ADMINISTRA EL BLOG ARCISTERIO

Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

Entrada destacada

¿DE QUÉ ESTAMOS HECHOS?

    Contrariamente a la moda en boga de los medios, los presentadores y buena parte de la red, que se pretenden mesurados, línea media, ...

jueves, 3 de octubre de 2019

EL LIBRO MÁS COMPLETO- SEGUNDA ENTREGA (Gral.Zepeda)


EL LIBRO MÁS COMPLETO Nº2

Especial para Arcisterio por Roberto López-Geissmann

   Es Perfiles de la Guerra en El Salvador – por el Gral. Div. Juan Orlando Zepeda. Lo leí hace años, demasiado rápido y sin el suficiente análisis, estoy en segunda lectura y me propongo presentar mis comentarios, por entregas en los próximos meses. Es un documento de valor histórico, bien planteado y desarrollado, conteniendo la valoración de un pensador serio que une el conocimiento profesional con la experiencia de primera línea del momento histórico de que se trata. Con todo, mis comentarios no serán una explosión de ditirambos, arrebatados entusiasmos, en desmedro de lo que estime justa crítica, disintiendo o agregando en lo que, sin embargo, es un acuerdo general.

SEGUNDA ENTREGA
Propósito de estos comentarios e introducción del libro

GENERAL. JUAN ORLANDO ZEPEDA

   El libro consta de 322 páginas, dividido en cinco capítulos de diferente longitud. Cuando realice citas del mismo lo haré en color rojo ocre. Omito la historia personal del autor, sus ejecutorias profesionales o sus éxitos individuales. No he querido entrevistar al General Zepeda en función de este trabajo, que no es ni una síntesis ni un trabajo crítico académico, siendo pues un ensayo en el que comento en varias entregas los puntos que considero más interesantes y en los que coincido, subrayando y adicionando –cuando siento que lo amerita –algunos puntos que quiero destacar. Muy especiales en azul.
   A propósito he dejado de lado casi todo los disensos –que no son muchos –y los puntos que al desarrollarse nos llevarían demasiado lejos de las intenciones principales del que escribe, que son promover la importante lectura de una obra de primer nivel, escrita con tanto valor como capacidad. Igualmente en esta entrega presento mayor proporción de mis comentarios.

Del Capitulo Primero – Orígenes, Causas y Motivaciones del Conflicto

   La tentación de presentar un capítulo de causas y motivos en un libro que va dirigido a los militares… a los analistas críticos… a los escritores e historiadores que buscan siempre la objetividad de la historia escrita… por los protagonistas… y se refiere del frente de combate en el fenómeno Guerra. La verdad es que el profesional de las armas tiene sólo el deber de incursionar sobre los hechos guerreros, la estrategia y sus derivados, el entorno orgánico de la lucha, aunque también es adecuado que se explique, así no sea más que sintéticamente sobre “orígenes, causas y motivos”. No sólo es válido es prácticamente una obligación. Señalemos algo.
   El contenido del libro y la ascendencia histórica de sus motivaciones hunde sus raíces en un humus de gran complejidad, en el las opiniones se encuentran y separan creando torbellinos que oscurecen de arena cegadora, salpican con lodos pantanosos, lo que es imposible de tratar en pocas páginas. Fácil para mi evadir el entrar en estas explicaciones, más bien obligatorias del autor, para saltar ya a la acción efectiva y sus análisis. Sin embargo vamos a encontrar ciertos puntos importantes en que comulgamos y los estaré señalando. Dejando sentado que este capítulo acaso sea el de menor reseña en los apuntes filosóficos que se hacen. Advierto que en todas las entregas me reservo de seguir estrictamente los acápites o subtitulaciones realizadas.

****
   Insiste, con necesidad didáctica de aclarar que todas las guerras son políticas en su esencia… la Guerra, dice Von Klausewitz, es la continuación de la política por otros medios. Sin entender profundamente y con convicción real este aserto, estaremos dando bandazos en una barca sin claridad fundamental en la Concepción ni en la Acción, hasta llegar al naufragio de la misma.
   Tan es esto así que incluso algunos militares que aceptan esa definición –igual que otros tantos políticos “profesionales” –no se aperciben del todo de los alcances de tal definición fundamental. Sin disertar teóricamente me explicaré con un ejemplo de la realidad, es más, de la realidad del conflicto que estamos comentando. Excepcionalmente pondré lo que sigue en azul.
   No caer en la exacta consecuencia de que la guerra y la política están inseparablemente unidas, difiriendo únicamente por los métodos, pero que de alguna manera quieren agenciarse el Poder, es precisamente lo que hace que la mayoría de analistas, contrarios al FMLN, traten como relacionados pero separados ambos términos. Así, dicen, “ganamos la guerra, y la guerrilla, de vivos, hablan de empate”, cuando la realidad es que aunque ganamos la guerra, los guerrilleros no eran sino piezas de un ajedrez a mayor nivel, los que posibilitaron una victoria –no completa eso sí –por otros medios (políticos) haciendo que el Estado pactase unos tratados que los favorecían desmedidamente, brindándoles mucho más que la situación de fuerzas reales ameritaban. Luego sería más válido afirmar que “ganamos la guerra armada pero regalamos la victoria completa, con un falso empate, que favoreció al enemigo, en su sentido político del Poder” –que es lo que siempre pretendió.
   Excepto algún estratega guerrero de la izquierda, alucinado por el fragor del combate y olvidando la doctrina marxista, pudiera eventualmente haber creído sinceramente que podían ganar la guerra militar. La apreciación certera nunca apuntó sino a un refuerzo importante a la macropolítica revolucionaria, en la que no les fue tan mal, aunque de hecho varios (incluyendo altos mandos) crean que “perdieron”. Estas palabras reconcilian un tanto al militante de extrema izquierda pero debieran despertar el furor del nacionalista que combatió a la guerrilla, a los que se ha intentado convencer de las glorias de la equívoca Paz, que sólo ha servido para encumbrar a la izquierda y tapar los errores y traiciones de ciertas derechas.
   Triste es que todavía llamen como asesores del proceso de paz a elementos que tuvieron que ver con el mismo. Si fueran los auténticos nacionalistas si fuera fabuloso, para mostrarles cómo no hacerlo; siendo los de izquierda sí es realmente útil su asesoría para enseñarles a sus correligionarios marxistas cómo realizar un monstruoso engaño.
   Afirma el autor que algunas consideraciones sobre las doctrinas de la Seguridad Nacional hacen un tanto el juego del enemigo, dice: -coloca al hombre como un ser eminentemente economicista, producto del confort, del consumismo, del materialismo de la época, producto de los modelos económicos, olvidándose de la parte espiritual. Como dije, pareja de baile.

****
   De esta parte me es particularmente grato transcribir lo que considera consecuencias del intento de modernización. Hay que aclarar que este término está adecuadamente utilizado y no es –como tantos otros –verdaderos “atarrayazos” o panaceas por los que todo lo que allí entra es positivo. Dice:
   La aparición de un ciudadano con un perfil distinto y alejado de nuestras costumbres y valores, se crearon en la mente de los fóvenes, metas y aspiraciones inalcanzables en este país, la familia, el Estado y su simbolismo perdió validez y respeto… creció una nueva generación sin temor y sin respeto a nada ni nadie…la ambición, el egoísmo, la envidia, la desconfianza y todas esas miserias humanas de carácter moral afloraron… hubo campo fértil para rebelarse… la reforma educativa… con conciencia o no sembró el embrión que produjo posteriormente un joven revolucionario, resentido social, sin valores y lleno de frustraciones.
   Algún lector superficial ha creído encontrar en el libro una referencia acorde con el marxismo en la medida que estos ponen como base de la revuelta las condiciones materiales de vida. Esto no lo considera así nuestro autor, y dice: Sin embargo esos argumentos engañosos no fueron determinantes para que se produjera el estallido de violencia… fue con la introducción de la ideología de la “lucha de clases” cuando el campesino fue minado e instrumentalizado para propósitos revolucionarios.
   Esto da un mentís rotundo a la afirmación que el General Zepeda participa de esos criterios materialistas viendo al homo economicus (concepción del hombre basada preponderantemente en la economía), en lo que sí coinciden una buena cantidad de liberales burgueses que se dicen (e incluso se sienten anticomunistas) y difunden principios marxistas; otro ejemplo muy común de gran propagación en esta derecha inculta en estos campos es creer que “la posición económica determina el interés de la persona”, cuando lo cierto es que efectivamente influencia, pero no determina. Este principio marxista es exclamado con rotunda candidez y seguridad por muchísimos derechistas liberales. Por eso son una de las peores influencias aunque muchos son buenas personas, inoculadas –igual que a los proletarios –por los principios del marxismo cultural, que atinadamente Gramsci ha difundido urbi et orbe.
   La democracia… ha tenido grandes desviaciones y enfermedades… Socialismo y Capitalismo son las dos caras de una misma moneda (aunque parezcan contrapuestas)… han producido el modelo de hombre más MATERIALISTA que ha poblado este planeta. La mente (mal) educada de la generalidad, que no ve más que blanco y negro, tiende a indicar como absurdo a todo lo que no casa, compagina, con su sentido de la corrección política, por lo que la lucidez de esta líneas serán vistas como desviaciones intragables de uno o del otro lado, cuando tienen mayor altura.
   Con gran equilibrio, no echa toda la culpa a la malograda democracia, sino en los dirigentes de un Partidismo ciego, egoísta, cargado de ambiciones mercantilistas, que han manejado al país como su propia hacienda, y a los dirigentes del otro extremo izquierdo que siempre han sido extremadamente violentos irracionales, cegados por el ambicionismo político, dogmáticos y fanatizados en extremo.

****
   No deja de mencionar los fuertes apoyos internacionales. Un tanto parco pero exacto, afirma que las causas de orden externo, quizás de mayor peso…tales como el expansionismo marxista… la ambición de Fidel Castro… la influencia política de los sandinistas… fueron factores claves para desarrollar la guerra en El Salvador. En esta parte viene la relación de acontecimientos internos políticos, procesos electorales, el intento de golpe de Estado para el General Sánchez Hernández y otros. Varias páginas amenas de la agenda personal del autor sobre este intento… y otros eventos como la aparición de primer grupo armado –El Grupo –que comenzó secuestrando. Aunque algunos hemos creído que aun antes los guerrilleros “calentaron motores” con los denominados Nonualcos.
   Lo más triste es que el Ejército por lo general negaba la actividad guerrillera, aduciendo que se trataba de delincuencia que sería combatida por medios policiales, que no afectaba la Seguridad Nacional y se lo creían así. La comparación de esta actitud con el juzgamiento que representan las “maras” es de un paralelismo tenebrosamente similar. Estas ya son un problema de ¨Seguridad Nacional” desde hace años.
   Desde entonces los comunistas de la extrema izquierda no han cesado en sus pretensiones, adoptando distintas formas y modalidades de lucha, haciendo de la “REVOLUCIÓN” un dogma casi religioso, sin perder de vista el objetivo final: La toma del poder político de la nación. Ha dicho que…
   El hombre actual… bombardeado por una especie de propaganda inmoral de carácter político mercantilista; en su esencia sigue siendo un ser de creación divina, tiene aspiraciones de carácter espiritual, moral y sentimental que también lo impulsan en procura de esas aspiraciones.
   Termina el capítulo insistiendo en que la violencia más que la pobreza y la marginación… se ha originado en la desmedida ambición de querer alcanzar el poder absoluto de la nación, a través de la violencia revolucionaria de las masas. Lapidariamente concluye en su último párrafo: El ingrediente de mayor peso motivador del proceso revolucionario… fue y seguirá siendo de índole político. En lo que no podemos estar más acordes.

ESCUELA  CON SU NOMBRE


No hay comentarios:

Publicar un comentario