Hace 12 años, el 24
de noviembre de 2006 El diario de hoy
publicó este artículo, que no ha perdido actualidad y las soluciones siguen
siendo las mismas.
Teoría del
Callejón sin Salida
NO ESCUCHAR LA
VOZ DEL MIEDO
Por Roberto López-Geissmann.
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CALLE SIN SALIDA ¿POR QUÉ METERNOS ALLÍ? |
¡Oigamos al
miedo, sí! Pero únicamente en la medida que es un mecanismo de alerta ante un
peligro real, el sonido de un detector de amenazas, nunca escucharle como
consejero, nunca tomarle de asesor, y menos elevarle a nivel de consejero
personal. Nuestras autoridades puedan verse tentadas a hacerlo en lo de la
Seguridad, si se sienten acorraladas en un callejón sin salida.
Intereses políticos
quisieran que se deshiciera lo andado, reconociendo que todo ha sido un error,
que no se ha dado una y que el gobierno, en cuanto a seguridad pública, se
sentara inerme y suspirante en el centro de la plaza para ser rapado de la
cabeza y escarnecido. Le dicen que acepte sus errores, que reconocerlos es de
sabios (y esto es cierto en general), PERO lo que no le dicen es que una
confesión de inutilidad –que es lo que sería –de ese tamaño derribaría
todo respeto que pueda quedar en la ciudadanía, llevándose de paso la esperanza
y... catapultando la idea de que solo OTRA FUERZA política podría ser capaz de
acabar con el flagelo.
Lo peor es que no es cierto.
Si bien hubo un período de bastante dejadez y relajamiento, sí se ha hecho
bastante más que “algo”. Se ha hecho una inmerecida mofa de los “mano dura” sin
conocerlos ni analizar por dónde pueden andar las fallas, o bien, qué es lo que
necesitan para mejorar (es más fácil afirmar la eliminación pura y simple).
Temen ellos de que finalmente realice una de las tareas previas necesarias que
han de ser el comienzo del fin de esta guerra contra la delincuencia, como es
la de lograr el apoyo, la coordinación y el trabajo orgánico con toda la
población. Quisieran que la carga fuera soportada totalmente por el Ejecutivo,
lo que sería injusto.
La misma atmósfera de
enrarecida decepción y promoción al sentimiento de frustrante miedo es un apoyo
al terrorismo, al que se le da una estatura y presencia superior a la real.
Claro que estamos mal y sufriendo y claro que hay muchas estructuras que pueden
y deben ser mejoradas, pero nunca se ha ganado una cima o derrotado a un
enemigo enumerando las dificultades de la cuesta o cantando loas al valor del
adversario, sino proponiendo las rutas más viables, preparando los equipos que
se necesitan, ubicando a los mejores guías y volcando a todos en una mística de
combate que nos dé un plus de solidaridad, que pueda ser de gran riqueza
al final del combate.
Desde siempre cualquier idea que
haya este servidor expresado ha sido siempre retomada y lanzada como la tesis
de fulano o zutano, poco importa, las regalo con chonga, lo importante
es que sirvan a su propósito, en este caso el de colaborar para ganar La
Batalla contra la Criminalidad. No considero dramático llamarla guerra,
ya que es necesaria la apelación a todas las fuerzas nacionales para librar
este combate, realizada aquella vendrían la organización y la fuerza.
Los cuatro conceptos fundamentales para ello son los siguientes:
1.
Unidad de acción y de Concepción. Lo que sólo puede resultar de un pacto político serio entre TODOS los
componentes de la sociedad y que sería la mejor muestra de real esperanza para
un futuro mejor que entierre el pasado, tengo años de repetir esto.
2.
Cambio e innovación en la
Legislación. Y no me refiero sólo a la Ley,
sino a toda la normativa del Estado que se relacione directa o indirectamente
con la criminalidad.
3.
Revisión y mejoramiento
institucionales. Sinceramiento de los tres
órganos, colaboración y reforma. Especial atención a la Fiscalía, Jueces y la
PNC, en toda su amplitud hasta la ANSP.
4. Participación orgánica de toda la sociedad. Lo que es casi irrealizable sin el Nº 1.
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