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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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martes, 28 de mayo de 2019

¿ES IMPOSIBLE LA SEGURIDAD? - EL MIEDO COMO CALLEJÓN SIN SALIDA


Hace 12 años, el 24 de noviembre de 2006 El diario de hoy publicó este artículo, que no ha perdido actualidad y las soluciones siguen siendo las mismas.

Teoría del Callejón sin Salida
NO ESCUCHAR LA VOZ DEL MIEDO
                                        Por Roberto López-Geissmann.

CALLE SIN SALIDA ¿POR QUÉ METERNOS ALLÍ?

      
¡Oigamos al miedo, sí! Pero únicamente en la medida que es un mecanismo de alerta ante un peligro real, el sonido de un detector de amenazas, nunca escucharle como consejero, nunca tomarle de asesor, y menos elevarle a nivel de consejero personal. Nuestras autoridades puedan verse tentadas a hacerlo en lo de la Seguridad, si se sienten acorraladas en un callejón sin salida.
 Intereses políticos quisieran que se deshiciera lo andado, reconociendo que todo ha sido un error, que no se ha dado una y que el gobierno, en cuanto a seguridad pública, se sentara inerme y suspirante en el centro de la plaza para ser rapado de la cabeza y escarnecido. Le dicen que acepte sus errores, que reconocerlos es de sabios (y esto es cierto en general), PERO lo que no le dicen es que una confesión de inutilidad –que es lo que sería –de ese tamaño derribaría todo respeto que pueda quedar en la ciudadanía, llevándose de paso la esperanza y... catapultando la idea de que solo OTRA FUERZA política podría ser capaz de acabar con el flagelo.
       Lo peor es que no es cierto. Si bien hubo un período de bastante dejadez y relajamiento, sí se ha hecho bastante más que “algo”. Se ha hecho una inmerecida mofa de los “mano dura” sin conocerlos ni analizar por dónde pueden andar las fallas, o bien, qué es lo que necesitan para mejorar (es más fácil afirmar la eliminación pura y simple). Temen ellos de que finalmente realice una de las tareas previas necesarias que han de ser el comienzo del fin de esta guerra contra la delincuencia, como es la de lograr el apoyo, la coordinación y el trabajo orgánico con toda la población. Quisieran que la carga fuera soportada totalmente por el Ejecutivo, lo que sería injusto.
       La misma atmósfera de enrarecida decepción y promoción al sentimiento de frustrante miedo es un apoyo al terrorismo, al que se le da una estatura y presencia superior a la real. Claro que estamos mal y sufriendo y claro que hay muchas estructuras que pueden y deben ser mejoradas, pero nunca se ha ganado una cima o derrotado a un enemigo enumerando las dificultades de la cuesta o cantando loas al valor del adversario, sino proponiendo las rutas más viables, preparando los equipos que se necesitan, ubicando a los mejores guías y volcando a todos en una mística de combate que nos dé un plus de solidaridad, que pueda ser de gran riqueza al final del combate.
     Desde siempre cualquier idea que haya este servidor expresado ha sido siempre retomada y lanzada como la tesis de fulano o zutano, poco importa, las regalo con chonga, lo importante es que sirvan a su propósito, en este caso el de colaborar para ganar La Batalla contra la Criminalidad. No considero dramático llamarla guerra, ya que es necesaria la apelación a todas las fuerzas nacionales para librar este combate, realizada aquella vendrían la organización y la fuerza.
Los cuatro conceptos fundamentales para ello son los siguientes:
1.    Unidad de acción y de Concepción. Lo que sólo puede resultar de un pacto político serio entre TODOS los componentes de la sociedad y que sería la mejor muestra de real esperanza para un futuro mejor que entierre el pasado, tengo años de repetir esto.
2.    Cambio e innovación en la Legislación. Y no me refiero sólo a la Ley, sino a toda la normativa del Estado que se relacione directa o indirectamente con la criminalidad.
3.    Revisión y mejoramiento institucionales. Sinceramiento de los tres órganos, colaboración y reforma. Especial atención a la Fiscalía, Jueces y la PNC, en toda su amplitud hasta la ANSP.
4.     Participación orgánica de toda la sociedad. Lo que es casi irrealizable sin el Nº 1.

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