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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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sábado, 20 de mayo de 2017

Tres pintores - SIR FRANK DICKSEE


   A su consideración y deleite tres pintores, distintos en tiempos y calidades pero con el elemento común de encantar a este servidor –y espero que a Uds. Excepto lo escrito en azul (mío) el resto es sintetizado y/o traducido de la red. Disfruten.

  Una contribución a la batalla cultural, mostrando lo bello que provoca valores.


SIR FRANK DICKSEE

 

   Fue un pintor e ilustrador británico (1853-1928), que alcanzó un gran éxito entre la sociedad victoriana gracias a sus retratos de bellas mujeres y de escenas históricas y legendarias. El estilo de gran parte de su obra podría ser considerado de estilo Pre-Rafaelista. Sus retratos, y su obra en general, transmite, además de un increíble dominio de la técnica, un encanto y elegancia de la escena, un sutil estudio psicológico y una depurada técnica en la pintura de tejidos, telas y tapices.

 

   De los tres pintores escogidos, obvio que este es el más “serio y/o clásico”. Pongo a disposición únicamente los comentarios de quizá las tres obras más gustadas.


   No puedo dejar de mencionar una anécdota personalísima en relación a una de sus obras, precisamente Romeo y Julieta. Una tía abuela –Armida Araujo Vides –fue una artista muy especial, de principios del siglo pasado y, entre sus pinturas (copias la mayoría) realizó su magna opus en la excelente copia del cuadro “Romeo y Julieta” de Dicksee. Pintado en el mismo estilo y colores, en elegante marco, tuve el gusto de tenerlo ante mis ojos casi toda mi vida; hace poco dicha pintura luce en la sala de una muy querida tía en segundo grado, quien durante su niñez también gozo con la belleza del cuadro de nuestra genial antepasada.

ROMEO Y JULIETA

   Se ha dicho que el romance ha muerto en la era moderna –pero parece ser que nuestros corazones siguen añorándolo.

   Esta pintura, de un beso robado entre la más famosa pareja de desafortunados amantes, ha triunfado, con el 71% de los votos, como la obra de arte más romántica de Gran Bretaña. Los expertos han dicho que este lienzo al óleo de Romeo y Julieta, pintado por Frank Bernard Dicksee en 1884, exhibiéndose en la galería de arte de Southampton, sigue siendo popular porque sostiene el anhelo de “fidelidad y pasión”.

   Muestra a la pareja shakespeariana compartiendo un beso después de su noche de bodas, sin realizar que sería su último. Como dijo el crítico Godfrey Barker: “Crea la impresión de la cercanía de la muerte, pero que el amor no muere. El romance es un sueño que continúa vivo en los corazones de millones.”

LAS DOS CORONAS

   En Las dos coronas Dicksee representa a un príncipe inglés del medioevo regresando triunfante a casa, sobre un caballo blanco adornado con tres plumas. Portando una corona dorada, el príncipe eleva su mirada hacia un crucifijo, contrastando la corona de espinas de Cristo fuertemente con la pieza de orfebrería y la opulenta armadura de él mismo. Aunque rodeado de admirados espectadores, el príncipe es transido, acongojado, por esta representación del Cristo, un recuerdo vívido de la irrelevancia del poder y las riquezas temporales.

 
   Las dos coronas es una entre las varias pinturas de Dicksee con temática medieval, incluyendo la Redención de Tannhäuser (1890) y El paso de Arturo (1899).  Pero en contraste con estos trabajos Las dos coronas no representa ningún evento histórico. Dicksee aprovecha la oportunidad para representar una escena desbordante de pompa y ceremonia. El júbilo de las multitudes ante la bienvenida del Príncipe está representada por banderas ondulantes y coloreado confeti arrojado por las damiselas que están en primer plano y por las ubicadas en el balcón de arriba.

  
 
Kestner argumentó, sin embargo, que la imagen del Príncipe Caballero confirma en que Dicksee creía en el empoderamiento ario, la conquista heroica y la dominación masculina.
 
   Este comentario, haya sido ideologizado o no, responde con meridiana claridad a la conciencia de la modernidad que apenas puede soportar lo religioso –en este caso la profundidad cristiana del cuadro –pero que, ya que se rinde ante la calidad, no puede simplemente comentarla, sino dejar caer como quien no quiere otros elementos “ya insoportables estos” como son la lucha, el heroísmo, la masculinidad y el hecho de que pintara sólo a blancos –todos ellos pecados capitales para la corrección política.

LA BELLA DAMA SIN PIEDAD

   La Belle Dame sans Merci, es el nombre original de un poema del siglo XV, del francés Alain Chartier, que inspiró al poeta inglés John Keats al homónimo The Beautiful Lady Without Mercy, que a su vez quiso darles brillo a estos románticos con su excelente pintura, Sir Frank Dicksee.

 

   Las líneas siguientes pueden servir para degustar el significado que nuestro pintor quiso representar en su obra.

   Keats ubica su historia sencilla de amor y muerte en un desolado paisaje, apropiado para ello. "The sedge has wither'd from the lake / And no birds sing!" (El junco se desvanece en el lago / Ningún pájaro canta). La repetición de estas líneas, con leves variantes, como las concluyentes del poema enfatiza el destino del infortunado Caballero, a quien, como a la bella y destructora Dama, no identifica, siendo que deja al lector que agregue de su imaginación lo que no está especificado.

   La bella dama inmisericorde es una mujer fatal, una especie de Circe que atrae a sus amantes únicamente para destruirlos por sus poderes sobrenaturales. Lo hace porque su naturaleza es destruir. Keats, basado en la mitología, el clasicismo, lo renacentista y la balada medieval ha creado, mediante hábiles toques, a una mujer que a la vez es bella, eróticamente atractiva, fascinante y mortal.

   La figura de esta dama pudo haber inspirado al personaje de Felurian –hada, diosa del amor, hechicera devora hombres… de completa inocencia en su ser -que desarrolla el escritor de fantasía Patrick Rothfuss en el segundo libro, El temor de un hombre sabio de su saga Crónica del asesino de reyes. Originalísimo autor, que les recomiendo irrestrictamente; una lectura que combina El juego de abalorios de Hermann Hesse con lo mejor de la fantasía, con mucho del subgénero heroico.

Busquen a continuación –en este blog -a los otros dos: Kinkade y Rockwell.

ALGUNAS PINTURAS DE DICKSEE, PARA SU DELEITE


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