A finales de abril de 2014 saqué en El
diario de hoy este artículo que ilustra el problema de la superficialidad,
pero TAMBIÉN el hecho de que muchos medios de comunicación impulsan (¿planificada
o reflexivamente? no lo sé) el tener presente las opiniones incultas como de
gran interés y peso político-social, cuando la verdad es que en muchos
casos, para validar siquiera
parcialmente semejante “ideota” habría que proporcionar previamente bastante
información de calidad a “la gente” que a menudo sólo habla por tener boca.
Es una idea de lo más “políticamente incorrecta” lo sé bien. Pero quiero
hacer constar que no irrespeto a la gente que ignora –al fin de al cabo todos
somos ignorantes en varios aspectos (excepto los “todólogos” farsantes) -y es
precisamente el que me cansa el irrespeto a la dignidad de los mismos
entrevistados de la calle y el que también se debe al público al que se dirige,
por lo que insisto en airear esta situación, por demás antiética y confusiva.
LA GENTE PREFIERE PARLOTEAR
Roberto López-Geissmann
Parloteo
o Cháchara es sostener una conversación frívola,
superficial, sobre temas ligeros o tratados ligeramente.
En sí no es negativo. Todos lo hacemos más
o menos. Puede ser relajante. Distrae y en ocasiones estas chácharas pueden ser
incluso instructivas como intercambio de información. No pueden satanizarse. Yo
al menos, no lo hago. Lo delicado es cuando tomamos un tema de importancia
trascendente –como la esencia de la familia, los límites de la libertad, o la
validez del sufragio universal –queriendo masticar y digerir estas temáticas
con la ligereza con la que opinamos sobre el último programa de concursos en la
TV. Es como si a un honrado y respetable campesino se le da a probar un
sofisticado plato gourmet, o bien algo fuera de su experiencia como un pollo en
mole o un cous-cous argelino. No
contiene, ni es justo.
Pero vamos, que si de una conversación privada
se tratare, al fin y al cabo los eventuales perjudicados (además de las
materias, destrozadas acremente por el tratamiento basto y hasta ridículo) no
son más que los contertulios y allá ellos, con pena y todo, hasta dónde lleven
su discusión; será problema de ellos. El caso es que el parloteo ha sido
llevado al plano público. No me refiero a los programas de opinión en general
pues ello haría mi comentario pedante e injusto –aunque siempre se cuela algo
así. El punto a subrayar está en la franja que noticieros y los anteriores
programas insertan antes, durante y después y que nominan más o menos
llamándolos: “lo que dice la gente, franja de opinión pública, el decir del
pueblo”.
¿Cuál es el problema con esto? En primer
lugar que las tales opiniones son arbitrariamente escogidas y nadie puede saber
si no hay sesgo en cuáles salieron al aire, es decir, si se escogieron las que
fueran del agrado de quienes dirijan el programa –o que sean las opiniones
avaladas por los patrocinadores. No digo que es así, sino que perfectamente
puede serlo y no puede garantizarse la “puridad” de estos escogidos. Pero
además “la gente” que se hace escuchar son por lo general personas “de a pie”
(es un decir para simbolizar que ese “azar” no se acerca mucho más allá de las
calles y plazas). Debo forzosamente detenerme y aclarar mi profundo respeto
para todo compatriota interrogado, que a veces tienen más dignidad y sentido
común que una caterva de licenciados que pueden estar más prejuiciados que
ellos; pero la verdad escueta y sin vueltas hace que debamos admitir que no es
“de la calle” de donde salen las soluciones y las comprensiones (toda regla
puede tener su excepción) y así como un “tinterillo” o un “parchero”
desprestigian a un abogado o a un doctor, hay que admitir que poco se puede
orientar desde una ignorancia sobre materias que no deben tratarse como si
estuvieran al alcance de cualquiera.
Obvio que aunque sepamos, incluso bastante,
sobre algo, siempre seremos más o menos ignorantes sobre otras cosas, esto es normal.
Lo inadecuado es, por ejemplo, preguntarle a este servidor sobre qué opina
sobre el desarrollo de la viticultura en Perú (ni siquiera sé si existe tal
cultivo allí)… y afirmar que la bobada que pudiese decir para salir del paso es
un interesante aporte… Y tengan por seguro que lo mismo es el parloteo sobre
temas de gran enjundia (profundidad) aunque se trate de cuestiones de nuestro
país.
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