Presento, resumidamente, dos artículos
más, de mi respetada amiga, la intelectual argentina Vanesa Montacuto: Viejos son los caminos y Suicidas. Comentarios míos en azul, los
grabados y negritas los puse yo.
VIEJOS SON LOS CAMINOS Y SIGUEN ECHANDO
POLVOS
Refiriéndose
a los tiempos previos y al principio de la Agresión Armada… Se vivía en un clima de terror e
incertidumbre que hacía muy difícil el encarar cualquier labor productiva; el
país podía saltar por los aires convertido de un segundo para el otro en un
polvorín de guerra. Quien hay vivido en esos duros años de secuestros,
ocupaciones ilegales de tierras, balaceras intempestivas en plena vía pública,
asesinatos, violaciones a los derechos de los niños, convertidos contra su
voluntad en pequeños guerrilleros y destrucción de servicios a la comunidad por
medio de bombas u otros ataques terroristas, conocerá que no exagero la nota en
lo más mínimo. La izquierda parecía dueña de la situación, pues los partidos
socialdemócratas tradicionales, como el PDC, no estaban dispuestos a hacerle
frente, porque desde lo ideológico presentaban más de una afinidad; los
militares y el PCN solo atinaban a la represión lisa y llana sin fundamentar
desde lo ideológico su proceder y el caos ganaba la calle y se instalaba
pesadamente en la vida diaria de los salvadoreños.
Fue entonces cuando
alguien hizo oír su voz con toda claridad y contundencia. Alguien que sin temor
a ser tachado de histérico o paranoico – sus opositores hicieron ambas cosas –
denunció el complot comunista internacional, llevado a cabo con el soporte de
la socialdemocracia y la luz verde de las famosas organizaciones de “derechos
humanos”. Ese alguien fue el Mayor D`Aubuisson, primero desde el FAN (Frente
Amplio Nacional, grupo derechista, con valientes jóvenes, precedente de ARENA
–este servidor militó allí)
y a poco ya con un partido político orgánico y efectivo como lo fue Arena… Insistiré
en que si el Mayor no hubiese hecho su aparición en el escenario político salvadoreño
es muy probable que El Salvador hubiese perecido como nación…y de imponerse el
socialismo, incluso la cuna aludida estaría al día de hoy hecha añicos. El
Salvador se habría podido transformar en lo que es hoy Nicaragua. Sin embargo el Mayor D`Aubuisson lo impidió…
(Pero…) su gesta no
hubiera sido posible sin la lucha incondicional y a la par de muchos hombres y
mujeres de bien, de patriotas convencidos, de nacionalistas orgullosos de serlo…
estamos hablando de los fundadores, de esas personas que optaron por acompañar
al Mayor cuando el hacerlo era peligroso, cuando ser arenero era un riesgo para
la propia vida, cuando todos ellos tenían en claro que se los perseguía para
aniquilarlos y no les quedaba más alternativa que correr de casa en casa sin
pernoctar dos noches en un mismo sitio. Quienes vivieron esa etapa tendrán aún
fresca la memoria de momentos sumamente difíciles en los cuales la convivencia
familiar se vio alterada, las llamadas telefónicas transmitiendo agresivas
amenazas de muerte eran sumamente frecuentes y la existencia nómada era casi
una regla.
Tales nacionalistas de
la primera hora campearon temporales de todo tipo y los que sobrevivieron
pueden sentirse con justicia, protagonistas de una historia maravillosa y a
menudo increíble; historia que cambió el destino aciago de la región y por qué
no del continente. Se podrá pensar entonces que recibieron la recompensa
demandada por sus esfuerzos…Y bien, no…Dolorosamente debo afirmar y denunciar
que no fue así. Muy por el contrario aquellos fundadores que permanecieron
fieles al legado ideológico del Mayor d`Aubuisson – porque los hubo traidores
también y esos o se hicieron dueños del partido Arena convirtiéndolo en una
sede de sus empresas particulares o cambiaron vergonzosamente banderías para
empollar sus fraudulentos haberes en los nidos de otros institutos políticos –
se vieron hechos brutalmente a un lado por quienes vieron en la política un
negocio o convirtieron el arte de la negociación en la costumbre de claudicar o
intercambiar favores. Los punta de lanza del movimiento libertario que frenó el
avance del comunismo en El Salvador recibieron un puntapié de parte de los
logreros de siempre y muy rápidamente, fueron reemplazados por ellos. Quedó muy
claro para todos: los tiempos heroicos se habían terminado. El dinero iba a
tomar el lugar de los principios.
En cambio me encontré
con personas que estaban envejeciendo lejos de la política partidaria,
recluidas en sus casas, dedicadas a sus empresas particulares, retiradas y en
muchos casos regresando de una especie de exilio por culpa de las nuevas
políticas impuestas por los nuevos dueños de la situación. El recordado
Fernando “Negro” Sagrera, íntimo amigo del Mayor y hombre sin cuya mención la
historia de Arena no podría ser contada, comentaba en una entrevista que le hiciera
Geovani Galeas en el 2004, como fue tratado prácticamente como un leproso a
manos de los que se aprovecharon de su trabajo y del de todos los que como él,
sacrificaron vida privada e ingresos personales en aras del partido naciente.
Debo decirlo: ponerme al tanto de dicha situación me entristeció en grado sumo.
A eso agrego que a las docenas de notorios y conspicuos se suman
centenares de camaradas duros, leales, que arriesgaron sus vidas y trabajaron
sin buscar la fortuna, pero que tampoco esperaron el olvido total, el desprecio
y hasta el hostigamiento en aras de quedar bien con las izquierdas o con grupos
internacionales. Esto no ha hecho sino crecer.
La idea era y es aprovecharse
de las estructuras partidarias creadas por el Mayor y sus colaboradores y
cambiar el contenido ideológico. Se ha hecho en casi todos los grandes partidos
políticos mundiales, de modo que de ellos sólo resta el nombre y alguna
simbología alusiva.
El panorama no puede ser más triste ni
deprimente pues, las nuevas generaciones, en su mayoría ignorantes del pasado y
deseosas de ocupar espacios y cargos sin estar preparada para ellos, suele
apoyar la idea de desplazar a “los viejos” para darle al partido una imagen más
fresca y juvenil… (pero...) no se debe perder de vista el que merced a la
masificación actual, la juventud suele tener muy mala formación… grandes
lagunas en cuanto a cultura general e incluso popular y un desconocimiento casi
total del pasado inmediato . Me atrevería a decir que muchos… no podrían hacer
una reseña mínima y aceptable sobre su vida y su lucha. Tampoco
es perceptible en primera instancia de que una vez más estamos ante una
estrategia del contrario para matar dos pájaros de un tiro: por un lado
eliminar ese filón de buena y cabal fuerza que enrumbaría bien al partido
–claro que con la estrecha colaboración de generaciones menores –y, por otro
lado “dar coba” a los muchachos no muy instruidos, de por sí algo
“trastornados” por el mal liberalismo y que en el fondo no van a ser más que
aliados, a veces sin saberlo, del enemigo.
Los pueblos más sabios
no arrumban a sus mayores en un rincón, ni los consideran inútiles o “poco
actualizados”. Al contrario, poseen un Consejo de Ancianos (existente
en casi toda civilización Tradicional, incorporando a la mejor experiencia y
sabiduría de la comunidad, a veces tuvo concreción y funciones públicas
reconocidas) y a su
opinión recurren cuando surge un problema que la experiencia de ellos puede
resolver, como cuando nuestros padres consultaban a los suyos propios o a sus
abuelos para que los orientaran en la vida. Los areneros deberían capitalizar
el tesoro que tienen en la persona de esos gloriosos fundadores; son oro humano
condensado en tiempo.
No es inteligente prescindir de gente valiosa con el cuento de
que ya ha cumplido muchas primaveras. A estos héroes no se los debería llamar
“viejos”. “Viejos son los caminos…y
todavía echan polvo…”
SUICIDAS
– en cuanto optar por alianzas que terminan eliminándolos
En el sentido, no de
matarse voluntariamente, sino realizarlo de hecho a través de las equívocas y
mortales alianzas con el mayor enemigo.
Pocas actitudes más dramáticas que la
siguiente ha tomado la civilización cristiana de nuestros tiempos como el suponer la factibilidad del diálogo con el
marxismo… su actitud ha venido siempre la de apocamiento frente a las
avanzadillas socializantes como si debiera pedir perdón por cada paso dado.
Confunde con pluralismo el dejar proliferar semillas de un pensamiento que
justamente atenta contra la libertad, pues es por la raíz, enemigo de ella. Las
bases del marxismo insisten en subrayar su no creencia en la libertad tal y
como la concebimos la mayoría de las personas, en rechazar la república
representativa y en calificar de “burguesa” la cultura que sostiene ese modelo
político-social. Y no se trata de una mera posición intelectual al respecto:
están dispuestos a luchar contra todo lo antedicho hasta destruirlo. Jamás lo
han negado. Para una sociedad libre, llegar a un “entendimiento” con el
socialismo equivale a un suicidio.
Primero veamos en qué consiste dicho
“entendimiento”. Podríamos resumir al mínimo la cuestión y ahorrarnos mucha
energía y palabras diciendo que el socialismo exige a la derecha el resignar
todas sus raíces ideológicas hasta cambiarlas por completo mientras él, lejos
de dejar a un lado siquiera parte de las suyas, las lleva como bandera donde
quiera que vaya consiguiendo apoyo de demócratas tibios “enemigos de todo
extremo”, como ellos mismos se definen y socialdemócratas colaboracionistas o
de buena fe.
El punto más importante es precisamente el
apoyo recibido por el marxismo de otros sectores ideológicos, no el marxismo
mismo. Este último, de por sí, no tiene fuerza alguna y se apagaría
estérilmente sin rendir ningún fruto de no contar con el espaldarazo decidido
de los grupos antes mencionados. Los comunistas son un puñado apenas,
diseminado por todo el mundo y están muy divididos. Trotzkistas y stalinistas
se odian entre sí; los anarquistas detestan a los otros dos; y los gramscianos
y partidarios de la escuela de Frankfurt miran por encima del hombro a todos
los demás aunque los usan se ser necesario… De todos modos, nada podría hacer
el socialismo por si solo sin ayuda externa. NADA. Y cuenta con esa ayuda…
Los demócratas tibios, sin más cultura política que el
folletín, o peor aún, basados en las enseñanzas políticamente correctas de la
Universidad… Consideran toda idea proveniente del espectro
ideológica de la derecha como “anticuada” o “inaceptable” para los tiempos
actuales. Quienes se opongan al aborto, al matrimonio homosexual, se definan
creyentes confesionales, crean en la propiedad privada y el trabajo libre como
dignificantes por excelencia de la persona humana, pongan en acento en una
educación nuevamente centrada en los hechos y los datos para que el alumno
saque sus propias conclusiones, una salud basada en la evaluación de cada
paciente en particular no aquella que convierte al enfermo en un número a quien
se monitorea sin ton ni son para convertirlo luego en pasto de la morgue y un
ejercicio responsable de derechos y obligaciones individuales sin olvidar el
amor a la patria y a la familia , son para ellos una cruza de Torquemada con
Savonarola. Dictaduras
sólo existen en la derecha, violaciones de los derechos humanos sólo de parte
del Estado, buenas FFAA únicamente las provenientes de organizaciones populares.
Lo anterior explica, si, la actitud de la
socialdemocracia en general y demuestra la justeza de las palabras del mayor
d`Aubuisson cuando llamaba “sandías” a sus simpatizantes pero queda sin
comprenderse la reacción casi histérica de la propia derecha, muy ducha últimamente en el arte de cavar
su propia fosa. El derechista hoy, se avergüenza de serlo y pide perdón por
crímenes no cometidos ante una izquierda burlona quien asumiendo la posición
contraria reafirma su defensa de lo actuado en tiempos de la guerrilla, no
niega los asesinatos, secuestros y destrucciones que se les atribuyen y los
presenta como parte de la lucha popular, como un rasgo heroico en su seguidilla
criminal. No se arrepienten de nada. La derecha se arrepiente de todo… Este
punto, porque es capital: Da lástima escuchar a sus representantes ante el
periodismo denunciar “esas malas épocas en la que toda nuestra sociedad era
intolerante” y afirmar cariacontecidos a más no poder su decisión de “superar
la etapa anticomunista”.
Piden perdón por haber defendido a la patria
y a sus instituciones…piden perdón por haber cumplido con el deber marcado de
antemano por la ley: combatir a todo aquel que se pusiese fuera de la ley para
atentar contra el Estado. Y ni aun así consiguen el favor de la izquierda. Esta
los mira reptar y humillarse a sus pies sabiendo la partida ganada. Si en una
disputa una de las partes reconoce haber estado equivocada está otorgando por
anticipado el triunfo a la otra parte…Es inevitable e indiscutible. A los militares, que no se
arrastraron están todavía, décadas después obsesionados con su defenestración
total.
Ahora bien ¿Por qué se produce esto? ¿Por
qué la derecha de los primeros años 2000 se echa de semejante modo a la boca
del lobo habiendo sido tan aguerrida y valerosa en el pasado? A nuestro modo de
ver, quienes se dedican hoy a la política están mucho menos preparados que en
otros tiempos… No iba a seminarios especializados en “convivencia democrática”,
“derechos humanos”, “economía global” o “educación para el futuro”... Los
políticos de los presentes años son seres con poca base de cultura general,
inteligencia media o menor a la media y sobre todo, muy influenciables. Cuando
se anotan en cursos, cursillos, seminarios o son invitados a formar parte de
instituciones “de formación para la democracia” se creen iluminados, seres
especiales que estudiando con ahínco y aplicando fórmulas casi matemáticas,
copiadas los unos de los otros, llevarán a su país a ser un paraíso en la tierra.
La iniciativa individual es asesinada… Salen
de a
llí repitiendo frases hechas, utilizando palabras salidas de un molde y
proponiendo interminables debates que llevan la solución del problema más
sencillo a la esterilidad absoluta... Les dan recetas destructivas a aplicar
sobre sus pueblos y les aseguran que se verán sus resultados positivos en unos
diez o quince años…aunque la promesa nunca se cumple y la derecha no hace sino
mostrar su ineficacia y ganarse el rechazo de los pueblos quienes solo quieren
comer, vivir dignamente de su trabajo, educarse y poder contar con servicios de
salud a su alcance cuando el cuerpo no les responda.
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LOS JÓVENES PADECEN CRISIS DE IDENTIDAD |
También se les enseña a estos
neo-derechistas a rechazar sus antiguos
ideales de familia, religión y patria haciéndoles ver su caducidad y poco
sentido en el mundo de hoy. Y es así como estos seres amorfos van
convirtiéndose poco a poco en socialdemócratas…en una palabra, en comunistas
disfrazados y a veces sin saberlo. Esta reflexión, el rechazo de lo pasado, se enlaza con la
sobrevaloración de la juventud y de la incomprensión del contenido cultural de
la identidad, aplastada por un hecho económico que previamente se disfrazó de
científico.
Así comete la derecha un suicidio dramático.
Así llega a terminar consigo misma creyendo revitalizarse y “renovarse”. Se
niega a sí misma, se autofagocita, se anula y pone en ridículo. Y cuando de casualidad,
gana una elección (a la Internacional Socialista le conviene mostrar que hay
“alternancia” en el poder aunque solo sea un cambio de nombres) hace una
política muy parecida a la de sus antecesores marxistas, más impopular en lo
económico e idéntica en lo sociocultural.
Muy lejos estamos hoy del
Mayor D`Aubuisson acordando slogans con Patricia de Valdivieso o consultando
libracos hasta las seis de la mañana …el mundo de hoy ha suplantado a estos
hombres por robots que aprenden slogans y jingles creados por terceros en
institutos cuyas finalidades non sanctas incluyen acabar con la derecha tradicional.
Por el momento van ganando la partida. La libertad, empero, alienta en los
corazones de muchos hombres y mujeres de nuestros días y quizá se dé el milagro.
Quizá ellos no lo permitan. Ellos harán valer el “¡Patria si, comunismo no!”. De acuerdo con la
autora sería prácticamente un milagro, pero, en caso de no poder realizar dicha
revitalización, hay misiones importantes y patrióticas que podría realizar el
otrora Gran Partido, logrando una gloriosa lucha final, inteligente, que
permita el nacimiento de otros luchadores nacionalistas y pasando a la Historia
en olor de próceres, como el fundador. Pero esto es ya otra historia.
No olvidemos que derecha
y masificación no van de la mano…Derecha
es sinónimo de dignidad y libertad de conciencia. Frenemos este suicidio que ha
comenzado a mediados de la década de los 90 y hagamos valer nuestra
singularidad ideológica. No tengamos miedo de dar la nota discordante. Ese es
el sino de las almas libres y no el de andar encolumnadas tras los borregos por
temor a ser señaladas con el dedo. Soportemos las pedradas con la frente
alta…Un ser humano defendiendo su singularidad no pretende que le arrojen
flores o lo elogien.
Con respeto para el
arenero auténtico, le digo: El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez, con
más inteligencia. Henry Ford.
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