Este artículo apareció el seis de octubre de
2010 en El Diario de hoy.
Recomendaciones de un pesimista, para
la felicidad
EL ARTE DEL BUEN VIVIR
Roberto López-Geissmann
Al que
todo lo pierde, le queda Dios todavía.
No
es la dificultad la que impide atreverse, pues de no atreverse viene toda la
dificultad.
Arthur
Schopenhauer
Es el título del libro que hoy comentamos,
cuyo autor es el célebre filósofo alemán, Arthur Schopenhauer. Un pensador
denso, no tan fácil de leer en sus obras principales, pero sumamente claro y
agradable en la citada. Explica su obra como “sabiduría y arte de hacer la vida
lo más agradable y feliz posible”, sin embargo nada estaría más lejos de un
sentido propiamente epicúreo y mucho menos hedonista (placer por él mismo) que
lo que pretende este poderoso filósofo antihegeliano. Porque el “buen vivir” no
es una concepción de vida fácil, sino entender la existencia “como una lucha
permanente contra lo mediocre” y, en la sociedad, el peligro más grande –para
la integridad profunda del hombre –es el tedio.
Para luchar contra este hay que estar en forma física y espiritualmente, para
lo que no aconseja el optimismo, sino “una vida con dimensión y sentido”; así,
el libro será una interesante serie de reflexiones de los que cada quien puede
sacar conclusiones aplicadas a lo concreto.
Sin ir más adelante quiero reseñar para el
apreciado lector, que en la vida que nos rodea, entre amigos y conocidos –eso
sí, en número muy escaso –podemos encontrar artífices dilectos de esa magna
obra de arte que es la vida; no me refiero al sobado término de “exitoso”, que
a veces esconde a un burro cargado de dinero o vanas –aunque ostentosas
–ejecutorias, sino a quien ha balanceado de tal manera sus deseos, sus
capacidades, sus valores, su vida pública y familiar de tal manera que se puede
merecer el summa cum laudae o máster
en vivir.
Reseña sintética de la obra: En el Cap.1° presenta su obra (de
seis, en 284 pag. para la edición de EDAF); el Cap.2° diserta sobre lo que uno es (salud, fuerza, belleza,
temperamento, carácter moral e inteligencia); el Cap.3° sobre lo que uno tiene (propiedades y toda clase de haberes); Cap.
4° lo que representamos –cómo nos ven (dividida
en honor, categoría y gloria); Cap. 5° que nos brinda ordenadamente sus Máximas, de las que doy una muestra:
“bastarse a sí mismo… es seguramente, para nuestra felicidad, la condición más
favorable; Cap. 6° que trata sobre la
diferencia de las épocas de la vida, pletórico de ideas, así: el cómo
queremos a veces estar en un lugar distante, siendo que lo que anhelamos es el
tiempo que allí pasamos hace años –confundiendo espacio con tiempo -, y cuando
al fin llegamos nos desilusionamos.
Un punto a destacar- entre los muchos posibles es –en el Cap. 4° -cuando alude a
las sinrazones y hasta el profundo ridículo que llega a darse en defensa del honor, cuando los
dictados del buen juicio son nublados por sentimientos manipulados por idearios
de una falsa caballerosidad, puntillosa en demasía y que en el fondo escoge lo
opuesto de la virtud, cual es la fuerza bruta, llegándose hasta el cobarde
duelo. Recalca la vanidad y estupidez de basarse y sufrir sobre lo que los
demás piensen, lo que es grave socialmente si se lleva a la ley.
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