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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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domingo, 26 de abril de 2020

VIEJOS POEMAS: ¿NO EXISTE EL HÉROE" y UN ACTO TEATRAL, de este servidor ambos


Dos poemas viejos de este servidor: ¿No existe el héroe? data del seis de octubre de 1989, en Managua. Del otro -Un acto teatral -no tengo apuntado cuándo ni dónde, es del grupo totalmente surrealista.


¿NO EXISTE EL HÉROE?

Guerrero es, ya, mala palabra
suena mejor decir: profesionales.
En un mundo de eficiencia, ganancia y disfrute…
se ha terminado con el héroe.

Se proscribe la lucha dura,
la pasión por el ideal y al músculo
que se atreve porque sí.

El que no es como todos está loco…
¡Pero alégrense locos!
¡Aún estamos vivos!
¡Los héroes, la locura, la verdad!

Y les decimos, les prometemos…
con una carcajada… que su felicidad


aún no se ha realizado.
Sí, es con ustedes ¡burgueses cobardes!



UN ACTO TEATRAL

Y estaban allí, apiñados
El niño de ojos tristes,
la poesía de otros tiempos
y el perro de madera.

Por el pinar se deslizó la melancolía
suspirante y con vestiduras rosa.
Y el rodar de las lágrimas retumbantes
hizo saltar a las ranas de los charquitos turquesas.
El sol cambio la escena.

Cuatro duendes montan al perro.
El tiempo ríe de las sombras que
causa la luna en los prados de nubes.
La tristeza deja al niño vestido de azul.

Las risas y cristales culminan el acto
Elucubrando cábalas a Neptuno.

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