SOBRE
PROPAGANDA y TOLERANCIA
La
escena borrada en el film “Cabaret”
Hace 40 años en Grafing, en
Baviera, estudiando en el Gohete Institut, en pleno invierno que no se había sentido
en décadas, viviendo en un pequeño pueblo, tranquilo y rural, me sucedieron dos
anécdotas: La primera fue que en una festividad local –la gente en la calle,
abarrotada la plaza pública y al vuelo las bocinas con música europea y
regional -… de pronto se escuchó nítidamente en los altavoces la varonil voz de…
JORGE NEGRETE. Increíble, pero
cierto.
La otra es también impactante,
nos lleva a una reflexión sobre la intolerancia, el miedo y la propaganda
subrepticia (aún tan lejos como cuatro décadas atrás). El caso es que un sábado
decidí acudir al pequeño y único cine local, para ver la película Cabaret, con Liza Minelli –realización regular
con alguna buena canción, muy inficionada de propaganda, y que ya había visto
en mi patria.
Como he dicho, y no podía ser
de otra manera, el film es una crítica más (parcialmente correcta) sobre el nazismo;
pese a utilizar varias escenas con fuerte parcialidad para la causa anti… de
alguna manera, en una escena, extraordinariamente bien lograda se les “coló”
más allá de lo tolerable una radiografía del sentir puro alemán de la época en
muestra. La escena en sí quería mostrar cómo se utilizaban los elementos
emocionales para producir una manipulación masiva del pueblo, “durmiendo” con
la propaganda a todas las edades y haciéndolos “beber” el ideario nacionalsocialista
de levantar a la Patria. Pero sin embargo…
La visualización es tan
atractiva –obvio que no para todos, pero para no pocos –y la “seducción”
nacionalista toca raíces tan profundas, que las
“tolerantes” (!) autoridades no tuvieron más que ELIMINAR la escena de la
película. Me quedé estupefacto al constatar el corte, que luego he visto
repetirse en otros lugares, hasta que por virtud de la libertad que (aún) se disfruta en “you tube” pude
encontrar aquella filmación de apenas tres minutos que tanto aterrorizó
a los censores. Aunque puede ser que ahora consideren que tal parafernalia ya
no pega y la castración mundial repugna de toda resolución viril y de nada que
se parezca a un aliento colectivo nacional que levante la cabeza con orgullo.
Que conste que no hacemos apología de ningún pensamiento en concreto en esta
rememoración, únicamente invitamos a ver como existen dos pesos y dos medidas
diferentes en la forma de enfocar la propaganda y la tolerancia.
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