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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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domingo, 30 de abril de 2017

EL IDEALISTA COMO IGNORANTE PELIGROSO-López-Geissmann


El 1° de junio de 2011, en “El Diario de Hoy” publiqué el art. que abajo aparece. Insisto en advertir que no trato acá del “idealismo” como concepción o sistema filosófico, y menos aún sobre el término “idealista” aplicado a un valiente y esforzado creyente que lucha por una causa. Lean..

 
 

Amenazas intelecto-espirituales de nuestro tiempo

EL IDEALISTA COMO IGNORANTE PELIGROSO

 
Roberto López-Geissmann


QUIJOTE ES RESPETABLE EN SU CORAZÓN, PERO  PATÉTICO EN SU PERCEPCIÓN
 

   No hablamos del que sigue una idea con lealtad y valentía, que es digno de  emulación; así el santo, el genio, el héroe, que no siempre son personajes próceres sino humildes y desconocidos hijos de vecino, valiosos como el que más. Sino de aquel despistado –ya sea ignorante de solemnidad o intelectual estragado de lecturas, como Alonso Quijano (El Quijote) –que se toma una teoría cualquiera como verdad revelada, como incontestable aserto científico, como una absoluta realidad del mundo. Aunque el adscribirse a una visión general es más propio de estudiosos, el tomar partes específicas de las mismas es la cosa más común, siendo que se agrava aún mas el desquicie cuando se toma un solo aspecto de esa teoría y se despotrica sobre la misma.

   Ejemplos de lo dicho son las Teorías de la Evolución (que hasta el momento no se han comprobado científicamente), del Materialismo Dialéctico e Histórico (que no es más serio que la adivinación por los astros), del Calentamiento Global (dizque provocado por el hombre), del Pacifismo Total (que establece que al estar “los de buena voluntad” sin armas ni voluntad de lucha, los “malos” automáticamente dejarán de serlo y se acabará la violencia –cuando lo que sí se acabará es la resistencia al mal), del Mundialismo (como aceptación pasiva de una única línea de orden mundial indiscutido, casi homologado a una fuerza de la naturaleza), de la absurda teoría de género, con su lenguaje manicomiero, y así decenas de teorizaciones –completas o parciales –que asumen un conocimiento sin razón y sólo preñado de emociones, opiniones y un sentido de ir “en el viento de la historia”.

 

   De esto no se salvan ni ideologías ni religiones, “vehiculando” fanatismos bajo mantos de fe, idealismo y amor a la humanidad (“por la paz del mundo”). Hay que decir que esta obnubilación del conocimiento (como el humo que el maligno lanza primero a quienes quiere perder, en este caso al mundo) trae aparejada un efecto secundario de grandes consecuencias: promover la separación, dificultar la unidad y finalmente, dissolver.
MÁS QUE ESCÉPTICO CUIDADOSO. AQUI EL REAL HÉROE
 

   Perdida la Realidad se endiosa a la Libertad (alejándola de su sentido real), y con el mismo gesto se barre el respeto al principio de autoridad, del sentido de sacrificio y dura búsqueda de la verdad, aparejando en una inexistente y absurda igualdad a una masa desarticulada y cada vez menos solidaria (aunque se le diga lo contrario), y así, con el falso sentido de respeto a una dignidad hinchada y desproporcionada, con la idea de estar cargados de derechos, de que todo es (o debería de ser) fácil y rápido, de que la distancia entre un sabio y un ignorante cada vez es menor  -y tal vez sea cierto desde el punto de vista que aquel escasea y el término mismo del segundo casi desaparece-, y con algunas ideas enarboladas como un estampado barato en una camiseta de mercado, con todo ello se fabrica en assembly line al idealista de corto alcance, partidario, cerrado, obtuso, pero dispuesto a luchar por lo que cree sin análisis, estudio ni reflexión. Si esta situación no es peligrosa, no sé qué pueda serlo. Más aún porque el criterio de voluntad masiva ha sustituido al del Bien Común y a toda ética.


 

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