tuo da gloriam. (No a nosotros Señor. No a nosotros –nada para nos -, sino en nombre de tu gloria).

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   El final del capítulo contiene una motivación de orden antropológica literaria, en cuanto defiende una diferente presentación en la expresión de la narrativa latinoamericana, con profundidad y mayor variedad de los sujetos que la presentada hasta ahora. Podemos decir que definitivamente esto camina –aunque muy poco en el país del autor.  Julio Lobos reflexiona:
    ...La afirmación de nuestra identidad…continente joven, un poco obsesionado con la “cuestión social”, de escritores de protesta, de novelas con el pueblo “bajo, municipal y espeso” como el elemento más novelesco… Lugares comunes que buscan lugares comunes…La insistencia. La desesperación. Macondo…Palmeras. Playas soleadas. Selva lujuriante y tropical. Más palmeras. Cocos. Ambiente de simios en suma. Cuando es un continente riquísimo en paisajes de gran variedad.
   Señores con puros habanos de oronda papada y voz tonante… Señoritos de bigotillo y cigarrillo… y cabellos engomados…Rostros brutales de burócratas corruptos… Cuarteles de centinelas desgarbados, con botas sucias…  mal rasurados y a menudo con uniformes que les quedan grandes… Estudiantes con pancartas. Empresarios sin escrúpulos. Beatas. Latin lovers…Líderes sindicales… perdidos entre la ambición y el partido comunista. Duendes extraños y exóticos como los de una isla antillana. Indios de ojos tristes. Niños panzones… El extranjero galán vestido de blanco. Los altos pómulos de una mulata. La risa ordinaria de un mestizo. Dos mexicanos con grandes charras sesteando. Una procesión. Un cuartelazo. Un ratón vestido de mexicano. Esta es la imagen estereotipada que rechaza el autor y que tanto insisten en eternizar ciertos novelistas; a decir verdad, Hollywood ha sido partícipe de este gran espejismo, pero actualmente está ya cambiando.
   Imagen inexacta por parcial, estereotipada, atrasada… foto mía distinta de caricatura de un bisabuelo… mito prisionero… el cóndor derribará al zopilote… Y nuestra paz la guardarán águilas y no palomas, pero también las habrá y nadie ha de molestarlas…La gran participación de su Identidad: la Gran Clase Media Hispanoamericana… No pueden darse correctas y certeras referencias de un individuo (o de una nación) si sólo se magnifican sus lacras… primitivizar el sujeto hasta lo grotesco, borrándole lo más importante: los matices… “Ver mucho al abismo hace caer en él” –dijo Nietszche… veamos íntegramente nuestra policromía.
   Irradiar el saber, el estilo y el ritmo… No son aventuras, romances y pensamientos de norteamericanos, españoles o franceses…no van a presentarse ya como los eternos monigotes de siempre. Mas su divisa será: escribirla tal cual a mí me gustaría leerla, dedicándola a todos aquellos que comparten mi filosofía, mis creencias y apetencias, a través del mundo y del tiempo.

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CAPÍTULO SEXTO

   EL ESCÁNDALO DE PUNTA ROCA desvela un imaginario y espectacular caso de múltiple y grande corrupción en altos niveles, que es magistral y públicamente exhibida y contrarrestada por el Cnel. Alón. Se ventilan también otros aspectos de los personajes. Lo más destacado es la verídica aventura de las cuevas… del Gral.
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   Vemos la oculta pasión del muy tranquilo profesor Robles Morales. Mostrando la fuerza real de la carne, conviviendo con los sentimientos elevados.
   El agua corre tibia bajo la ducha…casi tan ardiente como la extraordinaria hembra sobre la cual cae… Aunque a decir verdad el único detalle objetivamente hermoso de su ser lo constituye su cintura, de una brevedad exagerada en relación al volumen de sus caderas… Morena es básicamente tamaño… Parece una criatura de historieta lujuriosa…Su piel chocolate dorado no es suave. Su rostro chato y pomuludo de enorme boca con gruesos labios, es francamente simiesca… con sus brazos rellenos, torneados, su espalda mórbida y un pecho escaso, no es más que una morenota entre miles…
   Lo increíble comienza en sus caderas. Partiendo de un talle diminuto, impropio del volumen… sus protuberancias son de una redondez y amplitud sólo imaginables por una mente enferma… las rodillas torneada, las piernas parejas y casi tan gruesas como el muslo… pero además su sonrisa lasciva, su forma de andar y de hablar, la risa ordinaria y el contoneo… su único maquillaje: lápiz labial de tonos pálidos…faldas cortas de tonalidades pastel, zapatos destalonados de mediana altura… provoca contracciones musculares, temblores y mareos…
   Y sin embargo es una hembra casi frígida, en su interior existe una inocencia y una frialdad… puesto  que sus movimientos no son planeados, no provoca, son hechos objetivos, es indiferente, al deseo y al mismo orgasmo, no es en absoluto la vampiresa que parece ser, aunque parezca la más provocativa fémina  que en Atlántica respira,  y aparente  la suma malicia y el más apasionado ardor sexual.
   A algunos hombres este tipo de mujer les repele o los deja fríos… a otros puede sorberles el seso completamente. Morena no tiene más ambición que degustar los pequeños placeres de la vida: un paseo, una comida, unas ropas, el televisor, discos, fotonovelas… Cumple con su obligación de estar a disposición de Robles, quien le paga la renta además… Algunos dirían que es el clásico cuadro del “reposo del guerrero” y que hay muchos matrimonios burgueses constituidos con menos bases. Ahora, bajo la regadera, Morena sabe que en unos minutos llegará Ernesto, a quien lleva días sin ver y del que le divierte saber que vendrá muerto de sed…
   Muchas páginas más adelante… Ernesto, sin corbata y de mangas remangadas frente a Morena en jarras, con el cortísimo vestido rosado lila pegándosele más al cuerpo debido al agua… la gruesa mujer se desprende y descalzándose corre contoneándose hacia la cama, al borde de la cual finge tropezarse cayendo boca abajo haciendo escuadra en el borde… después, -Ernesto –sentado en el suelo con cara de loco, la observa obseso.
   Morena se pone de pie en la cama, y siempre riéndose, se saca el vestido bajo el cual solo tiene una diminuta tanga del color del vestido. Su piel húmeda es de un tinte dorado. Huele a mujer… Ernesto no puede resistir más, aunque sabe que allí está la gloria…Robles Morales, quien aparenta prescindir de las mujeres se aparea con el monstruo musitando entre suspiros: -¡Gracias, Dios mío!

***
   Dejamos sin tocar el incidente completo en el que Alón y Los Ángeles ajustician públicamente un gigantesco delito de corrupción. Expongo acá el atentado posterior que sufrió el valiente coronel.
   Vivían aún en la capital, en la colonia Santa América. Eran las siete de la mañana de un radiante sábado de enero… Silbando la complicada pero bella marcha de la Infantería de Toledo, el coronel descendió los escasos escalones en dirección al automóvil –rumbo a su quinta de Peropa, a supervisar los arreglos del traslado –Estaba fresco y se subió el zipper de la chaqueta… suspiró y encendió el motor.
   -¡Hijo, tu gorra! –gritó en bata doña Blanca, agitando nerviosamente la gorra de béisbol favorita de su marido, desde el umbral de la vivienda… La primera reacción de Alón fue contestarle que no importaba, que estaba bien y no llevaría este día a los Yankees en la cabeza. Pero al ver a la delgada y familiar figura agitando la gorrita, una oleada de amor y agradecimiento le avasalló y saltó rápido del auto salvando los escalones en dos saltos.
   Alargó la mano: -¡Gracias vieji…! –y fue catapultado sobre su esposa cayendo aparatosamente, al par que saltaban todos los cristales de la ventana vecina… Cuando segundos después los esposos Alón, ilesos, se incorporaron y miraron… pudieron ver un montón humeante de hierros viejos… César respondió con una corta carcajada nerviosa y, viendo la gorra beisbolera, se la encasquetó decidido.
   El retraso de diez segundos en estallar la bomba y el llamado de su señora salvaron a César Alon… Doña Blanca bromeaba diciendo: -Ojalá que los Yankees nos salven otra vez.
***
   La siguiente es uno de los paréntesis dentro de la narración principal. Se trata de una aventura absolutamente real y vivida en territorio salvadoreño, que se relaciona increíblemente con la cueva del Gral o Grial de acuerdo al libro El misterio del Grial –de Julius Evola. Como siempre, el episodio está resumido.

 …Son las ocho de la noche. Cuatro muchachos y una joven están entrando a la vieja mansión Lüder, a la que los chicos del barrio llaman “la casa de los Monster”. No es muy grande ni lujosa, pero tampoco está abandonada… El abuelo Lüder les abre la puerta, le saludan. Todos se conocen… muebles de terciopelo verde oscuro, antiguos, confortables, algunos un poco raídos. Una chimenea…La iluminación es tenue: dos lámparas, una estilo Tiffany y otra vintage de banquero o bibliotecario… Una fina pero desgastada alfombra persa y una mesa central de caoba sobre la que parecen correr unos muñecos holandeses de barro… en un viejo sillón el abuelo se acomoda con un libro de Konrad Lorenz…Participará sin intervenir…tose discretamente embargando el salón con el aroma de su tabaco… Servidos el café, pastel alsaciano y semita caliente –pan dulce relleno de piña, propio de El Salvador.

   Aquí presentamos de corrido y en gran resumen la aventura real –en boca de Julio Lobos Lüder -, pero de hecho transcurre en medio de numerosos comentarios, bromas, preguntas y acciones del momento…
   …Como les dije fue investigada personalmente por Juan Carlos Arce y su servidor, sobre el terreno. Cubrió una investigación con muchos vecinos de la zona. Se trata de una particular caverna de la costa salvadoreña, una cueva más bien chica con un pasaje casi oculto para otra mucho mayor que tiene una laguna… Ahí por 1953 ó 54… llegó a la zona un grupo de cuatro o cinco extraños personajes... de buena estatura, blancos sin ser rubios, de acento extraño… espesamente barbados y vistiendo largas túnicas oscuras… Preguntan por la cueva y encargan a los lugareños que les fabriquen una canoa muy especial, en forma de gran ataúd; una vez terminado asisten intermitentemente en sesiones de dos a cuatro horas; al cabo de tres días se irán, dejando la canoa en la laguna… Se embarcan tres… empujando con largas pértigas y uno de ellos lee en voz alta de un grueso libro, respondiendo los otros en voz baja, a veces canturrean… del matojo de juncos que se encuentra en el centro del estanque fluye un potente surtidor de agua…Mucho más raro aún es la existencia de un ave blanca surcando las aguas… los lugareños lo llamaron “un gran pato blanco” hasta que se les dibujó un cisne diciendo ellos “ese es”… Se han mencionado objetos que ellos portaban, como una lanza y otros, igual que las cuevas (aún con agua dulce) comunicaban con el cercano mar y por último existen una serie de leyendas no verificadas en torno a las mismas.


   Julio: -Pues lo maravilloso es relacionar lo que les he contado con lo que dice este libro, en que a través del realismo fantástico se mencionan algunas de las antiguas leyendas europeas, sagas heroicas y mitos hiperbóricos (El Misterio del Grial)… -La gruta o el lugar subterráneo con laguneta interior, la fuente, el cisne y hasta los juncos en el centro… elementos del folklor ligado al ciclo del Graal o Grial… Se reflexiona qué tienen que ver estas leyendas europeas con unos campesinos ignorantes latinoamericanos que jamás han tenido la más leve oportunidad de oír sobre ellas.
   -¿Casualidad? ¡No hay casualidades! –afirma Nelson –joven de grandes lentes.
   Josefo sonriendo con inteligencia a Julio y Nelson:
   -¡Fascinante!
   –Este se cree ya el Señor Spock de Star Trek –piensa Miguelón…
   Cuando algunos indagan sobre el Graal, sorpresivamente interviene el abuelo

   -Etimológicamente el Graal es pues es el cáliz o copón que contuvo la sangre de Cristo… Se dice que puede ser también una joya, una espada, un libro, pero lo más importante es que simboliza un centro de energía espiritual, trascendente, poderosa, sabia y buena… La búsqueda del Graal es pues, la búsqueda del más alto nivel de superación del espíritu, es una vía olímpica de lucha, con peligros, con gran belleza y que enaltece por el sólo hecho de estar en ella.

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