Arcisterio
tiene el honor de presentar en esta ocasión el excelente análisis de la
intelectual argentina Vanesa Montacuto. En pocas ocasiones me he encontrado con
una identidad tan grande en cuanto a ideas, casi total, como con este brillante
artículo de esta amiga estimada.
Subrayo
la parte en que describe cómo la falsa
derecha o derechita light, después de ganar una elección comienza a “chaquetear”,
alejarse de la población que la apoyó, servirse a sí misma sin servir a la
nación que confió en ella, corromperse y finalmente atraerse el odio de una
población perpleja que ya no tiene ni sabe a quién seguir –plegándose a la
primera opción “nueva” que se le presente.
Igual es remarcable la mención de los novedosos e inteligentes disfraces
del antiguo comunismo, que ha mutado de lo tosco a lo refinado en el engaño. Es
tan universal su accionar que desde el lejano sur continental hasta nuestras
tierras se ven fenómenos como el uso de la delincuencia (pandillas o maras)
para realizar los trabajos más sucios de la mafia izquierdista y sus aliados
del exterior.
Delicada y profundamente cierta es la afirmación de que en estos
momentos históricos “el arma de los hombres libres” (el voto) no es ya un instrumento
inmediato para salir del atolladero, en la medida de que el ataque socialista
liberal y ultra capitalista han arrebatado la Libertad, tan apreciada, por la
que los hombres, como dice Vanesa, son menos libres aunque parezcan serlo más.
Una temática filosófica política absolutamente práctica.
¿ESTÁ EN PELIGRO LA VOLUNTAD POPULAR?
Por Vanesa
Montacuto
Nunca
se ha hablado más de democracia que en los últimos veinte años; nunca se ha
condenado tan duramente de palabra a las expresiones dictatoriales tampoco.
Ateniéndonos a lo que escuchamos aseverar a los periodistas especializados en
asuntos políticos, sociales y culturales o leemos en los diarios y demás
publicaciones de tirada masiva, jamás ha sido la humanidad más libre que en el
presente…Y sin embargo día a día, desde el punto de vista práctico constatamos
lo contrario.
Ruego
no pongan el grito en el cielo cuando deje suelta mi opinión: no somos libres.
No somos en absoluto libres. En casi todos los países rige en la actualidad el
sistema republicano clásico de gobierno en el cual, diferencias metodológicas
más o menos, hay elecciones abiertas y en ellas contienden una serie de
candidatos aparentemente variopintos por los cuales el electorado debe optar.
Cada tanto se renuevan diputados; cada tanto senadores en los estados donde el
régimen es bicameral. Los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y
Judicial son nominalmente independientes; cada quien puede practicar el culto
religioso que más le plazca, vivir donde lo desee y enviar a sus hijos al
centro educativo de su preferencia. El ejército vela por las fronteras y la
policía se dedica a controlar la delincuencia al interior. Todo idílico en los
papeles ¿Pero es esto realmente así en la realidad? Nadie se sorprenderá cundo
responda que no.
El
Mayor D`aubuisson planteó hace ya muchos años que “el arma de los hombres
libres es el voto” y concuerdo con dicha aseveración. Sin embargo quienes citan
esta frase con deleite, la mayoría de las veces para negarse a cualquier acción
en el sentido de deponer a autoridades que han sobrepasado sus competencias
llegando a lo dictatorial, olvidan que D´aubuisson no en vano utilizó la
palabra “libres” en su mítica frase. Los pueblos “libres” son aquellos que
pueden gozar de todo lo detallado en el párrafo anterior, no aquellos sometidos
de hecho a una dictadura. De las dictaduras solo puede librarse quien caiga en
ellas por medios de fuerza. Suena doloroso, pero la experiencia así lo demuestra.
El
comunismo debió caer en Rusia antes de celebrarse elecciones libres y lo mismo
va para Albania, Rumania, Alemania Oriental y todos los países comunistas que
mordieron el polvo entre fines de los 80 y principios de los 90 del siglo
anterior. De otro modo, el proceso electoral no habría podido llevarse a cabo.
Los pueblos atados al comunismo no eran “libres”, eran esclavos y debieron
luchar mucho antes para abandonar su primera condición y conseguir la segunda.
Incluso hoy, más de veinte años después de iniciada esa contienda por sus
libertades, esos pueblos continúan arrastrando vicios propios de la esclavitud
marxista, lo que les impide a veces comportarse como hombres con derechos
individuales. Historiadores y Politólogos, visitantes circunstanciales de los
llamados “países tras la cortina de hierro” –o de bambú, lo mismo da –han
referido su sorpresa al encontrar aún a personas temerosas de todo cuanto
dicen, desconfiadas, no siempre confiables y sin rasgos individuales propios.
El comunismo los acható hasta casi quitarles su condición humana, destruyendo
sus inteligencias y embotando sus sentimientos
“..Pero
en fin – se dirá – Nosotros no vivimos en una sociedad comunista; nosotros
vamos a elecciones regularmente, tenemos varios partidos políticos y si
queremos y no nos gusta como han gobernado, no los volvemos a votar y
ya..Incluso los venezolanos, si quisieran podrían votar por otra opción y
deshacerse de Maduro. No lo hacen porque son tontos…” Sin embargo no es tan
sencilla la cosa. El Mayor d`Aubuisson, con la clarividencia que lo
caracterizaba, ya había marcado antes de morir , que el comunismo lejos de
desaparecer lo que hizo fue cambiar de forma, camuflarse para dominar más y
mejor. Y a eso debemos apuntar nosotros para nuestros análisis sociopolíticos
actuales. El comunismo hoy no llega por medio de la violencia; constituye
partidos políticos perfectamente legales que sus fundadores aseguran “no son
comunistas” sino tan solo “socialistas” o de “centro izquierda” – si bien
nosotros sabemos que tal cosa equivale a cualquier tipo de comunismo formal,
aunque difiere, al menos en un principio en cuanto a su metodología, del
comunismo clásico- y compiten, también legalmente en elecciones libres.
Generalmente
ganan, pues quienes se le “oponen”, por la regla, de un centro derecha muy
lavado a quien los periodistas arteros prestándose a un juego infame, afirmen
que pertenecen a la “ultraderecha” o al “consevadurismo”, suelen haber
utilizado el poder para favorecer a sus amigos y familiares, a empresas que no
vinieron a invertir sino a hacerse ricas a expensas del país en cuestión y no
supieron incorporar a los más desposeídos a la prosperidad por ellos pregonada.
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CIRCULO PERVERSO: CONSUMO-DEUDA-COBRO CON INTERESES-FINANZA GANANDO |
La
supuesta derecha –que insisto, no es tal –no aparece como atractiva a los ojos
del pueblo quien cansado de la corruptela y los negocios poco claros que rodean
a los gobernantes de ese origen, se inclina a la izquierda. Ella se les pinta
como humilde, sencilla, cercana al pueblo trabajador y sufrido, prometiendo
aumentar los salarios, mejorar la salud y la educación, generar empleo bien
remunerado, acrecentar los haberes de los jubilados y pensionados, acabar con
la especulación financiera y controlar los precios de la canasta básica
familiar para que no se vuelvan inalcanzables. A su vez, dicen rechazar a los
“ricos opresores” que solo se cuidan por el dinero y despreciar una vida solo
orientada a llenarse los bolsillos. Sus lenguas parecen de miel cuando se
refieren a la “hermandad de los pueblos”, a “la paz” y a la “igualdad de todos
los hombres y mujeres”. El discurso es atractivo y seduce…Resultan votados. Y
ahí comienza la odisea.
Al
llegar al poder, estos rojos disfrazados van mostrando poco a poco las uñas.
Tan de a poco que ganan dos o tres elecciones presidenciales sin problemas. No cumplen
sus promesas electorales pero en cambio crean planes sociales de ayuda que
permiten a los pobres sobrellevar la situación. Aparecen los primeros casos de
corrupción que suelen ser desestimados porque los que viven de los planes
sociales temen perderlos si accede al poder otro partido. La situación
económica se agrava sin embargo cada vez más y ni aún dichos planes alcanzan a
palearla. La inflación se desbarranca, los sueldos se estancan, las
jubilaciones y pensiones son robadas a quienes deberían percibirlas porque el
Estado, sin liquidez apenas , la usa para sus propios fines, los hospitales se
quedan sin insumos y no pueden prestar servicios básicos , las empresas de
transporte, por lo general subsidiadas son un desastre y cobran el pasaje cada
vez más caro, las escuelas carecen de instalaciones apropiadas y material de
enseñanza Standard, la energía falta , el agua se va, los alimentos escasean y
como lo hemos dicho antes, son caros y la producción nacional se resiente…
Sin
embargo no es esto lo más alarmante, sino la falta de libertad que va
asfixiando a los descontentos con la situación. Nadie tiene derecho a hablar,
los medios de comunicación resultan controlados por el oficialismo, la
dialéctica marxista invade las publicaciones de todo tipo, incluso los manuales
de uso escolar y como quien no quiere van dictándose leyes aberrantes en la
Asamblea o Congreso, apoyadas incluso por un sector de la oposición. Así, el
trabajador más humilde, aquel que no llega a fin de mes de mes, constata que ya
no puede comprar los alimentos necesarios para que sus hijos no mueran de
hambre pero en cambio cuenta con matrimonio homosexual, aborto, adopción de niños
por travestis, teoría de género, liberación del consumo de estupefacientes y
cuanto de extravagante se le ocurra… a la carta e ipso facto.
También
notará algo desalentador en extremo: el comunismo encaramado al poder utiliza a
la delincuencia común para eliminar y atacar a los hombres honestos y
trabajadores como él. Aunque se los encuentre con las manos en la masa, el
pandillero no será sin embargo, castigado con la cárcel. Para esta fase del
programa neo-comunista, sus partidarios ya exhiben en los actos y mítines
públicos banderas con la hoz y el martillo, retratos de Marx, Lenín, Mao, el
Ché Guevara , Farabundo Martí y toda la simbología al uso que se pueda
imaginar. Ahora el pueblo está hastiado y quiere cambiar. Asustado, en las
primeras elecciones que se le presentan, vota a otro partido... pero ya es
tarde. El arma que tan útil es para un hombre libre, no le sirve a quien es esclavo.
Las elecciones son amañadas por los comunistas enteramente pues ya se han hecho
con el manejo de todos los resortes del poder y merced al fraude, vuelven a
ganar.
Si
la brecha es demasiado grande, como sucedió en las pasadas legislativas de
Venezuela, simplemente se desconoce el resultado y se ataca a la oposición
hasta amenazarla con el ostracismo y la cárcel. Ya hemos visto con qué
displicencia Nicolás Maduro vetó la ley de Amnistía general y del modo bestial
con el que humilló a Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López cuando a poco de
triunfar el MUD en las citadas elecciones ella se presentó feliz en la cárcel a
ver a su marido, a quien suponía libre en el lapso de pocos días y la hizo
desnudar delante de sus hijos por medio de uno de sus esbirros. La mujer salió
del presidio reducida a las lágrimas y aunque desde ese día visitó a cientos de
ONG y organismos de derechos humanos, se le concedió la atención que se le
puede dar a un insecto molesto. Se burlaron de ella ante los ojos del mundo
entero quienes antes se rasgaban las vestiduras invocando el “drama” de las
madres de Plaza de Mayo…Eso demuestra que como siempre, los comunistas cuentan
con un fuerte respaldo internacional y que la derecha real, al denunciarlo en su
momento no mentía. .
En
semejante estado de cosas es ilusorio pensar que con el voto, nuestros pueblos
se liberarán de las tiranías que los agobian. Quienes defienden a estos
regímenes insisten en que por el voto deben irse, pues con el voto ascendieron,
sin ponerse tal vez a pensar que Hitler también se valió del voto para los
mismos fines. Tampoco comprenden, o hacer como que no comprenden, que el hecho
de ser gobiernos democráticos justamente es un agravante a la hora de constatar
que no han cumplido con su cometido de tales. Se instalaron en el poder por
medio del voto y ahora, valiéndose de una farsa electoral amañada, permanecen
en él invocando legitimidad. Eso es más peligroso que tolerar a gobiernos de
facto quienes, nos duela o no, la mayoría de las veces dieron sus golpes de
Estado para defender a los pueblos de estas tiranías en ciernes. En los hechos,
tales gobiernos eran más “democráticos” que el de Nicolás Maduro y sus
seguidores bolivarianos.
En
nombre de la preservación de las meras formas republicanas los dictadores
comunistas y sus cómplices socialdemócratas están atacando a la voluntad
popular en su esencia. Si ella muere, todos estaremos perdidos y a merced de
una tiranía como jamás se vio en la historia pues se habrá vestido de legitimidad
y será prácticamente invulnerable si no nos levantamos contra ella y la
desenmascaramos.
|
EL PAN Y CIRCO CAMBIADO POR INTERNET |
Ha
llegado la hora de los pueblos. De los verdaderos pueblos, de aquellos que nos
hemos cansado de la impostura izquierdista; de los que queremos ser libres.
Libres de verdad. Libres en los hechos. Libres a la hora de decidir qué le
conviene a nuestra patria. La emancipación no ha llegado aún. Debemos ir a por
ella.
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