DEFINIR LO
POLITICAMENTE CORRECTO
Considero que el tema
del Pensamiento Único o Políticamente Correcto es una de las temáticas más
fascinantes, peligrosas y virulentamente activas que el Mundialismo desarrolla
bajo nuestras narices. Presento a dos autores hablando sobre esto: Volkoff
(ruso) y Buela (argentino).
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EN LA ERA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN... CENSURA |
Vladimir
Volkoff (París, 7 de noviembre de 1932 - Bourdeilles, 14 de septiembre
de 2005) fue: doctor en filosofía, profesor de inglés, militar durante la
guerra de Argelia, funcionario del Ministerio de Defensa y, más tarde, profesor
de lenguas y literaturas francesa y rusa en Estados Unidos. Fue el primer
escritor que en Francia se dedicó seriamente a estudiar la manipulación
informativa. Fue uno de los escritores mejor situados a la hora de explicar el
concepto que conocemos como "políticamente correcto", tema de su
último libro publicado en Editions du Rocher: "La désinformation par l’image").
Vladimir
Volkoff es entrevistado por Marc Vittelio.
Comienza
Marc Vitelio: "Nos hemos encontrado con este autor
que rezuma humor y cultura por todos sus poros y que nos ha prodigado algunos
consejos para combatir ese veneno que ataca nuestra sociedad.
"¿Cuál
es su definición de lo "políticamente correcto"?
"Lo
políticamente correcto tal y como lo conocemos en la actualidad representa la
entropía del pensamiento político. Como tal, es de imposible definición puesto
que carece de un verdadero contenido. Su fundamento básico es aquello del "todo vale". En él encontramos
restos de un cristianismo degradado, de un socialismo reivindicativo, de un
economicismo marxista y de un freudismo en permanente rebelión contra la
moral del yo. Si comparamos el hundimiento del comunismo con una explosión
atómica, diríamos que lo políticamente correcto constituye la nube radioactiva que sigue a la hecatombe.
"¿En
qué consiste lo "políticamente correcto"?
"Lo
políticamente correcto consiste en la observación de la sociedad y de la
historia en términos maniqueos. Lo
políticamente correcto representa el bien y lo políticamente incorrecto
representa el mal. El summun del
bien consiste en buscar en las opciones y la tolerancia en los demás, a menos
que las opciones del otro no sean políticamente incorrectas; el summum del mal se
encuentra en los datos que precederían a la opción, ya sean éstos de carácter
étnico, histórico, social, moral e incluso sexual, e incluso en los avatares
humanos. Lo políticamente correcto no atiende a ninguna igualdad de
oportunidades en el punto de partida, sino al igualitarismo en los resultados
en el punto de llegada.
"¿Quién
lo inventó?
"Nadie
ha inventado lo políticamente correcto: nace
como consecuencia de la decadencia del espíritu crítico de la identidad
colectiva, ya sea esta social, nacional, religiosa o étnica.
"¿Quién
lo practica?
"Lo
políticamente correcto es de uso común
entre los intelectuales desarraigados, pero como es contagioso, es normal
que otras personas estén contaminadas sin que por ello sean conscientes de
ello.
"¿Cómo
podemos desintoxicarnos?
"La
desintoxicación es difícil, en la medida en que vivimos en un mundo en el que
los media (y la palabra media es, en sí, un barbarismo políticamente correcto)
han adquirido una importancia desmesurada y son precisamente éstos los encargados
del contagio masivo. El primer remedio consiste en tomar conciencia de que lo
políticamente correcto existe y que circula sobre todo a través de nuestro
vocabulario. El segundo, sería tomar conciencia de que el "yo" forma
parte de un "nosotros" y de que ese "nosotros" debe
proteger al "yo" contra el "se dice..." políticamente
correcto. El tercer remedio consiste en
poner en práctica la conciencia de renuncia a toda terminología políticamente
correcta y a las ideologías sobre las que se apoya. Por ejemplo, hay que
decir "aborto" en lugar de "interrupción del embarazo",
"sordo" en lugar de "deficiente auditivo",
"vejez" en lugar de "tercera edad",
"sinvergüenza" en lugar de "inadaptado". Un
"docente" nunca llegará a ser un "maestro".
"¿Cuáles
son los estragos producidos por lo "políticamente correcto"?
"Consisten
fundamentalmente en confundir el bien y
el mal, bajo el pretexto de que todo es materia opinable.
"Aparte
de la nación, ¿cuáles son los blancos predilectos de lo "políticamente
correcto"?
"Los blancos predilectos son la
familia, las tradiciones y, sobre todo, la creencia en ello (en que existe algo como un pensamiento único),
puesto que para lo políticamente correcto solo hay una verdad y lo demás es
falso.
"¿Tiene
usted la impresión de que Francia es uno de los países más tocados por lo
"políticamente correcto"?
"Lo políticamente correcto es supranacional
como todas las enfermedades. Si estamos en condiciones de afirmar que nació
en determinadas universidades americanas, no es menos cierto que se expandió
rápidamente por todo el mundo. Quizá en los países de tradición
cristiano-ortodoxa se resiste más y mejor a esta epidemia, probablemente debido
a la propaganda comunista, quizá a la propia fe religiosa. Lo hemos visto
recientemente con los casos de Serbia y Rusia.
"¿Cómo
detectar a una persona "políticamente correcta"?
"Una
persona políticamente correcta se considera a sí misma tolerante, pero no practica la tolerancia...
"¿Cómo
evitar la contaminación?
"Es
verdad que lo políticamente correcto nos acecha y se presenta siempre con
argumentos inocentes y de fácil asimilación. Se trata de rechazar su inocencia
y repudiar esa facilidad de asimilación.
Es necesario, asimismo, prevenirse contra el mimetismo de hablar como los demás.
Repito aún a riesgo de parecer pesado, el
vocabulario políticamente correcto es el principal vehículo de contagio. En
cualquier caso, hay que afirmar que lo políticamente correcto es una fe débil y
que, como tal, no resiste a una enérgica aplicación del espíritu crítico. No
hay que ser sumisos a los sentimientos y opiniones generalizados: el espíritu
contradictorio más obtuso vale siempre más que la aceptación liberal del pasto
mediático.
"Según
Vd. ¿cuáles pueden ser las consecuencias a corto y medio plazo del triunfo de
lo "políticamente correcto"?
"Lo políticamente correcto
prepara el terreno de forma ideal para las operaciones de desinformación y para
la expansión de la mundialización. Cuando todo el mundo
crea que las verdades pueden ser objetos de trueque, de que no existen ni
verdades ni mentiras, el mundo estará preparado
para recibir la misma propaganda, de participar de la misma pseudo-opinión
pública fabricada para consumo universal. Y esta pseudo-opinión pública
aceptará cualquier acción, incluidas las más brutales (como hemos visto en los
recientes bombardeos sobre Belgrado), que indefectiblemente irán en beneficio
de los manipuladores.
ALBERTO
BUELA opinando sobre lo emitido por la anterior entrevista
A
propósito de la entrevista a Volkoff que acabo de compartir, EL Prof. Alberto
Buela comento lo siguiente. En estos días nos ha llegado desde varios lados un
reportaje al militar franco-ruso, ahora devenido ensayista, Vladimir Volkoff
sobre lo políticamente correcto. Las respuestas que da Volkoff son acertadas
pero insuficientes, pues él limita lo políticamente correcto a un problema del
decir: “circula a través de nuestro vocabulario. El vocabulario políticamente
correcto es el principal vehículo de contagio”.
Es cierto que lo políticamente correcto, en inglés denominado political correctness, tiene que ver con
una forma de decir; por ejemplo a un negro llamarlo "hombre de
color", hablar de interrupción del embarazo en lugar de aborto, invidente
en lugar de ciego. Pero hay que dar un paso más en busca de su fundamento, sino
simplemente nos quedamos en la descripción del fenómeno.
Así lo políticamente correcto es todo eso que dice Volkoff: el "todo
vale", al cristianismo degradado, al socialismo reivindicativo, al
freudismo antimoral, al economicismo marxista, al igualitarismo como punto de
llegada y no de partida, a la decadencia del espíritu crítico, que practican los
intelectuales desarraigados confundiendo el bien y el mal. Pero todo ello no
alcanza para asir su naturaleza, esencia y fundamento. Incluso Volkoff afirma que
es de imposible definición.
Además, está el hecho bruto e incontrovertible de que existen temas y problemas
políticos de mucho peso en la historia del mundo que no son tratados por ser
políticamente incorrecto hacerlo, por ejemplo: el poder judío en las finanzas
internacionales y en los medios masivos de comunicación o el poder de las
sectas e iglesias cristianas al servicio del imperialismo. Vemos con estos
solos ejemplos como lo políticamente correcto no se limita al decir o al dejar
de decir, como sostiene Volkoff.
Además hay temas y muchos, que no son tratados ni mediática ni privadamente por
ser políticamente incorrectos: la jerarquía, el disenso, la disciplina, el
arraigo, la pertenencia, las virtudes, el deber, el heroísmo, la santidad, la
lealtad, la autoridad, etc.
Nosotros
sin embargo creemos que lo políticamente correcto se apoya y tiene su
fundamento en el denominado pensamiento
único. Pensamiento que encuentra su justificación en los poderes que
manejan y gobiernan este mundo terrenal y finito que vivimos hoy.
Podemos
definir lo políticamente correcto como la forma de hacer y decir la política
que se adecua al orden constituido y al statu quo reinante. Es por ello que
el simulacro y el disimulo, la amplia calle de la acción y el discurso político
contemporáneo, tiene en lo políticamente correcto su mejor instrumento. Hoy la
política es entendida y practicada como “un como sí” kantiano. Se piensa y se
actúa “como si” se pensara y se actuara de verdad. Es por ello que los
gobiernos no resuelven los conflictos sino que, en el mejor de los casos, los
administran. Nos tratan de mantener siempre en una pax apparens como agudamente ve Massimo Cacciari, el filósofo y
actual intendente de Venecia.
¿Y
por qué hablamos de pensamiento único? Porque hay una convergencia de intereses
de los distintos poderes que manejan este mundo que necesita ser justificada y
su justificación se halla en el pensamiento único, que está constituido por el
pensamiento social, política y académicamente aceptado. Esto prueba como lo han
demostrado intelectuales "políticamente incorrectos" como Michel
Maffesoli, Massimo Cacciari, Danilo Zolo, Alain de Benoist, Günter Maschke, y
tantos otros, que existe una "policía del pensamiento" (los Habermas,
Eco, Henry-Levy, Gass, Saramago -en nuestro país los Aguinis, Sebrelli,
Verbisky, Feinmann, Grondona, etc.-) que determina en forma
"totalitariamente democrática" quienes son los buenos y quienes los
malos. A quien se debe promocionar y a quien denostar o silenciar. Es “le totalitarisme doux propre des démocraties
occidentales” (el dulce totalitarismo propio de las democracias
occidentales) del que nos habla Mafffesoli.
Esta policía del pensamiento es una, como es uno el pensamiento único y como lo
es también uno el sistema de intereses de los poderes mundiales, más allá de
sus aparentes diferencias ideológicas. Perón a esto lo llamaba sinarquía, que
el pensamiento políticamente correcto se encargó de negar y burlarse.
No se puede hablar en profundidad de lo
political correctness sin estudiar aquello que constituye la pensée unique tan bien descripta por
Alain de Benoist, Ignacio Ramonet o Vitorio Messori. Y no se puede hablar del
pensamiento único sin hacer referencia a la unitaria madeja de intereses que
sostiene el funcionamiento de los poderes indirectos, en muchos casos más
poderosos incluso que los mismos Estado-nación. Todo ello a su vez tiene una
fuerza coercitiva que es "la policía del pensamiento" que
funciona en forma aceitada hasta en el último pueblito de la tierra.
Esta
tenaza poderosa de dinero, poder político y prestigio intelectual es la que
presiona sobre la vida de los pueblos para el logro de la homogenización del
mundo y las culturas en una sola. Esta tenaza es la expresión acabada de un
mecanismo perverso de alienación existencial de las naciones que pueblan la
tierra. Y es en vista a la denuncia de este mecanismo perverso, donde se juntan
lo políticamente correcto, el pensamiento único, los poderes indirectos y la
policía del pensamiento, que buscamos hacer una observación crítica a lo
sostenido por Volkoff.
La tarea de desmontaje de lo
políticamente correcto es una tarea correspondiente stricto sensu a la
metapolítica pues esta disciplina con el estudio de las grandes categorías que
condicionan la acción política de los gobiernos de turno es la que nos brinda
las mejores condiciones epistemológicas para el conocimiento de aquello que nos
hace padecer lo políticamente correcto como vocero del pensamiento único
impuesto a su vez por la policía del pensamiento.
Lo políticamente correcto al transformar sus propuestas y temas en “el lugar
común”, puede ser desarmado con el uso de la metapolítica que para Giacomo
Marramao “convierte a la divergencia en un concepto de comprensión política”.
Con lo cual llegamos finalmente a constatar que para comprender acabadamente la
política y lo político estamos obligados a desmantelar el andamiaje de este
círculo vicioso conformado por lo políticamente correcto, el pensamiento único,
los poderes indirectos y la policía del pensamiento que se retroalimentan entre
sí en una totalidad de sentido, que en nuestra opinión produce ese gran sin
sentido que caracteriza a la política mundial de nuestro tiempo. Hasta aquí Alberto Buela.
Lo políticamente correcto está llegando
a traspasar la línea de la estupidez hasta el punto de destrozar el lenguaje,
el humor, la libertad de expresión. Y nos lleva a vivir de tal manera que todo
lo que digas puede ser utilizado en tu contra, tachándote de machista, racista
o sicópata emocional.
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