NO ESTABA MUERTO, ANDABA DE PARRANDA
Por Roberto
López-Geissmann
Desde hace casi cinco meses no he
subido nada a mi blog Arcisterio. Y de hecho la única “parranda” a la que
asistí no era sino una más con las que la vida acostumbra vapulearme
consuetudinariamente. No fue como la forzosa ausencia que tiene un problema de
salud u otra razón de orden mayor. Nada de eso, ha sido el chapaleo sucio y
constante en que nuestro mundo está siendo defenestrado en nuestra cultura
histórica. El hipnotismo en que “la gente” ha sido llevada a seguir cualquier
cosa que se dirija a la inacción, a permitirlo todo, a no reaccionar ante nada,
ustedes saben bien… aunque muchos (lavándose las manos o el alma) pretendan no
advertir lo que pasa o, aún peor, asegurar que están en el mejor de los mundos.
Como mi blog significa ARCA y
MONASTERIO, ya que la conjunción de ambas palabras –como expliqué en su primera
aparición hace años –quiere representar lo más valioso que pueda ser
salvaguardado, la Vida y la Cultura (como hacer del hombre), pues con la
humildad de nuestros alcances he buscado guardar a través de una variada
galería de exposiciones, no siempre intelectuales, un concepto de hombre (como
humanidad), un talante (como forma natural de expresión, emoción y estética) y
unas características profundas que nos hacen ser lo que somos, precisamente lo
más digno de transmitir en cuanto sabiduría tradicional; por lo que
comprensiblemente su finalidad es divulgar y que el blog sea conocido. Lo
contrario sería, como dijo Bolívar “arar en el mar”.
Inauguro este segundo período sin
la seguridad de continuarlo demasiado, ya que si bien mi esfuerzo lo realizo
gustosamente, espero que sea visto y valorado por gente que encontrara utilidad
y deleite en el mismo. Si no la hubiere, dedicaré ese tiempo a leer cómics y
seguir escribiendo novelas e historias de ficción, fantasía y terror, que me
encantan aunque quizá no se publiquen nunca. Atrasado en mala hora con la
técnica, ni siquiera puedo medir acertadamente qué tantos me leen. Igual ocurre
con mis escasos vídeos –a los que daré continuidad de inmediato. No considero
cursi, sino impregnado del más puro sentimiento de responsabilidad social y con
la carga filosófica de Ser humano el confesar que todo esto lo hago por Amor.
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