ABONANDO LA TIERRA EN LA QUE
CRECERÁ LA REVOLUCIÓN
Especial para ARCISTERIO
Por
Roberto López-Geissmann
Cuando hace décadas, en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales
de la Universidad de El Salvador, los
comunistas de todos los pelambres hablaban de la explotación, de los empresarios inhumanos que hacían trabajar de más,
de los abusos laborales y elusión de las leyes… no hacían más que sacarnos
sonrisas de incredulidad, con alguna cólera por la enorme generalización que
hacían, por la mentira que querían que nos tragáramos. Sus palabras no
aplicaban en nuestra sociedad.
La triste realidad actual propone que
las falsedades de antaño son bastante menores hoy en día. Claro está que
tampoco admiten una generalización completa; aún se encuentra una buena
cantidad de gente decente que obedece la ley (e incluso va más allá de ella en
prestaciones), existen empresarios respetuosos de la dignidad humana que están
lejos de poderse calificar de “negreros”. Hay muchos hombres correctos todavía.
Pero nadie podrá negar que el ambiente es menos justo. En buena medida han sido
infectados de la inmoralidad general.
***
Si dijera que algún despistado pudiese creer
que lo que digo es, en sí mismo, abono al pensamiento de izquierda estaría,
también yo, amarrado al pasado; en el sentido que “algún despistado” implica
una minoría dentro de la cual habría sin duda gentes de malas intenciones. No
es esto.
La decadencia que nos aqueja expone un pensamiento
tan confundido como apegado a lo “políticamente correcto” (que antes no
existía) por el que se sobrepone una moral de ocasión, subjetiva, individual y,
por tanto, más falsa que un billete de a quince. Si a eso sumamos un torrente
desinformativo continuo, un casi monopolio de la izquierda en las
universidades, un chaqueteo o cínico comercio de ideas por intereses en los
partidos todos y un desinterés enorme en cualquier propuesta de fondo –ya que
la ambición, la envidia, la vida fácil y hedonista predominan… entonces debo
admitir que es muy inexacto atribuir a unos pocos la sospecha de apoyo a las
izquierdas. De hecho ese pensamiento afloraría por doquier, así de convulso y
trastocada esta nuestra sociedad.
La verdad es justo lo opuesto. El decir estas
verdades, dolorosas pero ciertas, son un paso firme para ubicar certeramente el
campo de batalla ideológico en el que estamos parados. Veamos ahora el cuadro
de formación que se encuentra en nuestro presente para luego decidir qué es lo
posible de realizar. Si no tienes visión estás decididamente perdido.
***
La Izquierda no sólo está dividida, lo ha
estado siempre –y como siempre la disciplina del PC, por relativa que fuere, se
ha impuesto –pero además están lloviendo improperios de toda la ciudadanía,
hartos de tanta incapacidad, inmoralidad y lo que juzgan traición a sus
ideales. Ellos por su parte están, o desmoralizados, o ávidos de huir con lo
mal habido, o una combinación de las anteriores, adicionado de oportunismo.
La Derecha no está mejor, aunque justo ahora
se está dando cuenta de una serie de situaciones que sufren (lo mismo que la
Izquierda) a raíz de –igual –incapacidad, inmoralidad y traición. Aunque son
distintos los niveles y formas, el exponerlos acá nos llevaría a una enorme digresión.
La más grande amenaza que enfrentan es que los autonombrados como “únicos” (y
gratuitos) representantes de la derecha nacional vuelvan a levantarse sin cambiar real y profundamente, no solo
cuadros y autoridades, sino aspectos ideológicos.
“Más de lo mismo” es exactamente lo que la gran mayoría
no soporta más, ni de los unos ni de los otros. Las derechas, avasalladas como
todos en el torbellino de la desinformación y propaganda internacional
mencionado más arriba, son ahora en su mayoría menos estudiosos que nunca. Han
optado por el fácil espejismo del poder bruto y descarnado, hacen a un lado de
un manotazo a la razón, a la historia (que desconocen) y con risita de
superioridad se pliegan al sector más enfermo y desviado dentro de su espectro:
el liberalismo.
Con esto han quedado, sin sospecharlo,
dentro de la gran fauna izquierdista. Para el que sea demasiado duro tragar
esto lo diré de otro modo: son parte de los que están sembrando, abonando y
cuidando –igual que antes –el campo fértil para cerrar del todo el camino de un
sano nacionalismo solidario, humano, con soluciones diferentes, antimarxista.
El sentimiento gregario los empuja, la búsqueda de sentirse en vías de
enriquecerse los vuelve sordos, el ansía de placeres sin esfuerzo es su motor.
Además temen, se horrorizan de cualquier situación que implique peligro. Son
valientes sólo para mandar, para impedir, para ningunear.
El nuevo Presidente ha tenido la brillantez
de recoger el descontento popular, sin que ninguno de los otros sectores hayan
hecho mayor cosa para detenerlo efectivamente… y menos la cansada, confusa y
divida derecha –mal llamada tradicional. Su segunda formidable idea, que sólo
está coyuntura lo permitió, es esconder a propósito “hacia dónde va”, dejando
que el desesperado imaginario popular le señale cada uno y por separado el
rumbo que crea conveniente. Así las cosas no considero correcto un ataque feroz
a una posición desconocida, a una agenda sorpresa, en la que el mismo deseo de
sobrevivir pudiese ser oportuno para algunas corrientes heterodoxas. Lo hecho,
hecho, a ver qué pasará...
***
Volviendo
a la nueva usanza o “moda empresarial” la que, como dijimos no es justo
aplicarla a todos, pero sí lo es lamentablemente para muchos. Presento al vuelo
ejemplos que nadie dirá que no ocurren a montones. Están desquiciando a la
población y creando resentimiento. Sólo mencionaré ahora las condiciones
laborales, que en vez de unir a los sectores bajo el concepto de productores, con mutuo respeto,
aplicando la dignidad y la obediencia a las leyes, realizan…
1.
Casi todos los
subterfugios que pueden para evadir el pago del salario mínimo. Igual se
saltean o disminuyen prestaciones de ley.
2.
Cuando el pago por
comisiones de ventas, cobros u otros similares, tienen un límite y alguno de
los vendedores, cobradores, etc. llega a la meta, de inmediato la suben,
cortándoles prosperar.
3.
Si un empleado va al
ISSS por necesitarlo efectivamente –lo que pueden acreditar documentalmente –se
niegan a darles permisos y cuando lo hacen les dicen que ese tiempo lo repondrán luego.
4.
El pago para
instructores, conferencistas, especialistas o asesores externos ha tendido a la
baja en forma inaudita, llenando el mercado de una caterva de charlatanes
acreditados. Sin caer en la cuenta que la misma calidad de su producto o
servicio disminuirá.
5.
Quizá el más
monstruoso de los abusos es la pérfida idea de alargar ad infinitum los horarios laborales contratados. No hablamos de
unos minutos eventualmente o ante una emergencia. Se trata de exigir muchas
horas más al día. Esto destruye las fuerzas físicas, impide el riquísimo tiempo
del hombre para cultivar otras actividades que lo equilibren y atenta contra la
familia. Lo peor que “venden la idea” que sólo así se es buen trabajador, que eso
es lo normal y requerido, “si no, hay muchos más que esperan tu puesto” –lo que
es el colmo del cinismo brutal.
¿Es o no cierto que con este ideario, con
estas actuaciones, se está pavimentando el camino para el infierno socialista?
Esto no es de hombres justos, de cristianos, de gente correcta, no es tampoco
un imperativo de la “ley de la oferta y la demanda, de la propiedad privada ni
del capitalismo”, que no se confunda nadie, esto es propio de mentes ya muy
contaminadas de la peor y salvaje parte de un economicismo reduccionista y
desalmado. Todavía tienen valor de afirmar que si esto no se hace, la
competencia se los comerá. Seamos, pues, todos ladrones.
En medio de todo lo dicho quiero subrayar lo
siguiente:
El
presentar, airear, las malas prácticas que a menudo se están realizando no es
en absoluto echar fuego a la hoguera de las izquierdas, por el contrario es un
chaparrón de agua para que los que realizan esto sean detenidos (ellos solos
por convicción no lo harán). No se publicita a la izquierda sino se proponen
formas correctas de actuar para una derecha decente que todos esperamos.
Despertemos ya. Actuemos con decisión.
Abajo la falsa derecha. Luchemos por Dios y nuestros hijos. No hay tiempo que
perder.
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