La primera semana de setiembre de 2014 salió este breve artículo en El diario de hoy. Debo recomendarlo dada
su síntesis (agradecido al Espíritu Santo por su inspiración). MIENTRAS NO
ENTENDAMOS EN PROFUNDIDAD LO QUE IMPLICA ESTA UNIÓN DE CONTRARIOS, NO
ENTENDEREMOS REALMENTE LA ESENCIA DE LA REALIDAD MUNDIAL.
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DE ACUERDO AL ART. EL ROBOT ESTÁ DE ACUERDO CON EL RIVAL |
EL PING-PONG
DEL DIABLO
Roberto
López-Geissmann
Sólo
el que no quiera no verá este ping-pong diabólico, varias veces develado por
este servidor… y por cualquier cantidad de obras que muestran una de las más
incómodas verdades de la época. Si hace 50 años solamente un estudioso
observador podría darse cuenta de ello, actualmente los acontecimientos lo
hacen tan visible como una catedral… aunque muchos al ver al enorme edificio lo
interpretan como un castillo, un cuartel… o un circo. Pero allí está y es
visible a todo color. ¿De qué hablamos? De la convergencia histórica –ya
evidente –entre las dos grandes fuerzas que han estado disputándose al mundo
desde la 2ªguera mundial. Póngales usted el nombre. Si no puede, ya no siga
leyendo.
He
utilizado el símil del juego del ping-pong porque expone en forma cinética dos
lados separados por una red, disputándose el buen tiro de una pelota (el
mundo). Pero que pasaría querido lector, si cuando se ven las manos, cada una
con su raqueta, y que nos parece más que obvio suponer que se trata de manos
pertenecientes a dos personas que compiten entre sí, resultase de que se
trata de un solo jugador, que se
tira la pelota de su mano izquierda a su mano derecha, y que sólo la estudiada
forma en que se muestra la perspectiva del juego nos hace ver como si fueran
dos jugadores y no uno sólo.
La
globalización, el Deconstructivismo, el aliento de Nueva Era, el auge de los
procesos mundialistas en lo jurídico, el post-modernismo, el “cuarto poder”
convertido en primero, la decadencia de la transmisión de los conocimientos (en
casi todo) con el desprecio a lo filosófico e incluso cada vez más hasta el
mismo humanismo, la promoción del consumismo, lo superficial, la vida hedonista
y el pansexualismo (acompañado de la intolerancia de la reflexión en soledad y
la locura comunicológica del celular et alia), además de la banalización de los
rescoldos de lo religioso y espiritual.
En lo
político el pensamiento “correcto” y el neomarxismo gramsciano. La degeneración
musical y el sentimiento de tener que escucharse “música” - principalmente
estridente y siempre vulgar y chabacana –e imponer su gusto estragado incluso
sobre los que no participan del mismo; el hablar a gritos y rebajar el lenguaje
a la jerga más “bajera”, copiando modismos, dichos y acentos del mismo nivel de
otros países. Promover todo tipo de tolerancias a lo destructivo y antinatural:
violencia, desobediencia y desorden callejero, aborto y matrimonios contra
natura. “Desmitificación” de hombres ejemplares, y abrir el imaginario
colectivo a la tremenda idea de que cualquier mediocre (o hasta idiota) pueda
ser un dirigente. Todo ello proviene de una sola y enorme fuerza.
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