Este fue un artículo periodístico aparecido en El diario de hoy en fecha anterior al 2005. Los agregados en letras
de color y las fotos son recién hechas.
De Wolfe me gustó en el libro reseñado el tratamiento del estoicismo,
aunque me gustó más La hoguera de las
vanidades –que fue llevada a la pantalla.
En los libros de Brown y Gordon, además de recomendarlos como bien
escritos y de buena distracción, quiero aprovechar de mandar al muy diablo a
los meapilas, títeres del opus, nazis pelones y todo extremista que son,
además, unos brutos.
En Brown no estoy avalando ni sus “análisis tan imaginativos y pedantes
como falsos”, sino su absoluta capacidad narrativa… si se me dice que puede
confundir yo le diré que es cierto, pero que me diga si la misma Biblia no lo
hace de hecho; la verdad es que cuando se habla del poder del conocimiento, una
de sus cepas más agradables es poder leer lo que a otros los pueda dañar, pues
bien “no lo lean y estudien, o que se los explique su párroco… siempre que no
sea muy modernista, porque pueda ser “browniano”.
Con Gordon, una preciosa prosa, fina historia
de un hombre extraordinario como la saga de médicos –hombres y mujeres
inteligentes y buenos. Ahora bien si aparece un gañán acusando la publicación
de criptojudía porque el autor de la novela y sus personajes lo son… se podría
pensar si este energúmeno piensa seriamente que absolutamente todos los judíos
en la historia son mediocres, incapaces de algo bueno o de espíritu positivo
incluso para otras razas (lo que indicaría un odio tan visceral que ciega o una
ceguera tan grande intelectualmente que provoca odio). En cualquier caso y
siendo elegantes simplemente diría: vuelvan a sus madrigueras y que Dios les
ayude.
La Columna Nacional
DA VINCI...EL
ÚLTIMO JUDÍO
...TODO UN
HOMBRE.
Por
Roberto López-Geissmann.
Reseñaré tres
breves críticas a otras tantas obras, que son: El Código Da Vinci, de
Dan Brown. El Último Judío, de Noah Gordon. Y Todo Un Hombre, de Tom
Wolfe. Todas son novelas.
El Código
Da Vinci.
Uno de los más grandes best sellers del
momento. La obra absorbe al lector desde el primer momento, es innegable la
calidad de acción y suspenso de este bien logrado thriller. Analicémoslo.
En su FORMA es una sabrosa mezcla de
géneros. Participa de la detectivesca –Conan Doyle, Agatha Christie, Ellery
Queen -, mezclado a la investigación, o aún disquisición historicista, sobre
temas apasionantes que abordan el misticismo, sociedades secretas, esoterismo y
grandes mitos y le suma los avatares del libro de acción, con violencia,
escenarios impresionantes y distintos países. Recién termine una secuencia
novelística de fantasía con acción, he de incursionar exactamente en este
género, al que, como a millones, nos resulta fascinante. Otras obras y autores
serían El Club Dumas, de Pérez Reverte; El Péndulo de Foucault,
de Umberto Ecco; El Ocho y El Círculo Mágico, de Catherine Neville y La
Lápida Templaria, de Michael Wilcox.
La polémica, particularmente de este
libro, se centra en su FONDO. Y es que todo lo que toque a un fundador de
religiones, a la Iglesia que originó y a ciertos aspectos fundamentales de su
dogma no puede sino erizar (con justa razón a veces) autoridades, seglares,
ortodoxos y hasta a heterodoxos. Todo depende cómo se trate el tema. En mi
opinión, lo que ha “halzado pelo” en el caso particular no es siquiera la tesis
del matrimonio de Jesús con Magdalena (una princesa y no una prostituta, según
la trama), sino el que se ha criticado duramente (no a la Iglesia Católica en
sí) sino a una de sus más fuertes corrientes, como es el Opus Dei,
aunque al final se quiera hacer ver que es cosa de personas. Como en las
categorías cinematográficas, las personas con sólida formación y amplio
criterio cultural, de valores severos, no tendrán problemas... ahora bien
¿quién no se considera entre estos?
Las novelas, como ficción que se
sustenta en la visión de la realidad que forzosamente conforma la concepción
del mundo del novelista, a menudo serán así. Cosas más “peligrosas” hay para
leer.
El Último
Judío.
La ciencia y la
medicina se ocupan del cuerpo, mientras la filosofía trata de la mente y del
alma, tan necesarias para un médico como la comida y el aire. Noah
Gordon.
Aunque es mi primera novela de este
autor, pretendo seguirlo. Su estilo es extremadamente sencillo, casi
periodístico en su descripción, es una especie de cuento novelado. Narra las
vicisitudes de Yonah Toledano, desde su niñez hasta la joven madurez en que
termina el relato, ubicado a partir del año 1489, en la España que decidió la expulsión
de moros y judíos.
Hijo de platero, la vida lo lleva a ser
peón, pastor, marinero... hasta pasar por armero y su vocación final de médico.
Idiosincrasias de la época, mentalidad de personajes, aventuras del esforzado y
valiente personaje del que nadie puede evitar simpatizar. Todo ello bajo la
influencia de La Inquisición, que se yergue como mayor villano, dentro de un
marco en que se mueven todo tipo de humanidades y pasiones. Como decíamos en lo
obra pasada, se da “casualmente” un telón de fondo que puede parecer con
dedicatoria especial... lo malo es que no se dice toda la verdad de las cosas y
que también “casualmente” nunca se toca más que la Inquisición Católica...
y ha habido más.
Todo Un
Hombre.
La soledad es y
siempre ha sido la experiencia central e inevitable de todo hombre. Tom
Wolfe.
Wolfe es un novelista-periodista, autor
entre otros de La Hoguera de las Vanidades, llevada a la pantalla con
Tom Hanks como estrella. Su estilo no puede ser más distinto del anterior
autor, a este se lo ha descrito como “barroco moderno” y, siendo un dolor de
cabeza para traductores, lleva en su propia construcción una profundidad densa
y fina a la vez con la que hata situaciones sociopolíticas, concepciones del
mundo y personalidades tan complejas como reales.
La acción transcurre en la Atlanta
actual. Personajes principales serán un sesentón, gran inversionista y
hacendado, detentador de una mentalidad “perimida”, machista y retrógrada para
el pensamiento “políticamente correcto” y un joven obrero, esforzado,
conservador y valiente, a quien el azar lo zarandea implacablemente, pero que
es sustentado por la filosofía Estoica. A través del cinismo de los grandes negocios,
de la decadencia y banalidad de una sociedad que no es sino la caricatura de
una verdadera aristocracia, de los conflictos raciales entre los mismos
“afroamericanos”, de ello y más, nos muestra el autor algunos de los rasgos de
los que, por esencia y más allá de todo intento deconstructivo, de
teorizaciones freudianas o de tesis criptopolíticas, siguen siendo y serán
todavía por mucho rato, las características de lo que es todo un hombre.
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