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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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miércoles, 15 de mayo de 2019

CELEBRANDO 50 AÑOS DE FUNDACIÓN -CLÁSICOS ROXSIL


CLÁSICOS ROXSIL
50 AÑOS DE LIBROS Y MÁS LIBROS

Por Roberto López-Geissmann

   En esta ocasión presento a consideración de ustedes la divulgación de una conmemoración, que no es sólo de la familia López Serrano, sino, realmente de la comunidad de los adictos a los libros y aún más de la sociedad salvadoreña en su conjunto, quien se ha visto favorecida de esta iniciativa cultural, que nos ha brindado, deleite y educación durante medio siglo.
   El artículo está tomado de una información sintética brindada por la Licenciada Roxana López Serrano de Portillo, quien gentilmente accedió a que colaborara en este humilde homenaje para ella y su familia, pero también conlleva el importante insumo de una cordial entrevista que me concedió, para completar la información.

En capilla del  Hogar Guirola, la familia López Serrano -  Silvia (hija), Doña Rosa, Don José Luis y Roxana /(hija)


Visionarios en comunidad de ideas y esfuerzos
   Don José L. López y su esposa, Doña Rosa Victoria Serrano de López, siempre habían trabajado como empleados, Don José, durante muchos años en La Constancia y Doña Rosita –con enorme vocación de educadora –fue normalista y dio clases desde los primeros años de Primaria  (en el Centro Escolar Daniel Hernández, Santa Tecla) hasta el Bachillerato, siendo finalmente Jefe del Departamento de Letras en la Universidad Nacional. Doña Rosa nacida en Santa Tecla y Don José originario de El Rosario, Cuscatlán, después de casarse en La ciudad de las colinas, vivieron allí toda la vida. Ambos devoradores de libros tuvieron, conjuntamente, una luminosa idea.
   Se dieron cuenta de que las existencias de libros, tanto literarios como didácticos, que había en el país eran del todo insuficientes para suplir la demanda que los centros educativos de todos los tipos –y los lectores que, “independientemente”, estaban ávidos de buenas lecturas –requerían para sus estudios, deleite y superación personal. Como lectores ellos mismos (Doña Rosa además como docente) concluyeron que debían apoyar con decisión un proyecto que supliera estas carencias cuanto antes y mejor.
   Así, en septiembre de 1969, y aportando cada uno el 50% de capital, se dieron a lo que sería Clásicos Roxsil –con los nombres de sus hijas Roxana y Silvia –comenzando a importar libros, especialmente de Humanidades, siendo la Editorial Losada (Argentina) su primera relación comercial. Tomaron la fecha formal de inicio de su Empresa  el 8 de octubre del mismo año, en que se despachó el primer pedido de libros.
   Recuerda la Licda. López de Portillo cómo fueron los inicios heroicos adaptando espacio en la casa solariega familiar, poniendo estantes de madera, con libros en el suelo que luego se les fue haciendo lugar. Igualmente fue notoria la ayuda enorme de una pariente que les ayudó en múltiples ocupaciones, tanto del hogar como en el trabajo en sí del negocio; vale decir que eventualmente ambos esposos dejaron sus respectivos trabajos para dedicarse por completo a su exitosa iniciativa.
   Cuando en junio de 1990 surge Clásicos Roxsil, S. A. de .C. V., escogen para su renombrada empresa –símbolo de cultura y progreso en El Salvador –el logotipo de Mercurio (Dios del Comercio y de la Comunicación). Lo que comenzó como venta de libros traídos el exterior se volvió pronto una distribuidora. Quede para la historia, que al comienzo, muchos años antes, se trabajaban los textos literarios para bachillerato y análisis de interpretación literaria en formatos de anillados realizados arduamente en un taller, y muchos eran denominados “Separatas”.
   Es igualmente interesante reseñar a un grupo muy singular de valiosas señoras, de mente abierta, intelectuales y amantes de la lectura, con las que Doña Rosa de López mantenía un contacto constante y que también impulsaron sus ideas, de entre ellas menciono a la Dra. Mélida Anaya Montes, madrina de la Licda. Roxana de Portillo. El logotipo de Mercurio se usó por lo menos desde 1976 o 1977 y siempre lo llevaban impreso en la portada los primeros libros. El traspaso o cambio de figura jurídica a ser Sociedad, solamente fue una cuestión de forma legal, que no afectó su forma de operar. Surgen, junto con Don José su esposo, las bases éticas de seriedad y calidad que se imponen para siempre.

   Volviendo a la secuencia histórica, diremos que poco más de un año después de comenzada “la gesta Roxsil” las actividades se incrementaron mucho, relacionándose con Editoriales como la Kapelusz (argentina) y la Espasa Calpe (española). Así, a las ventas al por menor adicionó las al por mayor y la distribución, comenzando a participar en ferias del libro.
   Algunos años después ya imprimían con el sistema Offset en la imprenta Ricaldone (de los padres salesianos); como con ellos, se han contratado servicios con otras imprentas, guardando siempre la identificación de su propio sello de responsabilidad, de acuerdo a su matrícula de comercio como marca registrada a nombre de la Licda. Rosa Serrano de López. El primer libro en publicarse fue la obra de teatro Luz Negra, de Álvaro Menén Desleal –a quien tuve el gusto de conocer, departir y enseñarle mi obra impresionista, en París –siendo así el primer autor al que la Editorial le pagó Derechos de Autor.
   Con el incremento de su producción se fueron incluyendo nuevas obras en su Catálogo, pasando ahora de 240 títulos, divididos en 19 colecciones de libros y cromos, en variedad de formatos. Teniendo siempre en mente apoyar a la divulgación del arte y la cultura nacionales es que propicia la edición de obras inéditas salvadoreñas, igualmente utilizando en muchas portadas  y carátulas, los diseños de pintores de nuestro país.
   Un mojón importante en su desarrollo empresarial lo constituyó su asistencia a ferias internacionales, exponiendo ante el mundo sus productos. En 1994, por primera vez hizo presencia en la feria mundial del libro en Guadalajara, México. De aquí en adelante ha estado presente en 42 ferias internacionales; realizando coediciones con editoriales de México, España y la India.
   De esta manera Clásicos Roxsil ha cumplido este año sus bodas de oro (50 años) de librería y distribuidora, con 43 como editorial y 25 como exportadora hacia el extranjero. Pero lo más importante: ha cumplido con la muy necesaria función de divulgación y fomento de la cultura y de la lectura para una nación necesitada de este apoyo, extendido también a los escritores nacionales.



Reflexión y mensaje de la Lic. Roxana López de Portillo
   Pregunto, después de felicitar de corazón a la Licda. Roxana, extendido para sus familiares (hasta la 3ª generación van ya participando en la empresa) –qué reflexiones sobre sus exitosos resultados nos puede compartir, en este orgulloso legado de tesón y cultura. Me dice:
   Es sorprendente que todo haya terminado en bien, pues no ha sido cosa fácil en absoluto. Afrontamos, además del normal y arduo trabajo de comercialización y los giros propios de esta empresa, una serie de tristes imponderables como han sido envidias que desinforman, estafas y robos directos –incluso un terremoto nos hizo bastante daño –comenta.
   Ahora bien, en ningún momento he pensado que mi familia o yo misma hemos podido capear estos temporales y problemáticas por sí solos (sería un pensamiento ególatra). Estoy firmemente convencida que a nuestros esfuerzos se ha sumado la mano de Dios, sin cuya presencia no hubiéramos podido llegar a esta posición de orgullo. No olvido, pues, jamás que estos logros fundamentalmente a Él se deben, le agradezco y le pido seguir bajo su protección para nosotros y nuestros descendientes.
*****
Una anécdota interesante

PASTEL DE BODAS DE PLATA EN SALÓN HOGAR GUIROLA


   El 11 de noviembre de 1989 Clásicos Roxsil celebró sus 20 años de fundación. Entre otros eventos, por la mañana, en el Teatro Nacional había una cartelera cultural, una muestra de libros y mucha gente relacionada con el ambiente. Ya en la tarde, en el 2º piso (los Foyers) hubo un recital de poesía al que acudieron personalidades variadas. En la noche se lanzó “la casa por la ventana” con la cena de gala que se realizó en el restorán El Rosal.
   Por si a estas alturas el lector no se ha dado cuenta, esa fecha fue la de la denominada “Ofensiva hasta el tope”, realizada por el FMLN –la que no viene a cuento comentar, sino únicamente recordar que por única vez penetraron fuerzas guerrilleras en algunas colonias al noroeste de San Salvador, precisamente en la zona de ubicación del restorán El Rosal. De hecho en varios sectores capitalinos surgió mucha aprehensión por la fuerte “cohetería” (disparos y bombas), pues de hecho al principio la ciudadanía creyó que se trataba de fuegos artificiales y cohetes, que ambos grupos utilizaban en su accionar; igualmente en lugares circunvecinos como la cercana Santa Tecla. Personalmente, me encontraba con mi familia, como Jefe de Misión Diplomática en Nicaragua (!)
   Volviendo a la opípara cena, en que a la par de personajes como David Escobar Galindo –poeta, narrador, editorialista, intelectual del Derecho... y partícipe de la comisión que discutía los Acuerdos de Paz, del poeta  Ricardo Lindo, brillante y digno hijo del novelista y diplomático Dr. Hugo Lindo, y muchos más, la Editorial tenía como invitados especiales al Dr. Francisco Albizúrez Palma y a Doña Irene Piedra Santa –de la editorial del mismo nombre –ambos oriundos de Guatemala. Todo se desarrollaba bien, de lejos se escuchaban “cohetes”, se libaba, se comía y departía con tranquilidad y no parecía que nadie se enteraba de lo que sucedía en esas tempranas horas de la noche.
   A eso de las diez se fue vaciando el lugar. Todo tranquilo, nadie sospechaba lo que estaba ocurriendo muy cerca. La Licda. Roxana regresó con los suyos a Santa Tecla tomando la vieja carretera, sin mucha iluminación y bordeada de arboledas. Algo empezaron a sospechar que ocurría. Milagrosamente no fueron detenidos por nadie ni atacados, dentro de una zona ideal de asaltos y combates. Llegaron a su casa finalmente –la misma en que ahora viven – y les abrió la empleada casi desmayándose, feliz de que estuvieran sanos y salvos.
   Cuando se enteran al fin, que los retumbos eran cañonazos y todo lo que ocurría, escuchando Radio Nacional… -pueden imaginarse –afirma Roxana –lo que pensamos de la doblemente inolvidable noche que pasamos.

Vaya un saludo final para esta valiente e inspiradora gesta cultural, llevada exitosamente, con la ayuda de Dios y para el bien del pueblo.

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