“Narro como primicia la extraordinaria relación que el abogado santaneco
Camilo Álvarez tuvo, cuando era niño, con Sir Winston Churchill, quien luego
fuera su mentor… léanlo”.
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EN NUESTRO PAÍS ESTAMOS PASANDO POR ÉL |
Espero que mi dilecto amigo Camilo no se moleste con esta entrada
jocosa, amarilla en el buen sentido de la palabra, para llamar la atención sobre
su obra e ideas. Ahora en serio.
En 2013 el Licenciado Álvarez Consuegra
publicó un Ensayo de unas 100 páginas, titulado “Antecedentes históricos de los hechos de 1932”. Si bien luego
volveré sobre la obra, en esta entrega presentaré las palabras –de Winston
Churchill -con que empieza el Ensayo, y los últimos párrafos de las
conclusiones del Lic. Fermín Camilo Álvarez Consuegra.
Comentando
las revoluciones, en 1973, dijo Sir Churchill:
“El comunismo no es
solamente un credo; es un plan de campaña. El comunista no es únicamente un
individuo que abriga ciertas opiniones; es el partidario jurado de bien
meditados métodos de acción. Ha estudiado la anatomía del descontento y la
revolución en todas sus fases y en todos sus aspectos, y tiene preparado un
verdadero manual para derrocar todas las instituciones existentes. El modo de
aplicarlo constituye una parte tan importante de la fe comunista como la
doctrina misma.
En un principio el
comunismo invoca los preceptos, ya consagrados por el tiempo, de la democracia y
el liberalismo para proteger el órgano recién formado. Se enarbolan y afirman
la libertad de palabra, el derecho a celebrar reuniones públicas, el derecho
constitucional y todas las formas de una lícita agitación política. Se busca la
alianza con cualquier movimiento popular de tendencias izquierdistas.
Lo primero es implantar
un régimen moderadamente liberal o socialista durante algún período de
convulsión. Pero poco después de implantado, hay que derrocarlo. Hay que
explotar las calamidades y penurias derivadas de la confusión. Se deberán
provocar choques, acompañados, de ser posible, por derramamiento de sangre,
entre los agentes del nuevo gobierno y los trabajadores. Se fabricarán
mártires. Se aprovechará cualquier actitud de mansedumbre de los gobernantes.
Tras la máscara de una propaganda pacífica se ocultarán oídos jamás vistos
antes entre los hombres. Ni será necesario ni se podrán cumplir las promesas
hechas a los que no son comunistas.
Todo acto de buena
voluntad, de tolerancia, de conciliación por parte de los Gobiernos o de los
estadistas se empleará para laborar su propia ruina.
Entonces en el momento
más oportuno y cuando la situación haya madurado, se deberá recurrir a todas
las formas de violencia, desde la rebelión de masas hasta el asesinato del
particular, sin restricciones y sin remordimientos. Se deberá tomar por asalto
la fortaleza enarbolando las banderas de la libertad y la democracia; y una vez
el aparato del poder se halle en manos de la hermandad, se procederá a aplastar
con la muerte toda oposición y aún toda disidencia.
La democracia no es más
que un instrumento del que se echa mano para luego destruirlo; la libertad no
pasa de ser una locura sentimental, indigna de quien se guía por la lógica. Se
impondrá a la humanidad según dogmas aprendidos a coro, sin misericordia y para
siempre, el dominio absoluto ejercido por una clase “sacerdotal” que se ha
designado a sí misma como tal.
Todo eso, expuesto en
áridos libros de texto y escrito también con sangre en la historia de varias
naciones poderosas, constituye la doctrina y el propósito del comunista.
¡Hombre prevenido vale por dos!”
En los
últimos párrafos de sus Conclusiones el Lic. Álvarez:
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LIC. CAMILO ÁLVAREZ CONSUEGRA |
Los asesinatos de antiguos militares y la
intención de procesar a quienes ya no tienen mando y están fuera de la
política; no es exclusivo de El Salvador, lo mismo se ha hecho con militares en
Guatemala, Chile, Argentina y Colombia. La lucha y afán de venganza con fin
ejemplarizante de la izquierda, y de quienes pretenden ser superiores en la
moralidad, es constante y son implacables, para con quienes se les han opuesto,
demostrando la mayor barbarie e inhumanidad posible.
La lucha en un conflicto armado, no es el
principio ni fin de la contienda, es ésta llevada por otros medios. La lucha da
inicio con el cambio de las realidades sociales, producto de la evolución misma
de la sociedad, pero no basta para llevar a la guerra, pues se da un acomodo
natural en la sociedad y su consecuente evolución. Es imperativo que exista el
componente de la intencionalidad en dicha transformación, para que se genere
violencia y generalmente en nuestro medio, da inicio creando fracturas en
nuestra cultura, una de ellas es crear una cultura indígena inexistente, bajo
el concepto de “descolonización” y la otra, es fomentando la necesidad de
“ayuda” del Estado, hasta hacer al individuo totalmente dependiente de éste,
creando un invalido social, que al verse en la necesidad de subsistencia,
acepta como tabla de salvación, el socialismo.
Estas últimas
conclusiones son perfectas, claras, contundentes y demuestran que el ejercicio
pérfido de las políticas marxistas se conservan y aplican desde siempre, no
siendo cosa “del pasado” sino, revistiendo de completa actualidad la amenaza
que representan en el espectro político
No he podido evitar este breve corolario sobre las
dificultades de la administración del Estado, la dirigencia política de una
Nación y el gran problema de la educación, que excede por mucho la acción
propiamente estatal. Cito:
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