ENFRENTANDO DOS LEYENDAS NEGRAS
APUNTES de Roberto López-Geissmann
Sobre una conferencia de Cristian Rodrigo Iturralde en San Salvador, el 13 de Setiembre de 2019 en el auditorio de Construmarket. Con base a sus dos libros: 1492-fin de la barbarie y comienzo de la civilización en América y La Inquisición, un tribunal de misericordia.
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PERTENECE A LA ORDEN DE SAN ELÍAS |
Pocas veces tenemos la oportunidad de
escuchar la voz de un autorizado erudito que diserte con tanta claridad y
profundidad en temas tan cruciales. Cristian Rodrigo, intelectual renombrado,
académico prestigioso y dilecto amigo nos favoreció al disertar y develar sobre
la Calumnia Histórica, interesada por demás, que constituyen las Leyendas
Negras anti Españolas. Una síntesis obligada, un reconocimiento muy sentido y
un saludo ferviente a nuestro camarada. La letra negra serán apuntes y la azul
los comentarios.
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PRIMERA PARTE
La leyenda negra es un movimiento
propagandístico antiespañol promovido por escritores ingleses, holandeses y de
otras nacionalidades durante el siglo XVI, cuyo objeto era reducir el prestigio
e influencia del Imperio español en
su Siglo de Oro. A pesar
de originarse en tiempos de fuerte rivalidad política, comercial y religiosa
hace más de tres siglos, la leyenda ha llegado hasta nuestros días en forma de
interpretaciones falseadas de tinte antiespañol sobre episodios históricos como
la conquista de América,
la Inquisición, o la Reconquista.
La Conquista y
Colonización Española
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FIN DE LA BARBARIE - EN DOS TOMOS |
Para
muchos no es correcto hablar de “colonización”, por más difundido que fuere el
término, porque estrictamente hablando Hispanoamérica no fue nunca una “serie
de colonias”, en el sentido de las que tuvieron luego otras potencias europeas.
Sino un componente de España. Los virreinatos eran parte del Imperio Español
como todo el conjunto, con similares derechos y ciudadanía. América tuvo además
leyes protectoras indígenas.
La Leyenda Negra
contra España tiene tres componentes principales: 1) La Inquisición. 2) La
Conquista y Civilización. 3) La expulsión de los judíos.
El Dr. Antonio
Caponetto afirma que Cultura no es lo mismo que Civilización. Esta constituye
la última fase del proceso cultural. Y que hay que estar claros en que no todas
las culturas tienen el mismo valor.
Una cultura que
ha arribado ya al nivel de civilización conlleva dos elementos básicos: El Bien común y la Dignidad Humana. Derivados del Derecho Natural y como expresiones
políticas y morales que representan un elevado sentido espiritual de la vida.
Es por
ello que más allá de los “respetos” no podemos en honor a Justicia y Verdad,
poner en el mismo rasero a todas las culturas y civilizaciones, menos aun
mezclando conceptos y ocultando hechos en provecho de algunas. Como, citando al
Dr. Caponetto, mencionó Cristian Iturralde…
Expresarse mal es
pensar mal y pensar mal es estar mal –en “Lenguaje y educación”. Por eso la
batalla ideológica es en parte una batalla de lenguaje.
Cuando
actualmente se exalta y pide la Diversidad, la Paz y la Democracia, realmente
se está promoviendo la Intolerancia, la Violencia y la Tiranía. Porque detrás y
debajo de los conceptos “humanistas” se esconde una exigencia de pensar
unidireccionalmente, con dos pesos y dos medidas, torciendo el brazo a la
verdad histórica para provecho de intereses específicos; una maniobra trapera.
De esta manera
se pretende ocultar a la opinión pública la realidad objetiva de la mayor
gesta de liberación que ha habido en la historia. Con leyes de protección
especiales para los nativos, como la semana laboral y el trabajo remunerado
entre otros, los que aunque parezca increíble surgieron de estas “conquistas” y
no de las “luchas proletarias” de los siglos venideros.
Los elementos de
Cultura Superior que han caracterizado a la Hispanidad van más allá de una
etnia, apuntando principalmente a una Idea
Universal que se expande con Identidad, pero con Solidaridad. Cuando la
Universidad de Harvard fue fundada ya había 14 universidades en Hispanoamérica.
Jamás hubo un genocidio en tierras de España en América (abusos personales
aparte, como en todos los tiempos y lugares –pero jamás protegido ni menos auspiciado
por las autoridades) siendo una “colonización” que llevó el buen orden y una
cultura cristiana a un continente bárbaro explotado por los peores sátrapas de
la historia.
Citando al
filósofo Alberto Buela: “La crítica al indigenismo inmediatamente nos demoniza,
porque el indigenismo es un mecanismo más de dominación del imperialismo y como
tal funciona. Su verborrea criminaliza a quien se opone. Su lenguaje busca
despertar sentimientos primarios a dos puntas: se presentan como víctimas y criminaliza
a quienes se oponen o ponen simplemente reparos”.
El español –en
su visión misionera superior –se busca constituir en una especie de
monje-guerrero generoso, cuyo símbolo emblemático es el Hidalgo Caballero
Cristiano.
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NOTA EXPLICATIVA de este escrito. Sepa el apreciable
lector disculpar lo incompleto de esta breve crónica. Un ensayo crítico
intelectual literario sobre los libros de Iturralde llevaría largo tiempo y es
un trabajo que no creo abordar. Ni siquiera es una reseña de tales obras, la
que sí pretendo presentar dentro de algunos
meses. Estos apuntes, incompletos del todo y sin conocer los libros en sí,
constituyen únicamente una entrega de elementos de interés que plantean las
tesis genéricas; sus fundamentos están en las más de 1000 páginas que suman
ambas obras, llenas de datos específicos que apoyan lo que apenas alcanzamos a
registrar someramente.
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La Inquisición española o
Tribunal del Santo Oficio de la
Inquisición fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos
para mantener la ortodoxia católica en sus reinos. La Inquisición, como tribunal eclesiástico, sólo tenía competencia
sobre cristianos bautizados. Tomado de
Wikipedia.
SEGUNDA PARTE
La Inquisición
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UN TRIBUNAL DE MISERICORDIA |
Se establece en
el S. XVI (1478-1830). La mayor cantidad de documentación se encuentra en las
bibliotecas de Madrid y de París, visitadas por el conferencista, además de
varias otras fuentes, que documenta en sus obras.
Como dijo Mark
Twain “Es más fácil hacer creer una mentira que convencer que esa mentira es
precisamente eso”. La realidad de esto es base de la actual propaganda en
todos los medios y notoriamente en las “redes sociales”.
Aconsejo la
lectura de un Documento publicado en 2001, en el que, por iniciativa de Juan
Pablo II se reunieron una cantidad de especialistas del tema, incluyendo muchos
seglares e incluso no católicos. En tal estudio se reivindica la Inquisición,
poniendo en relieve el real Tribunal Jurídico que fue en verdad.
Para bien
comprender esta institución judicial es forzoso ubicarnos en las circunstancias
históricas que precisaban el entorno social y ético del momento. La fe común,
la fiel creencia en el Cristianismo y sus enseñanzas se encontraban totalmente
imbricadas en la mentalidad colectiva, formando una ética y una manera de
entender el mundo que se reflejaban en el Ser Político del Estado, desde el Rey
hasta el último súbdito. La Patria y lo Católico eran un solo valor. No es que
una dominara a la otra, es que eran inseparables, una poderosa aleación. El
ateísmo era sencillamente inconcebible y la concepción cristiana era la única
del imaginario español. Transmito sus ideas a veces con mis palabras
En ese contexto
la persecución de la Herejía está completamente observada como un acto de Traición
contra el Estado. Si la Fe era derribada las consecuencias sociales concretas
serían disolventes sobre el tejido social, causarían tumultos y guerras
intestinas. Con
todas sus distancias hoy se aplica.
Así, el Tribunal
de la Inquisición surge como elemento civilizador, en el plano jurídico,
adscribiéndose como una garantía al Estado de Derecho, como un ente que
judicializaría, mediante el ordenamiento procesal, unos Juicios que, de otro
modo, pudiesen devenir en abusos. Estas garantías eran precisas, inteligentes y
trabajadas en función de cubrir el debido proceso y brindarles sus derechos a
los acusados. El eje social, recordemos que era Cristocéntrico, de amor y
justicia.
Los que adoran
a la diosa Democracia (en los albores de la revolución francesa se tuvo la
efigie de Marianne y una simbología neo religiosa laica) hablan siempre de
genocidios, ocultando que los propios han sido siempre los peores,
así Iturralde nos recuerda que el primero fue el ejercitado precisamente por
los revolucionarios contra los campesinos de La Vendeé, región francesa
insurrecta.
Este tribunal fue
instalado para detener los odios e injusticias que se ejercían, sobre personas
y minorías, muchas veces inocentes. Es de destacar que los judíos fueron –en buena
medida –quienes pidieron y dieron bienvenida a la Inquisición ya que, pese a
que muchos conversos lo hacían por conveniencia y para hacer negocios, cuando
no para corromper desde dentro, la verdad es que también hubieron bastantes que
lo hicieron convencidos o que al menos se portaron fielmente dentro de su nuevo
estatus. De esta manera se protegía a los inocentes de ataques que podían venir
de sus mismos ex correligionarios o de gente envidiosa que podía señalarlos por
cuestiones personales.
Dentro de la
ordenada normativa del proceso inquisitorial aparecieron y se expandieron
garantías tales como la posibilidad de recusar testigos, de lograr un segundo
proceso que cambiara la primera sentencia y otros recursos jurídicos. El
tribunal estaba integrado por un Inquisidor, un Obispo y un notable conocedor
de reputación impecable. Si bien la Iglesia determinaba la culpabilidad (con la
posibilidad de conmutar o cambiar sentencia… e incluso de perdonar la misma),
la aplicación fáctica legal estaba restringida al propio Estado. Muchas de las
penas eran leves, la mayoría de las graves consistían en expulsión de la
ciudad. El famoso Bartolomé de Las Casas fue un falsario, con toda una historia
atrás, que obedecía una agenda directamente lanzada para el desprestigio
español.
La mayoría cree
que Inquisición es sólo la católica, pero hubieron otras, que fueron realmente
crueles y sin contar con tribunales análogos; entre los protestantes se dieron
muchas, igual lo hubieron de judíos y las terribles de los musulmanes, que
llegan hasta nuestros días. Como ejemplo citaremos lo de las Brujas.
La Católica condenó a 30 brujas en 350 años, mientras que las protestantes lo
hicieron, en el mismo período con 200.000; Salem por ejemplo fue obra
protestante. Hollywood se guarda bien de no especificar la mayoría de veces,
aunque no llega a atribuirle culpa, deja pensar que fueron siempre cosa de
curas, como parte de la misma leyenda negra que esparcen sin cesar.
La minuciosidad
en la enorme cantidad de documentos ordenados que guardó el Santo Oficio
permite aseverar la serie enorme de datos que contienen estos libros que hoy
presento a su consideración. Es importante señalar que las leyes inquisitoriales
no podían aplicarse a otros que no
fueran ciudadanos españoles católicos, por los que ninguna persona de
otra religión, paganos o ateos –incluidos
además los oriundos del continente americano NO estaban sujetos a ser juzgados
por esta normativa y menos particularmente por el cargo de Herejía. Para
considerarse aptos para entender el concepto civilizador que España propagaba
se permitían varios años de comprensión y vivencia. El trato al indígena era
paternalista en el mejor sentido del término.
Finalmente
las últimas conclusiones de esta parte las hace Cristian Iturralde:
La
Inquisición Española tuvo tres grandes logros:
1. Combatió eficazmente la herejía, como
traición desestabilizante.
2.
Preservó la unidad y la paz social.
3.
Evitó lo que hubiera sido un holocausto
para los judíos.