Poco después de salir de la injusta prisión
a que lo sometió Fidel Castro –por 22 años –Armando Valladares (escritor,
diplomático y hombre de seguridad) dio una serie de conferencias por las Américas,
siendo que lo conocí precisamente realizándole una entrevista para “El Diario
de Hoy” que constituyó la “madera” del día. Este artículo es un caso ejemplar
de claridad, concisión y síntesis sobre la sucia campaña mediática que sufrió
Donald Trump.
Sólo las fotos son cambiadas por mí, el
artículo es textual de Valladares.
NO SE
EQUIVOCARON
Por: Armando Valladares- En primicia,
especial para Nuevo Acción.
Todos
saben lo sucedido. Trump se enfrentó a la campaña mediática más sucia de
toda la historia política del MUNDO. Pensada, pagada y organizada por el
Partido Demócrata y apoyada en algunas ocasiones por el establishment del
Partido Republicano, unas veces abiertamente y otras desde las sombras y la
intriga, por quienes solo pensaron en su orgullo y en sus
ambiciones frustradas, y no en lo que significaba para este país la
elección de Hillary Clinton. No tuvieron el valor de definirse, se olvidaron
que los líderes tienen que tomar decisiones y correr el riesgo de equivocarse.
Decía José Martí que “en épocas de crisis políticas, la neutralidad era una
zona reservada a la cobardía.”
Darle
las espaldas a Trump fue un acto irresponsable, que puso en peligro los
cimientos morales y la seguridad de esta gran Nación, era abrirle las puertas a
la corrupción “legalizada”, a la desmoralización de los valores que hicieron
grande a este país, ese objetivo que el Presidente Obama inició y que
continuaría Hillary Clinton si era electa junto a su esposo,
violador de menores, uno de los depredadores sexuales que visitó 26 veces la
Isla del magnate del Partido Demócrata, Jeffrey Epstein para las orgias
con menores.
Esta
pareja de delincuentes, y toda esa pandilla del cartel Clinton iban a convertir
esta sociedad en una versión de la Roma decadente, desmoralizada,
destruyendo hasta el último de sus cimientos.
Pero no estaban
solos en ese empeño. Los respaldó y apoyaron todos
los canales de TV, excepto Fox y todos los periódicos, excepto el Wall Street
Journal.
Mintieron,
le atribuyeron decenas de declaraciones que Trump nunca hizo y ocultaron otras.
La misma prensa que convirtió a Fidel Castro en un romántico Robin Hood;
la misma prensa que convirtió al Che Guevara en un ídolo a imitar por las
juventudes del mundo, esa misma prensa que convirtió a Cuba “en una potencia
médica”, convirtió a Trump en una especie de monstruo, como si hubiese sido un
asesino en serie, un pedófilo empedernido, el capo Universal de la droga.
SI, aunque a muchos periodistas, que honran esa profesión, no les guste, esa es
la verdad.
Nunca
he podido entender porque a periodistas dignos y decentes, les molesta
cuando se señalan a esos otros. Pienso es un exceso de solidaridad, mal
entendida. Cuando un periodista utiliza el privilegio de llegar a miles de
personas, para engañarlas, para desinformarlas, para manipularlas, se convierte
en una amenaza para la sociedad.
Y
en esta campaña presidencial se mintió, se desinformó, se manipularon las
noticias en contra de Donald Trump. Esos periodistas prostituyeron la
profesión, verdaderas hetairas de nombres prestigiosos en la profesión se
vendieron como vulgares rameras.
El 91% de la cobertura a
Trump fue negativa. La famosa declaración de Trump diciendo que por la frontera
entraban mejicanos cargados de drogas, violadores, terroristas etc etc,
terminaba agregando “y asumo que también entran
buenas personas” (textual). Esta última frase a los dos días
desapareció de la prensa.
Aquí
en Miami se organizó una campaña diciendo que Trump se había referido a todos
los mejicanos,(cosa esta falsa, solo se refirió a los que entraban ilegalmente)
y lanzaron el slogan de “TODOS SOMOS MEJICANOS. Después dijeron que se habían
referido a todos los hispanos, mentira también. Se llegó a decir que Trump
había declarado que entraban mejicanos terroristas. En programas de radio,
se mintió, se manipularon las noticias, se ocultó las que
favorecían a Trump y se callaron las verdades de los escándalos y corrupción de
la Clinton. Muchos de los que solo escuchaban esos programas, nunca se
enteraron de lo que pasaba. Los dos canales de TV hispanos participaron
de toda aquella conspiración uniéndose al lema de “PARAR A TRUMP’.
Con
el triunfo de Trump se vino abajo toda esa campaña mediática. Llegaron a
creerse sus propias mentiras, crearon un círculo artificial, y se mentían unos
a los otros. Los cerebros grises de la sociedad, los “analistas políticos” más
brillantes, excelsos e iluminados “demostraban” porque Hillary Clinton iba a
ganar las elecciones y Trump –como dijo uno de esos gurús políticos -no
lograría ni el 20% de los votos.
Había
que ver y escuchar a aquellos comentaristas y analistas demócratas de renombres
encumbrados, en la pingorota de la fama y el conocimiento, desde lo alto de sus
tronos excelsos, ilustrar a la masa acéfala e inculta sobre las bondades,
cualidades y bendiciones que traería a este país la elección de la
Clinton. Por los micrófonos y las cámaras desfilaron los doctores, altos
funcionarios de otras administraciones demócratas, sabios llenos de
estadísticas y argumentos respaldando a la delincuente mayor.
Cuando
al Príncipe Saudí, en New York, le preguntaron sobre las elecciones, declaró
que le interesaban mucho y que Arabia Saudita estaba financiando el 25% de la
campaña de Hillary Clinton. Este Príncipe no sabía que aceptar dinero de otro
país para campañas políticas es un delito en EEUU. ¿Qué dijo la prensa
complaciente? Nada. ¿Qué dijeron los líderes demócratas? NADA. No les importaba
que su candidata aceptara dinero del país que financió a los que dinamitaron
las Torres Gemelas.
Llegaron
al clímax de la aberración, negando la gravedad del contenido de los correos de
Wikileaks, diciendo que eran chismes de aldea…para ellos el enriquecimiento de
los Clinton vendiendo información al enemigo, el desacato; la destrucción a
martillazos de los teléfonos y computadoras; los escándalos de la
Fundación Clinton; la venta a Putin del 20% de la reservas de Uranio de EEUU, a
cambio de una comisión de 100 millones de dólares, todo eso no tenía
importancia.
La corrupción
escandalosa del Director del FBI, de la Fiscal General, Loretta Lynch que se acogió a la Quinta
Enmienda…lo que se ha visto con esta administración demócrata no tiene
precedentes en la Historia de EEUU. Pienso que eso ocurre cuando se tienen los
mismos niveles de moral y principios.
Al
traficante de cocaína, no le importa compartir con otro traficante, y sentarse
a cenar con él, e integrarlo al círculo de sus amistades. Son
perros de la misma jauría.
Todo
estaba preparado. Ya se habían repartido los cargos futuros. Había puestos
importantes para activistas del patio. Ya la dirección de Radio Martí había
sido asignada. Que todo se sabe. Y entonces comenzaron a publicarse más
cables de Wikileaks. El pueblo tuvo acceso al Internet. Se conoció
al detalle la podredumbre, la corrupción, las traiciones a sus propios
camaradas en el caso de Sanders, la carencia de escrúpulos.
Y
ocurrió lo que no podía suceder…se les cayó el mundo encima, de nada sirvieron
los TRES millones de votos fraudulentos depositados ilegalmente en
California, los cientos de miles en Virginia, en New York, donde hubo
quienes votaron siete veces. El fraude en Broward y muchas otras ciudades.
Revolcándose
en su propia hiel y amargura, prepotentes y soberbios comenzaron a calificar a
los que votamos por Trump como la chusma inculta, los no educados,
los que no se bañan ni se lavan la boca, y no tienen dientes, los que no fueron
al colegio.
Los
Doctores, los Master, los intelectuales, los educados y cultos,
los leídos y escribidos, no lograron convencer con sus mentiras a más de
65 millones de norteamericanos. Trump barrió con ellos. El pueblo barrió con
ellos. Auguraron que los demócratas ganarían el Congreso, el Senado, las
gobernaturas; pero ocurrió TODO LO CONTRARIO.
Amenazaron
con todo. Si elegían a Trump, dijeron los sesudos economistas
demócratas, se repetiría la crisis del 1929, las bolsas se
derrumbarían, habría hambre, miseria, muerte, desolación, desempleo total, el
fin del mundo, el Apocalipsis. Compararon a Trump con Hitler, con Chávez, con
Maduro, lo acusaron de ser una agente infiltrado de los Clinton.
En
la rabieta y el pataleo ordenaron a los empleados de las oficinas de
campaña de la candidata demócrata que se trasladaran a más de 50 ciudades
ganando 18 dólares la hora y se organizaran para manifestar contra la legítima elección de Trump. Los instruyeron para que
crearan disturbios. En Oregon detuvieron a 112 de estos manifestantes; 70
no eran de Oregon. Quemaron automóviles, destruyeron negocios. Las banderas
rojas de la hoz y el martillo y los retratos del Che encabezaban las
manifestaciones contra el Presidente electo. No hay precedente en la Historia
de EEUU de algo como esto.
Tres
jóvenes afroamericanos sacaron de su automóvil a un anciano simpatizante de
Trump y lo patearon, le dieron una paliza brutal. Tres muchachas
afroamericanas, le hicieron lo mismo a una estudiante blanca porque
dijo simpatizaba con Trump. La chusma demócrata enfurecida, siguió por semanas,
en manifestaciones, destruyendo propiedades y están financiadas por la campaña
de Hillary Clinton.
Están
recogiendo firmas, EN UNA PLATAFORMA DE Soros llamada Change.org
para que el 19 de diciembre, el Colegio Electoral, quite a Trump y nombre
Presidenta a Hillary Clinton Tenían la semana pasada más de TRES MILLONES de
firmas.
Se
olvidan que gracias a la Enmienda 2 que los demócratas y sus cúmbilas y
compañeros de pachanga, los comunistas, han soñado con eliminar, a los más de
TRESCIENTOS MILLONES DE ARMAS que hayen los hogares norteamericanos.
Soros, chivato de los Nazis cuando estuvo en un
campo de concentración , y el mayor donante al Partido convocó a una reunión en
Washington de tres días con otros billonarios demócratas y dijo
públicamente que esa reunión era para discutir cómo utilizar sus fortunas para
“aniquilar” a Trump y usó la palabra “aniquilar” contra el Presidente de los
EEUU.
Esas
manifestaciones han continuado. Esos atropellos de la escoria demócrata ha
seguido. Pero ninguno de los periodistas- activistas ha dicho una sola palabra
contra toda esa violencia
No
se ha escuchado a un solo dirigente del Partido, desde la Clinton hacia
abajo, decir una sola palabra de crítica a esas manifestaciones, a esos actos
de violencia. No he visto a uno solo de los líderes demócratas locales, abrir
la boca para pedir terminen esos métodos antidemocráticos. El que calla otorga -dice el refrán.
El
New York Time y canales de TV y periodistas han dicho “humildemente” que
se equivocaron. MIENTEN, NO SE EQUIVOCARON. La equivocación es un acto
inspirado en la buena fe. No hay mala intención en la equivocación.
Cuando
CNN le mandaba a escondidas a la Clinton las preguntas que le harían en una
entrevista, NO SE EQUIVOCABAN. Cuando los canales de TV le pedían a Podesta que
le mandaran una lista de las preguntas que Hillary Clinton quería que le
hicieran, NO SE EQUIVOCABAN. Cuando Podesta les ordenaba que en encuestas a mil
personas 800 tenían que ser demócratas y lo hacían: NO SE EQUIVOCABAN
Cuando
Podesta les pedía que siempre en las encuestas hicieran trampas y
agregaran puntos extras a Hillary Clinton y lo hacían NO SE
EQUIVOCABAN. Cuando desprestigiaban a Trump atribuyéndole declaraciones que
nunca hizo, NO SE EQUIVOCABAN.
Si
todos esos periodistas tuvieran un átomo de verigüenza, un ripio de
dignidad—que no tienen—debían de renunciar
A una profesión como el periodismo que debe ser la conciencia de la sociedad.
Nada es más aborrecible y despreciable que un periodista cuando miente de forma
intencional traicionando una profesión tan hermosa como esa.
Recordarles
el pensamiento de Marti: “La palabra se ha hecho para decir la verdad, no para
encubrirla,” sería tan inútil como regalarle una orquídea a una vaca,
posiblemente se la comería sin descubrir siquiera la exótica belleza de la
flor.
Pero
están como si nada hubiese pasado, como si nada hubiesen hecho y ahora son “admiradores”
de Trump. ¡Que desparpajo! Trump todavía no está gobernando, y ya están
criticándolo por la cosas malas que todavía no ha hecho y que ya ellos saben
que va a hacer. Son visionarios, pero no pudieron ver la derrota, la paliza
monumental que el pueblo les dio. Ya Trump “va a fabricar hoteles en Cuba,
campos de golf etc, etc.… es un espía de Putin” y hasta con su hijo,un niño de
diez años se están ensañando.
Para
ellos el desprecio absoluto y el aborrecimiento del pueblo. Tienen un lugar
reservado en el estercolero de la Historia. Sus voces, sus imágenes, sus
artículos serán un recordatorio de lo que nunca debe hacer un periodista.
“CNN
acaba de informar que el fallecido líder de la revolución cubana, Fidel
Castro fue un hombre muy humilde, que lo dio todo por su pueblo y que su
humildad y sencillez se demostraba en el hecho de que no había en Cuba ni una
sola calle que llevara su nombre”.
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