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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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sábado, 5 de noviembre de 2016

EL SEGUNDO GRITO DE INDEPENDENCIA

IMPERIO AMERICANO

Como sabemos, las leyendas negras –propagandas históricamente sostenidas por intereses inconfesables contra diferentes países, instituciones e ideologías –se propagan siempre con la contrapartida de apuntalar otra forma de ser, inferida como superior; así la leyenda negra antiespañola aupaba a Inglaterra y otros rivales. A los Estados Unidos de Norteamérica les tocó eventualmente su buena dosis de leyenda negra, cuando decimos esto no queremos significar que toda crítica lo es, sino sólo la concientemente falsificada y presentada “inocentemente” como realidad.
   Los Estados Unidos necesitan de una Segunda Independencia que les permita repensar su Imperio y Destino. La independencia debe quitarles la chaqueta de fuerza que los aherroja a una ideología perimida por completo (la de la revolución francesa) que está ahogando al mundo entero. Si nuestro gigante agobiado es capaz de un movimiento de arrancarse los parásitos financieros que lo desangran, si respira con el aire de los pioneros que han sido y en poderoso movimiento muscular abre los brazos a sus hermanos del sur –con sólo que haga el primer intento –verá una multitud de mentes, corazones y esfuerzos dispuestos a la formación del Gran Imperio Americano –no ya sólo de Estados Unidos, sino de todo el continente: Washington más Bolívar.
   El 28 de setiembre y el 5 de octubre de 2011 publiqué en El Diario de Hoy dos artículos tal como lo subrayado arriba, desarrollando en breve esos conceptos. En esta blog presentaré en esta misma ocasión otros tres que, si bien relacionados, tratan sobre geopolítica concreta. Considero que es perfectamente normal y coherente el buscar este acercamiento con los hermanos del norte y, por otro lado apoyar el control migratorio hacia ellos.



Leyenda negra antinorteamericana
LA SEGUNDA INDEPENDENCIA
                                                                                       Roberto López-Geissmann

Hay un solo delito infamante para el ciudadano: que la lucha en que se decidan los destinos de Esparta, él no esté en ninguno de los dos bandos o esté en los dos.  Licurgo.

   Cuando hace varios años, por diversión, nos preguntábamos con un grupo de amigos de qué nacionalidad prefirieras ser (no valía un hispanoamericano) yo escogía con firme seguridad ser español. Aunque sigo sosteniendo los motivos de identidad histórica (composición del perfecto caballero español, valor indómito y un sentido de sociedad menos predispuesto a la jerarquía puramente economicista), mi querida España ha caído tan bajo actualmente –los buenos españoles son los primeros en reconocerlo y me sumo a su luto –que no queda más que decir aquello de que “quiero a mi país porque no me gusta”, como reconocimiento y voluntad de cambio.
   Siendo además europeísta –antes de la actual comunidad frankestéinica –sigo teniendo admiración por el pensamiento No Conformista, principalmente el francés, pero todo eso queda como un valioso tesoro, utilizable a quien acceda a esos pensamientos, con orgullosos y bellos brotes de gallardas e inteligentes pequeñas comunidades, desperdigadas, a veces contrapuestas, en casos intelectuales y siempre valientes, pero el Poder ha sido destronado y alejado de tal modo de ellos que, por el momento no les quedaría sino una reintegración dentro de lo que pudiera ser un Nuevo Imperio, tan imposible como un catalán del Real Madrid, pero también tan al alcance del devenir histórico como las cosas que por pertenecer a la pura naturaleza, tienen esa invencible fuerza.
La lucha es para vivir bien - Dulzor de vivir.

   Volviendo al punto, y conciente de ser una de las afirmaciones más incorrectas políticamente que nunca haya hecho (y tengo varias), en estos momentos, fuera de nuestra Patria, sentiría un gran orgullo de pertenecer al gran pueblo estadounidense. ¿Qué importancia pudiese tener semejante declaración? La de permitir airear una toma de conciencia que considero muy importante para nuestra zona geopolítica y reflexionar sobre nuestro devenir histórico y emocional, pero además puntualizar sobre algunos aspectos fundacionales de la gran nación del norte que no son tan evidentes, de la misma forma que no lo son –hagamos la analogía con Francia –el sentimiento estético y la dulzura de vivir, Juana de Arco y los “vendeanos y chuanes”, la irreductible voluntad, personalidad e independencia del francés, en oposición al racionalismo a ultranza, la Diosa Razón, y la mitología destructiva de una revolución con el cerebro de una nuez, sólo aceptada por toneladas de propaganda y dinero.
   La revolución americana, infinitamente más simpática que la francesa y con más razones que la otra debiese ser posteriormente confirmada, cambiada, mutada por la segunda independencia (aún pendiente) que por desgracia degeneró en la trágica guerra civil, de la que tanta propaganda recibimos y que es tan poco conocida. Cuestión tan delicada mal se discurre en pocas palabras, por lo que –excepto por algún tema que requiera atención inmediata –comenzaré una breve serie sobre lo grande que fue, es y puede ser los Estados Unidos. Mi adhesión principal supone el mayor halago y la mayor responsabilidad, ya que, a mi ver, la realidad del destino manifiesto e imperial subsiste… pero no como normalmente se ha entendido, hay un giro esencial que debe ser realizado.
Propia de cierta clase media americana

América como campamento de los santos
SOBRE IMPERIO Y DESTINO
                  Roberto López-Geissmann

Si un continente entero es de tal modo víctima de la velocidad, es
porque él mismo huye y busca, más que el dinero, la velocidad,
como medio de no pensar… delito de huida. A veces he tenido esa
impresión, no de una civilización en marcha hacia el progreso,
sino de huida antes sus espectros. Paul Morand.

     ¿Por qué en anterior artículo afirmé que escogería con gusto a los Estados Unidos de América como segunda patria? Lejos de mí lo que sería una cínica fascinación del poder por el poder –que es en esencia lo satánico –y menos todavía una aprobación de la teoría del destino manifiesto que haría de los EUA un Estado supremo, modelo indiscutible y universal, rector del mundo. Aunque todavía es más aceptable que el regirse por algo como una comunidad internacional que, por principio domina por la seducción, la ideologización y la manipulación cultural. Que cuando niega la religión promueve un ateísmo que requiere más fe que cualquier otra; cuando glorifica la libertad en realidad la conculca al quitar la sabia búsqueda del bien como objeto de aquella, dejándola liberada únicamente a la voluntad, con lo que la prostituye; y que define Imperio con caracteres nefastos per se, cuando puede ser algo positivo.
   Admiro en esa gran nación precisamente su resistencia a los poderes del oro. Sostengo, aunque sorprenda, que si se tratara de otros pueblos estarían estos ya no dormidos, sino muertos, ante la avalancha centenaria de propaganda nefasta al espíritu y a la ley natural. EUA se ha sostenido por las legiones de aventureros desprendidos con amor a los espacios abiertos, por leales granjeros que respetan la palabra dada, por románticos (que hoy llaman cursis) que aún creen en el amor y por clásicos (que hoy llaman anticuados) que mantienen investigaciones que desde hace mucho están en el primer rango; por los guerreros que aún son atraídos por un póster en que se lee: “Yo no te prometí un jardín de rosas”, aludiendo a la dureza de un ejército que supera los desfiles con ray banes. Esos hombres, que a pesar de ser más insultados que cualquier otro país en el mundo tienen la generosidad aún de abrir los brazos sin demasiadas aprensiones, guardando –por qué no –la seguridad de su patria (homeland).
NO TE PROMETÍ  UN JARDÍN DE ROSAS

   Creo absolutamente necesario el que esta manifestación del Estados Unidos profundo comience a emerger, creo que ya lo está haciendo, y cuando lo haga va a necesitar, no de aliados nada más, sino de hombres de todas las razas y etnias que se unan en su lucha hombro con hombro y con la total camaradería de una nacionalidad que se comparte en el ideal. Puesto que el momento histórico de la “América” sobre todos ha dejado de ser, como un símbolo de supremacía bruta. Ha llegado el tiempo de la lucha estratégica inteligente, en el que el “melting pot” se sublimará a través del espíritu. En breve: la dura y necesaria labor que debe hacerse para enfrentar al doloroso caos previo al reino de la iniquidad pasa por el establecimiento de un verdadero Imperio. Las características generales, geopolíticas y de alianzas que creemos serían las convenientes las expondremos luego, pero no son novedad sino en su publicitación. Han estado en nuestra alma. En la de muchos.

PIONEROS- ASÍ SE CONQUISTA NO SÓLO EL OESTE, SINO NUESTRO FUTURO

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