PENSADORES
Y ESCRITORES
ORIGINALES,
NO CONFORMISTAS
Antimarxistas
y Antisistema
HOY Nicolás
Gómez Dávila
Especial para Arcisterio de
Roberto
López-Geissmann
INTRODUCCIÓN
a la presentación periódica de estos personajes:
En esta sección periódica considero aprovechable ir
conociendo a varios pensadores de lo más interesante, aunque no pertenezcan a
una misma corriente; después de presentar algunos, acaso veamos puntos en
común. He tomado de la “red”, y algún lugar más, una breve reseña de quién era
nuestro personaje -colombiano -de este día, al cual revelo considerar del mayor
aprecio dada la extraordinaria adhesión a su pensamiento, que comparto y
sugiero.
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Extraordinariamente erudito, profundo
conocedor de las lenguas
clásicas, defendió una antropología escéptica fundada en
el estudio profundo de Tucídides y
de Jacob
Burckhardt. Consideraba que las estructuras jerárquicas debían ordenar la sociedad, la Iglesia y el Estado.
Criticó el concepto de soberanía popular y
también algunos cambios que introdujo la Iglesia católica a raíz
del Concilio Vaticano II. Conocedor
a fondo de la tradición filosófica antigua y moderna, desde Platón a Heidegger,
que estudió en sus lenguas originales, de los grandes debates de la teología
occidental, admirador de la literatura francesa clásica y lector de numerosas
obras críticas sobre la historia moderna que se encuentran en su biblioteca personal,
la obra de Gómez Dávila abarca prácticamente todos los temas relevantes de la
filosofía, destacándose sus preocupaciones estéticas y su filosofía de los
valores, esenciales en su crítica antropológica a las ideas metafísicas y
teológicas de la modernidad.
Difícilmente clasificable en categorías que
su misma filosofía ponía en cuestión, Gómez Dávila se declaró a sí mismo un
"reaccionario auténtico", (Savater lo llama “reaccionario
inconformista”) categoría que él mismo distingue de las posturas meramente
"conservadoras", "integristas" o "nostálgicas".
De esto sus frases: Los individuos
civilizados no son producto de una civilización, sino su causa… Los reaccionarios
les procuran a los bobos el placer de sentirse atrevidos pensadores de
vanguardia. No son pensadores excéntricos, sino pensadores insobornables… El reaccionario no es el soñador nostálgico
de pasados abolidos, sino el cazador de sombras sagradas sobre colinas eternas.
La vida es taller de jerarquías, sólo la
muerte es demócrata.
El filósofo y ensayista Fernando Savater
dice que “Quizá el aspecto más interesante del pensamiento de Gómez Dávila
consista en que no puede ser sencillamente clasificado como un pesimista a lo
Cioran o como un nostálgico de los felices tiempos pasados, como tantos
aristocratizantes que no echan de menos la ilusoria armonía perdida de la
sociedad antigua sino sólo sus desaparecidos privilegios…
Por el contrario, revela frecuentemente una
sensibilidad desprejuiciada -por crítica que sea- ante los ritos y mitos de la
modernidad… No es el pesimismo, sino la lucidez la que le lleva a afirmar
"madurar no consiste en renunciar a
nuestros anhelos, sino en admitir que el mundo no está obligado a colmarlos".
Ningún verdadero pesimista admite nunca del todo que la auténtica cordura
implica frustración pero no se reduce a ella.
Citamos a NGD: Ser civilizado es poder criticar aquello en que creemos sin dejar de
creer en ello… quien no vuelve la espalda al mundo actual se deshonra" o
también "aun la derecha de cualquier derecha me parece siempre demasiado a
la izquierda.
Bogdan Piotriowski, Miembro de la Academia
Colombiana de la Lengua y Magíster en Literatura Hispanoamericana por el
Instituto Caro y cuervo dice: La obra de Nicolás Gómez Dávila se fundamenta en
unos claros criterios personales y, al mismo tiempo, proyecta un pensamiento
crítico individual, independiente, sólido, coherente y admirablemente abierto.
Cosa rara en nuestra época, cuando las modas parecen avasallar y los medios de
comunicación pretenden manipular de manera sutil el subconsciente de los
ciudadanos…
La actitud de plena libertad intelectual de
Nicolás Gómez Dávila; su afán de lectura, sostenido por medio del diálogo en
las tertulias; su amor por la sabiduría y su intelecto... su erudición
(autodidacta) y su pensamiento docto y profundamente humanista evocan el título
o, si se prefiere, el calificativo de “hombre de letras”, que desde hace siglos
se otorga a las mentes claras y fructíferas.
Cito a NGD:
No hay cosa más deprimente que pertenecer a una multitud en el espacio. No hay
cosa más exaltante que pertenecer a una multitud en el tiempo… Los reformadores
de la sociedad actual se empeñan en decorar los camarotes de un barco que naufraga
Algunas frases de Nicolás Gómez Dávila,
sacados de su monumental obra de aforismos
llamados por él Escolios –los
de negrita los distinguí yo:
El pueblo no elige a quien lo cura, sino
a quien lo droga.
Cualquiera
tiene derecho a ser estúpido, pero no a exigir que veneremos sus estupideces.
El primer paso de la sabiduría está en
admitir, con buen humor, que nuestras ideas no tienen por qué interesar a
nadie.
Ser civilizado es poder criticar aquello en que creemos sin dejar
de creer en ello.
El único
que agradece a la vida lo que la vida le da, es el que no espera todo de la
vida.
Aun
cuando la humildad no nos salvara del infierno en todo caso nos salva del
ridículo.
La
vida es un combate cotidiano contra la estupidez propia.
El mito es el
único modo de expresar verdades simples.
Negarse a admirar es la marca de la bestia.