LA
VERDAD SOBRE LOS ALFAS
Los estudios sobre los lobos alfas
han sido tomados del excelente y
recomendado sitio web titulado
The art of manliness –El arte de la masculinidad.
¿Es
la esencia del alfa el ser simplemente el mas poderoso sobre todos?
Pareciera que esta
pregunta debe responderse afirmativamente, a tenor de la información que se ha
extendido superficialmente por todos los medios, en la que el alfa es el
primero, el superior, el más fuerte, el que manda y domina en un grupo dado… la
imagen de la amenazante fiera que alza sus sangrientos belfos a la luna. El
poderoso lobo alfa lo es por su arrojo, su musculatura y su fuerza, nos
parece... y de ello se derivarían comportamientos humanos correlativos
implicados.
Fue
precisamente en el zoológico de Basilea, Suiza, en el que Rudolph Schenkel
estudió a una pareja de lobos, por los años cuarenta, dando lugar a la
“vulgarización” del término “lobos alfa”. Luego (1970) David Mech, en su libro El lobo expandió la idea de los “alfa”,
“beta” y sus correspondientes significados de liderazgo y subordinación, a
través de dinámicas de competitividad y lucha feroz entre ellos. Lo que
comprende no hacer prisioneros, tomar lo suyo y nunca decir lo siento.
Mito
y realidad del lobo alfa
Posteriormente
nuevos elementos se adjuntaron. A decir verdad no es que se hubiera aseverado
el simplismo agresivo del alfa, sino que se tomó el rábano por las hojas. Desde
siempre el elemento de superioridad jerárquica “alfa” siempre se ha establecido
a través de la pareja como equipo: el macho y la hembra, ambos lo son. La
familia lobo, además de los padres, suele consistir en unos ocho o nueve hijos
más, que luego forman su propia familia con sus pareja y aquí surgen las
manadas, pero las figuras del papá y mamá lobos se establecen en base a la
jerarquía natural que, sin dejar la reprensión, se extiende en la protección, proveyendo
caza (alimentos) para los suyos y cuidándolos con gentileza y amor. Es una
especie de pater familias o
patriarca.
Richard
McIntyre, estudiando a los lobos grises de Yellowstone por más de 20 años
observó que muy raramente el alfa se muestra agresivo hacia su pareja; ya que
el lobo es monógamo ambos se entienden y colaboran en el cuidado de los
cachorros y con el liderazgo del grupo, cuando ya sus lobitos encuentran su
propia pareja. Claro está que son predadores, fieros y poderosos, que
eventualmente lucharán hasta morir para defender a su manada, que disputan con
otro alfa y sostienen la jerarquía entre los mismos hermanos… pero el punto a
destacar es que esa entrega es la que los convierte en alfas. No es el hecho de
ser matones –y menos egoístas abusivos –sino la abnegación a su familia y grupo,
siendo una terminología más exacta –como el mismo Mech admitió, retractándose –al
llamarlos criadores, educadores,
tanto al macho como a la hembra, desempeñando funciones complementarias.
McIntyre dijo
a otro investigador: “La característica principal de un macho alfa es una
serena confianza, con mucha autoestima. Sabe lo que tiene que hacer; sabe qué
es lo mejor para su manada. Lidera con el ejemplo. Está muy a gusto con eso. Tiene
un efecto calmante”. Por desgracia la imagen simplista del macho alfa está
bastante difundida y peor aplicada, lo que no le hace favor al lobo… ni a los
seres humanos.
¿Quieres
adoptar un tótem de lobo?
Un tótem es un
emblema o representación, generalmente de un animal, al que tomamos como
protector, como ejemplo, del que pretendemos adoptar sus virtudes y acogernos a
su protección. En el caso del lobo, las poblaciones que principalmente lo han
adoptado han sido europeas, norteameriacanas y centroamericanas. En lo personal
(quizá en parte por mi apellido) siempre lo he admirado y hasta tengo una
novela destacada de una especie de lobo hombre como héroe. No está demás decir
que “la lobidad” no es un hecho exclusivamente aplicable al macho-masculino,
sino que igualmente denota a la hembra-femenino, en la loba alfa–lo que para mí
es una extraordinariamente apreciada posibilidad de mujer firme y valiente.
Vean grabado.
Como hemos dicho, el lobo salvaje es
eventualmente agresivo y feroz, pero posee un alto grado de responsabilidad
como protector y proveedor, y es tierno con su prole. Ambos –macho y hembra
alfa –componen un equipo natural muy efectivo. El citado espacio de El arte de la masculinidad insta a
conocer mejor a los lobos, asegurando que la admiración por los mismos no hará
sino aumentar cuando conozcas que parejamente a la ferocidad se encuentran la
gentileza y compasión, especialmente para los que se aman. Termina diciendo que
el aullido es un aviso de reunión para su pareja y cachorros antes de una
cacería, previniéndoles del peligro, durante una tormenta o para acercarse
cuando la distancia es grande o el territorio no es familiar. No es un llamado
encolerizado de un lobo solitario, sino el de un cuidadoso padre y guía que
protege a su manada.
Así, no se es
alfa si pasas entrenando pesas, artes marciales u otro ejercicio fuerte,
necesitas dedicarte a tu familia –como un padre (u otro estado en ella)
protector. Los atributos de este animal, excelente para tenerlo como tótem,
conociéndolo bien, son:
·
Inteligencia y astucia
·
Leal, devoto y buen amigo, muy sociable
·
Buen comunicador –escritores en los humanos
·
Generoso y comprensivo
·
Servicial y dado a educar –maestros en los humanos.
Compartimos
en que el Lobo “es un casi perfecto símbolo del ideal masculino” –nada que ver
con machismo sino con hombría –y que además aporta las cualidades mejores del aspecto
familiar, cuya ausencia está disolviendo a nuestra sociedad, lo que, sin
embargo no obsta para que el lobo alfa (y los lobos en general) posean un alto
grado de individualidad y de un acendrado amor por la libertad. Un tótem que
equilibra el deber y el ser a través de un profundamente impregnado sentido de
responsabilidad. Un don natural que produce efectos que sólo se comparan a lo
propiamente religioso. Una libertad que sabe que no lo es en verdad si se
traiciona su propio ser profundo, productora de autolimitación voluntaria por
amar su deber.
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