IMPERIO AMERICANO
Como
sabemos, las leyendas negras –propagandas históricamente sostenidas por
intereses inconfesables contra diferentes países, instituciones e ideologías
–se propagan siempre con la contrapartida de apuntalar otra forma de ser,
inferida como superior; así la leyenda negra antiespañola aupaba a Inglaterra y
otros rivales. A los Estados Unidos de Norteamérica les tocó eventualmente su
buena dosis de leyenda negra, cuando decimos esto no queremos significar que
toda crítica lo es, sino sólo la concientemente falsificada y presentada
“inocentemente” como realidad.
Los Estados Unidos necesitan de una Segunda
Independencia que les permita repensar su Imperio y Destino. La
independencia debe quitarles la chaqueta de fuerza que los aherroja a una
ideología perimida por completo (la de la revolución francesa) que está
ahogando al mundo entero. Si nuestro gigante agobiado es capaz de un movimiento
de arrancarse los parásitos financieros que lo desangran, si respira con el
aire de los pioneros que han sido y en poderoso movimiento muscular abre los brazos
a sus hermanos del sur –con sólo que haga el primer intento –verá una multitud
de mentes, corazones y esfuerzos dispuestos a la formación del Gran Imperio
Americano –no ya sólo de Estados Unidos, sino de todo el continente: Washington
más Bolívar.
El 28
de setiembre y el 5 de octubre de 2011 publiqué en El Diario de Hoy dos artículos tal como lo subrayado arriba,
desarrollando en breve esos conceptos. En esta blog presentaré en esta misma
ocasión otros tres que, si bien relacionados, tratan sobre geopolítica
concreta. Considero que es perfectamente normal y coherente el buscar este
acercamiento con los hermanos del norte y, por otro lado apoyar el control
migratorio hacia ellos.
Leyenda negra
antinorteamericana
LA SEGUNDA INDEPENDENCIA
Roberto
López-Geissmann
Hay un solo delito
infamante para el ciudadano: que la lucha en que se decidan los destinos de
Esparta, él no esté en ninguno de los dos bandos o esté en los dos. Licurgo.
Cuando hace
varios años, por diversión, nos preguntábamos con un grupo de amigos de qué
nacionalidad prefirieras ser (no valía un hispanoamericano) yo escogía con
firme seguridad ser español. Aunque sigo sosteniendo los motivos de identidad histórica (composición del
perfecto caballero español, valor indómito y un sentido de sociedad menos
predispuesto a la jerarquía puramente economicista), mi querida España ha caído
tan bajo actualmente –los buenos españoles son los primeros en reconocerlo y me
sumo a su luto –que no queda más que decir aquello de que “quiero a mi país
porque no me gusta”, como reconocimiento y voluntad de cambio.
Siendo además
europeísta –antes de la actual
comunidad frankestéinica –sigo teniendo admiración por el pensamiento No
Conformista, principalmente el francés, pero todo eso queda como un valioso
tesoro, utilizable a quien acceda a esos pensamientos, con orgullosos y bellos
brotes de gallardas e inteligentes pequeñas comunidades, desperdigadas, a veces
contrapuestas, en casos intelectuales y siempre valientes, pero el Poder ha
sido destronado y alejado de tal modo de ellos que, por el momento no les
quedaría sino una reintegración dentro de lo que pudiera ser un Nuevo Imperio,
tan imposible como un catalán del Real Madrid, pero también tan al alcance del
devenir histórico como las cosas que por pertenecer a la pura naturaleza,
tienen esa invencible fuerza.
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La lucha es para vivir bien - Dulzor de vivir. |
Volviendo al
punto, y conciente de ser una de las afirmaciones más incorrectas políticamente
que nunca haya hecho (y tengo varias), en estos momentos, fuera de nuestra
Patria, sentiría un gran orgullo de pertenecer al gran pueblo estadounidense.
¿Qué importancia pudiese tener semejante declaración? La de permitir airear una
toma de conciencia que considero muy importante para nuestra zona geopolítica y
reflexionar sobre nuestro devenir histórico y emocional, pero además
puntualizar sobre algunos aspectos fundacionales de la gran nación del norte
que no son tan evidentes, de la misma forma que no lo son –hagamos la analogía
con Francia –el sentimiento estético y la dulzura de vivir, Juana de Arco y los
“vendeanos y chuanes”, la irreductible voluntad, personalidad e independencia
del francés, en oposición al racionalismo a ultranza, la Diosa Razón, y la
mitología destructiva de una revolución con el cerebro de una nuez, sólo
aceptada por toneladas de propaganda y dinero.
La revolución
americana, infinitamente más simpática que la francesa y con más razones que la
otra debiese ser posteriormente confirmada, cambiada, mutada por la segunda independencia (aún
pendiente) que por desgracia degeneró en la trágica guerra civil, de la que
tanta propaganda recibimos y que es tan poco conocida. Cuestión tan delicada
mal se discurre en pocas palabras, por lo que –excepto por algún tema que
requiera atención inmediata –comenzaré una breve serie sobre lo grande que fue,
es y puede ser los Estados Unidos. Mi adhesión principal supone el mayor
halago y la mayor responsabilidad, ya que, a mi ver, la realidad del
destino manifiesto e imperial subsiste… pero no como normalmente se ha
entendido, hay un giro esencial que debe ser realizado.
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Propia de cierta clase media americana |
América como campamento
de los santos
SOBRE IMPERIO Y DESTINO
Roberto
López-Geissmann
Si un continente entero es de tal modo víctima de la
velocidad, es
porque él mismo huye y busca, más que el dinero, la
velocidad,
como medio de no pensar… delito de huida. A veces he tenido
esa
impresión, no de una civilización en marcha hacia el
progreso,
sino de huida antes sus espectros. Paul Morand.
¿Por qué en
anterior artículo afirmé que escogería con gusto a los Estados Unidos de
América como segunda patria? Lejos de mí lo que sería una cínica fascinación
del poder por el poder –que es en esencia lo satánico –y menos todavía una
aprobación de la teoría del destino
manifiesto que haría de los EUA un Estado supremo, modelo indiscutible y
universal, rector del mundo. Aunque todavía es más aceptable que el regirse por
algo como una comunidad internacional que, por principio domina por la
seducción, la ideologización y la manipulación cultural. Que cuando niega la
religión promueve un ateísmo que requiere más fe que cualquier otra; cuando
glorifica la libertad en realidad la conculca al quitar la sabia búsqueda del
bien como objeto de aquella, dejándola liberada únicamente a la voluntad, con
lo que la prostituye; y que define Imperio con caracteres nefastos per se, cuando puede ser algo positivo.
Admiro en esa
gran nación precisamente su resistencia a los poderes del oro. Sostengo, aunque
sorprenda, que si se tratara de otros pueblos estarían estos ya no dormidos,
sino muertos, ante la avalancha centenaria de propaganda nefasta al espíritu y
a la ley natural. EUA se ha sostenido por las legiones de aventureros
desprendidos con amor a los espacios abiertos, por leales granjeros que
respetan la palabra dada, por románticos (que hoy llaman cursis) que aún creen
en el amor y por clásicos (que hoy llaman anticuados) que mantienen
investigaciones que desde hace mucho están en el primer rango; por los guerreros
que aún son atraídos por un póster en que se lee: “Yo no te prometí un jardín
de rosas”, aludiendo a la dureza de un ejército que supera los desfiles con ray
banes. Esos hombres, que a pesar de ser más insultados que cualquier otro país
en el mundo tienen la generosidad aún de abrir los brazos sin demasiadas
aprensiones, guardando –por qué no –la seguridad de su patria (homeland).
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NO TE PROMETÍ UN JARDÍN DE ROSAS |
Creo
absolutamente necesario el que esta manifestación del Estados Unidos profundo
comience a emerger, creo que ya lo está haciendo, y cuando lo haga va a
necesitar, no de aliados nada más, sino de hombres de todas las razas y etnias
que se unan en su lucha hombro con hombro y con la total camaradería de una
nacionalidad que se comparte en el ideal. Puesto que el momento histórico de la
“América” sobre todos ha dejado de ser, como un símbolo de supremacía
bruta. Ha llegado el tiempo de la lucha estratégica inteligente, en el que el
“melting pot” se sublimará a través del espíritu. En breve: la dura y necesaria
labor que debe hacerse para enfrentar al doloroso caos previo al reino de la
iniquidad pasa por el establecimiento de un verdadero Imperio. Las
características generales, geopolíticas y de alianzas que creemos serían las
convenientes las expondremos luego, pero no son novedad sino en su
publicitación. Han estado en nuestra alma. En la de muchos.
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PIONEROS- ASÍ SE CONQUISTA NO SÓLO EL OESTE, SINO NUESTRO FUTURO |
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