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Roberto López-Geissmann.

Aparte de mi familia y mis seres queridos, amo profundamente los paisajes, siendo para mi más valiosos que el oro –principalmente las vistas de lagos y montañas; la frescura, las cabañas de troncos; café, licorcito, pipa y un buen perro; la buena comida y los viajes. Así los libros, películas y el arte de la conversación.

Escribo novela y cuento; soy creativo. Estudié con los Maristas. He sido diplomático, asesor de seguridad, profesor universitario y periodista. Dos carreras universitarias. Me declaro en total orgullo y apoyo de la civilización occidental cristiana. Suelo estar por lo políticamente incorrecto, pero igual lo tradicional como sabiduría. Tengo la firme convicción de que la humanidad ha sido y está siendo atacada por ideas y personas malignas. Debemos protegernos.

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viernes, 31 de enero de 2020

BREVES IMPRESIONES SOBRE NUESTRA ACTUALIDAD -31/1/2020


BREVES IMPRESIONES SOBRE
NUESTRA ACTUALIDAD
31 de enero de 2020

Especial para Arcisterio, de Roberto López-Geissmann

MIENTRA NOS TOMAMOS UN CAFECITO

   Como todo estudioso sobre cualquier materia, llámese medicina, derecho, guerra, comunicaciones o alguna rama de los estudios sociales, es imposible extender demasiado nuestros conocimientos. El médico neurocirujano, no aplica a ser cardiólogo u otra especialidad, y si lo hace no pueden ser muchas y es un caso entre millones, si no se trata de un charlatán. Lo mismo aplica en otras ramas del saber. En estudios políticos este servidor maneja la relación de cultura y política, la polemología y las ideologías distintas al sistema y al marxismo. Mis falencias incluyen algunas de las más solicitadas ramas de la materia, como son la propaganda, la comunicación polémica pública y el análisis táctico, coyuntural o del momento actual.
   Lo lindo de esta realidad es que, si encontramos colegas –no importa de qué estudios pero que manejen lo que nosotros no tanto –se pueden armar equipos muy viables. Pues bien, tanto que se nos pregunta sobre “lo actual” que haré un esfuerzo por ordenar ideas al respecto, advertido el lector que no es mi fuerte, pero con la noticia de que a través de todo el espectro me mueve lo filosófico. Voy a utilizar una terna de aspectos procurando aplicarlos a “lo nuestro”, que cada vez comparte más con lo mundial y este es pues el primer y más importante dato: La interconexión, la influencia y el poder comunicacional, influyendo sobre la mente, deseos, decisiones y política.
   Veremos el panorama en este tríptico: 1) Reinado de los Medios. 2) Epidemia de la Corrupción. 3) Vacío político y peligro de una dictadura.

Reinado de los Medios
   No repetiré lugares comunes. Este tema, por necesario e importante que es, está trillado, personalmente subí ya artículos relacionados. Es otro enfoque
.

   Ya en nuestro país se adjuntan al poderío de la repetición constante y multimediática la ausencia de algunos escudos, que existen en otros lados, que si bien no son del alcance de la generalidad, por lo menos palian un poco los daños a recibir. Ellos son:
·        Bajos niveles de lectura y gigantescas lagunas culturales.
·        Un cada vez más acusado espíritu de imitación sin siquiera vacilar.
·        El consumismo desaforado unido al ansia de parecer más que el de ser
·        Liviandad o superficialidad en el remedo de análisis de la realidad.
·        Negación a aceptar criterios de autoridad, sintiéndose superior por ello
·        Se han roto los pocos escrúpulos morales en aras al poder y al dinero.
·        Un puñado mínimo de analistas y articulistas, elegidos por el Medio.


   De aceptar lo anterior, sumando los criterios elementales que definen el pensamiento único o políticamente correcto, tendríamos que en El Salvador tenemos un campo abonadísimo, regado y listo (incluso en producción) para variados tipos de manipulación –consumista, religiosa, política, valorativa y las que se quieran…
   Así pues el primer elemento de un análisis de situación nos dice que nuestro pueblo no sólo se encuentra vulnerable, sino inoculado, afectado y en proceso agravante de poder recibir todos los virus que zarandeen, modifiquen y cambien su débil identidad, su poca cultura y los borrosos valores que todavía existían en ciernes un par de generaciones atrás.
   Hace varios años, desde la asesoría del viceministerio de Cultura, intentamos difundir políticas contra esto, pero se creyó más importante canjear esa Secretaría con la de Agricultura. No me cabe duda que en estos momentos han de descender odios sobre estas líneas y que ya el mar mediático no es una ola que se pueda surfear, sino un tsunami devastador.

Epidemia de la Corrupción

GENERALIZACIÓN MANIPULADORA

   Igual, evitemos lo ya clarísimo. Esto es mundial, gigantesco y galopante. Ahora bien, enfoquemos aspectos no tan remarcados, que debieran serlo:
·        La impunidad. Se sabe que esto fomenta muchísimo a la corrupción, pero no se insiste suficiente sobre cómo eliminarla y los responsables.
·        Corruptor y Corrupto son parte de un “equipo”. No se rastrea lo que se debiera, poniendo nombres a los influyentes en todos los Partidos.
·        Se acostumbra al “fenómeno”. La gente llega a familiarizarse e incluso a buscar la participación, así sea moderada, para ver qué puede lograr.
   Al generalizar y hacer sentir como que es algo “que todos podríamos hacer de estar en el lugar adecuado”, como si fuera una fuerza de la naturaleza y por tanto imposible de superar, se está dando uno de los ataques más poderosos sobre nuestra ya debilitada moral. No se discrimina con justeza, para hacer sentir que son absolutamente todos los miembros de los Partidos los que practican esto.
   El efecto de ser inevitable. El que se opine que el que no roba es un idiota. El juicio hipócrita que crítica con la envidia de no estar haciendo eso. Conduce directamente –junto a la lluvia constante de los medios –a potenciar un sentimiento generalizado de que no puede hacerse nada, provoca un vacío político, una anomia emocional y una degradación valorativa, como veremos adelante.


   El odioso clima de influencias, enfermedades y debilidades sociales van estableciendo una agenda tan perversa como poco visible. Tan cierta como fácil de negar, porque no es lo que le gusta escuchar a “la gente”, acomodada a no forzar su vista, ni su pensamiento, ni su conciencia. Escupen el análisis y siguen adelante, tranquilos porque “no pueden hacer nada”; se sumergen en las redes y en el hedonismo (disfrute a toda costa), desinteresándose de todo lo que no los afecte y, eso sí, protestando sobre todo sin excepción.
   Concientes con el rabillo del ojo, la certeza en la corrupción generalizada lleva a afirmar lo propio en el Estado, en la empresa privada, sindicatos, gremios y en la sociedad toda. Más que la gravísima diagnosticación de un cáncer real, ocurre algo más grave: se está promoviendo la destrucción de todos los anticuerpos que permitirían detenerlo.

Vacío político y Dictadura


Emitiré opiniones, para variar no muy comunes, antes de entrar en materia:
·        La Democracia es uno de los sistemas políticos más difíciles de llevar a feliz término. No en mejor que otros, pero se recomienda por difícil.
·        Esconde vicios muy serios como son:
1.     El establecer el Igualitarismo como medio y como fin.
2.     Esconder la real dictadura que opera en su estructura misma.
3.     Aliarse con todo tipo de poderes para imponerse.
4.     Considerar a los Partidos Políticos como su mayor logro.
·        Los niveles de Demagogia son ahora visibles y se han incluso magnificado, como corrupción, incapacidad y desprecio a la población han provocado ya de hecho una suerte de vacío político histórico.
·        En Política es axiomático que todo vacío es llenado muy prontamente.
   Sucede que los vacíos políticos pueden deberse a varias causas. Algunas son normales y no implican necesariamente más que cierto desorden en los devenires estructurales. Hay otros, como en nuestro caso, que apuntan con fuerza a una situación más triste, profunda y con visos de fuerte decadencia.
   Pocas cosas son de acuerdo tan aceptado en la población como el aserto de que las dos grandes fuerzas (y todos los Partidos que más o menos están tras ellas): los neo marxistas y liberales han sido rechazados –aunque a diferentes profundidades –por la gran generalidad por los desaciertos y corrupciones desmedidas ocurridas en sus momentos de dominio político.
   Como el bipartidismo se convirtió en una trampa engañabobos que ya no funciona más y, por otra parte los tramperos (las dos grandes fuerzas) han resultado todavía más bobos, cegados por una monstruosa codicia, y no han querido modificar el esquema sistemático. Dado ello, la nación entera se ha volcado en el rechazo justificado y rotundo contra estas dos lacras. Hay que decir que costó que llegaran a tal acuerdo, pero más vale tarde que nunca y es de las pocas cosas realmente inteligentes que “la gente” ha decidido.
   Nadie en su sano juicio creerá que debe sentarse a observarse el ombligo en esta situación –lo que pasa es que el sano juicio o sentido común es el menos común de los sentidos –y pareciera que se perdió el juicio en quienes no han querido cambiar. No puede reprocharse, lo mismo que no merece grandes aplausos, al que aprovechara una tal coyuntura. Hizo lo que debe hacerse en el momento oportuno, lo hizo bien hecho y que lloren los que fueron afectados, porque no será sino el comienzo de aullidos por lo que ha de venir. Podemos sonreír por la “justicia poética” que se aplicó a los mismos de siempre de ambos extremos, pero temamos que no venga el “llanto y crujir de dientes” para quienes no realizamos, más o menos, nuestra tarea política.

DICTADURA DEGENERADA PRODUCE DEGENERE

   Si se ha dicho que la democracia es una dictadura con antifaz y cuando se corrompe en demagogia es una dictadura enmascarada, puesto que necesita más disfraz, maquillaje, encubrimiento que cuando es más sana… entonces la forma política que puede surgir de una situación como la que estamos viviendo es una dictadura degenerada que, en determinado momento no va a engañar a nadie, pero que para llegar ahí sin duda lo hará y por montones.
   La conculcación de libertades va a producirse con la claridad de un trueno, pero en la consonancia de un coro; se creará un concierto no un grito único; se van a ver manifestaciones variadas, iniciativas legislativas múltiples y se invitarán a los medios a más o menos la misma veintena de siempre, dando la impresión (para un análisis simplista) de que hay “juego de ideas”; el “pan y circo” serán pupusas y algaradas… aunque todo, casualmente en una línea.
   Ni tan pesimista que crea que estamos en el peor de los mundos, pero tampoco con el inconciente optimismo en la creencia que vamos a un mundo feliz (a brave new world). Los que siempre quieren la bulla, la acusación, el chambre, que se digan los nombres: Quijano, Nayib, Peña, Funes u otros… se quedará esperando. Es por eso que dije que no soy bueno en analizar lo que está ocurriendo coyunturalmente. Obvio que no repetiré algo similar.
   No temo a la profundidad, pero lo “pachito” (la simpleza superficial y la acusación fácil y morbosa) puede esconder un cenagal en el que quedes atrapado con gran facilidad. Por otro lado, para realizar una correcta evaluación del acontecer específico de un momento dado en la actualidad política –que no sea una treta verbal sin contenido –deben tenerse abundantes y plurales fuentes de información que sustenten lo que vas a decir, elementos de los que carezco. Que hablen los que quieran, es su problema. Me limito a indicar los puntos básicos sobre lo que descansarían las acciones concretas de los varios actores de un drama del que no tengo los libretos.

SOBRE LO POLÌTICAMENTE CORRECTO -VOLKOFF Y BUELA


DEFINIR LO POLITICAMENTE CORRECTO

Considero que el tema del Pensamiento Único o Políticamente Correcto es una de las temáticas más fascinantes, peligrosas y virulentamente activas que el Mundialismo desarrolla bajo nuestras narices. Presento a dos autores hablando sobre esto: Volkoff (ruso) y Buela (argentino).

EN LA ERA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN... CENSURA


Vladimir Volkoff (París, 7 de noviembre de 1932 - Bourdeilles, 14 de septiembre de 2005) fue: doctor en filosofía, profesor de inglés, militar durante la guerra de Argelia, funcionario del Ministerio de Defensa y, más tarde, profesor de lenguas y literaturas francesa y rusa en Estados Unidos. Fue el primer escritor que en Francia se dedicó seriamente a estudiar la manipulación informativa. Fue uno de los escritores mejor situados a la hora de explicar el concepto que conocemos como "políticamente correcto", tema de su último libro publicado en Editions du Rocher: "La désinformation par l’image").

Vladimir Volkoff es entrevistado por Marc Vittelio.
Comienza Marc Vitelio: "Nos hemos encontrado con este autor que rezuma humor y cultura por todos sus poros y que nos ha prodigado algunos consejos para combatir ese veneno que ataca nuestra sociedad.
"¿Cuál es su definición de lo "políticamente correcto"?
"Lo políticamente correcto tal y como lo conocemos en la actualidad representa la entropía del pensamiento político. Como tal, es de imposible definición puesto que carece de un verdadero contenido. Su fundamento básico es aquello del "todo vale". En él encontramos restos de un cristianismo degradado, de un socialismo reivindicativo, de un economicismo marxista y de un freudismo en permanente rebelión contra la moral del yo. Si comparamos el hundimiento del comunismo con una explosión atómica, diríamos que lo políticamente correcto constituye la nube radioactiva que sigue a la hecatombe.
"¿En qué consiste lo "políticamente correcto"?
"Lo políticamente correcto consiste en la observación de la sociedad y de la historia en términos maniqueos. Lo políticamente correcto representa el bien y lo políticamente incorrecto representa el mal. El summun del bien consiste en buscar en las opciones y la tolerancia en los demás, a menos que las opciones del otro no sean políticamente incorrectas; el summum del mal se encuentra en los datos que precederían a la opción, ya sean éstos de carácter étnico, histórico, social, moral e incluso sexual, e incluso en los avatares humanos. Lo políticamente correcto no atiende a ninguna igualdad de oportunidades en el punto de partida, sino al igualitarismo en los resultados en el punto de llegada.
"¿Quién lo inventó?
"Nadie ha inventado lo políticamente correcto: nace como consecuencia de la decadencia del espíritu crítico de la identidad colectiva, ya sea esta social, nacional, religiosa o étnica.
"¿Quién lo practica?
"Lo políticamente correcto es de uso común entre los intelectuales desarraigados, pero como es contagioso, es normal que otras personas estén contaminadas sin que por ello sean conscientes de ello.
"¿Cómo podemos desintoxicarnos?
"La desintoxicación es difícil, en la medida en que vivimos en un mundo en el que los media (y la palabra media es, en sí, un barbarismo políticamente correcto) han adquirido una importancia desmesurada y son precisamente éstos los encargados del contagio masivo. El primer remedio consiste en tomar conciencia de que lo políticamente correcto existe y que circula sobre todo a través de nuestro vocabulario. El segundo, sería tomar conciencia de que el "yo" forma parte de un "nosotros" y de que ese "nosotros" debe proteger al "yo" contra el "se dice..." políticamente correcto. El tercer remedio consiste en poner en práctica la conciencia de renuncia a toda terminología políticamente correcta y a las ideologías sobre las que se apoya. Por ejemplo, hay que decir "aborto" en lugar de "interrupción del embarazo", "sordo" en lugar de "deficiente auditivo", "vejez" en lugar de "tercera edad", "sinvergüenza" en lugar de "inadaptado". Un "docente" nunca llegará a ser un "maestro".


"¿Cuáles son los estragos producidos por lo "políticamente correcto"?
"Consisten fundamentalmente en confundir el bien y el mal, bajo el pretexto de que todo es materia opinable.
"Aparte de la nación, ¿cuáles son los blancos predilectos de lo "políticamente correcto"?
"Los blancos predilectos son la familia, las tradiciones y, sobre todo, la creencia en ello (en que existe algo como un  pensamiento único), puesto que para lo políticamente correcto solo hay una verdad y lo demás es falso.
"¿Tiene usted la impresión de que Francia es uno de los países más tocados por lo "políticamente correcto"?
"Lo políticamente correcto es supranacional como todas las enfermedades. Si estamos en condiciones de afirmar que nació en determinadas universidades americanas, no es menos cierto que se expandió rápidamente por todo el mundo. Quizá en los países de tradición cristiano-ortodoxa se resiste más y mejor a esta epidemia, probablemente debido a la propaganda comunista, quizá a la propia fe religiosa. Lo hemos visto recientemente con los casos de Serbia y Rusia.
"¿Cómo detectar a una persona "políticamente correcta"?
"Una persona políticamente correcta se considera a sí misma tolerante, pero no practica la tolerancia...
"¿Cómo evitar la contaminación?
"Es verdad que lo políticamente correcto nos acecha y se presenta siempre con argumentos inocentes y de fácil asimilación. Se trata de rechazar su inocencia y repudiar esa facilidad de asimilación. Es necesario, asimismo, prevenirse contra el mimetismo de hablar como los demás. Repito aún a riesgo de parecer pesado, el vocabulario políticamente correcto es el principal vehículo de contagio. En cualquier caso, hay que afirmar que lo políticamente correcto es una fe débil y que, como tal, no resiste a una enérgica aplicación del espíritu crítico. No hay que ser sumisos a los sentimientos y opiniones generalizados: el espíritu contradictorio más obtuso vale siempre más que la aceptación liberal del pasto mediático.
"Según Vd. ¿cuáles pueden ser las consecuencias a corto y medio plazo del triunfo de lo "políticamente correcto"?
"Lo políticamente correcto prepara el terreno de forma ideal para las operaciones de desinformación y para la expansión de la mundialización. Cuando todo el mundo crea que las verdades pueden ser objetos de trueque, de que no existen ni verdades ni mentiras, el mundo estará preparado para recibir la misma propaganda, de participar de la misma pseudo-opinión pública fabricada para consumo universal. Y esta pseudo-opinión pública aceptará cualquier acción, incluidas las más brutales (como hemos visto en los recientes bombardeos sobre Belgrado), que indefectiblemente irán en beneficio de los manipuladores.


ALBERTO BUELA opinando sobre lo emitido por la anterior entrevista

A propósito de la entrevista a Volkoff que acabo de compartir, EL Prof. Alberto Buela comento lo siguiente. En estos días nos ha llegado desde varios lados un reportaje al militar franco-ruso, ahora devenido ensayista, Vladimir Volkoff sobre lo políticamente correcto. Las respuestas que da Volkoff son acertadas pero insuficientes, pues él limita lo políticamente correcto a un problema del decir: “circula a través de nuestro vocabulario. El vocabulario políticamente correcto es el principal vehículo de contagio”.

Es cierto que lo políticamente correcto, en inglés denominado political correctness, tiene que ver con una forma de decir; por ejemplo a un negro llamarlo "hombre de color", hablar de interrupción del embarazo en lugar de aborto, invidente en lugar de ciego. Pero hay que dar un paso más en busca de su fundamento, sino simplemente nos quedamos en la descripción del fenómeno.

Así lo políticamente correcto es todo eso que dice Volkoff: el "todo vale", al cristianismo degradado, al socialismo reivindicativo, al freudismo antimoral, al economicismo marxista, al igualitarismo como punto de llegada y no de partida, a la decadencia del espíritu crítico, que practican los intelectuales desarraigados confundiendo el bien y el mal. Pero todo ello no alcanza para asir su naturaleza, esencia y fundamento. Incluso Volkoff afirma que es de imposible definición.

Además, está el hecho bruto e incontrovertible de que existen temas y problemas políticos de mucho peso en la historia del mundo que no son tratados por ser políticamente incorrecto hacerlo, por ejemplo: el poder judío en las finanzas internacionales y en los medios masivos de comunicación o el poder de las sectas e iglesias cristianas al servicio del imperialismo. Vemos con estos solos ejemplos como lo políticamente correcto no se limita al decir o al dejar de decir, como sostiene Volkoff.

Además hay temas y muchos, que no son tratados ni mediática ni privadamente por ser políticamente incorrectos: la jerarquía, el disenso, la disciplina, el arraigo, la pertenencia, las virtudes, el deber, el heroísmo, la santidad, la lealtad, la autoridad, etc.
Nosotros sin embargo creemos que lo políticamente correcto se apoya y tiene su fundamento en el denominado pensamiento único. Pensamiento que encuentra su justificación en los poderes que manejan y gobiernan este mundo terrenal y finito que vivimos hoy.
Podemos definir lo políticamente correcto como la forma de hacer y decir la política que se adecua al orden constituido y al statu quo reinante. Es por ello que el simulacro y el disimulo, la amplia calle de la acción y el discurso político contemporáneo, tiene en lo políticamente correcto su mejor instrumento. Hoy la política es entendida y practicada como “un como sí” kantiano. Se piensa y se actúa “como si” se pensara y se actuara de verdad. Es por ello que los gobiernos no resuelven los conflictos sino que, en el mejor de los casos, los administran. Nos tratan de mantener siempre en una pax apparens como agudamente ve Massimo Cacciari, el filósofo y actual intendente de Venecia.
¿Y por qué hablamos de pensamiento único? Porque hay una convergencia de intereses de los distintos poderes que manejan este mundo que necesita ser justificada y su justificación se halla en el pensamiento único, que está constituido por el pensamiento social, política y académicamente aceptado. Esto prueba como lo han demostrado intelectuales "políticamente incorrectos" como Michel Maffesoli, Massimo Cacciari, Danilo Zolo, Alain de Benoist, Günter Maschke, y tantos otros, que existe una "policía del pensamiento" (los Habermas, Eco, Henry-Levy, Gass, Saramago -en nuestro país los Aguinis, Sebrelli, Verbisky, Feinmann, Grondona, etc.-) que determina en forma "totalitariamente democrática" quienes son los buenos y quienes los malos. A quien se debe promocionar y a quien denostar o silenciar. Es “le totalitarisme doux propre des démocraties occidentales” (el dulce totalitarismo propio de las democracias occidentales) del que nos habla Mafffesoli.

Esta policía del pensamiento es una, como es uno el pensamiento único y como lo es también uno el sistema de intereses de los poderes mundiales, más allá de sus aparentes diferencias ideológicas. Perón a esto lo llamaba sinarquía, que el pensamiento políticamente correcto se encargó de negar y burlarse.

No se puede hablar en profundidad de lo political correctness sin estudiar aquello que constituye la pensée unique tan bien descripta por Alain de Benoist, Ignacio Ramonet o Vitorio Messori. Y no se puede hablar del pensamiento único sin hacer referencia a la unitaria madeja de intereses que sostiene el funcionamiento de los poderes indirectos, en muchos casos más poderosos incluso que los mismos Estado-nación. Todo ello a su vez tiene una fuerza coercitiva que es "la policía del pensamiento" que funciona en forma aceitada hasta en el último pueblito de la tierra.


Esta tenaza poderosa de dinero, poder político y prestigio intelectual es la que presiona sobre la vida de los pueblos para el logro de la homogenización del mundo y las culturas en una sola. Esta tenaza es la expresión acabada de un mecanismo perverso de alienación existencial de las naciones que pueblan la tierra. Y es en vista a la denuncia de este mecanismo perverso, donde se juntan lo políticamente correcto, el pensamiento único, los poderes indirectos y la policía del pensamiento, que buscamos hacer una observación crítica a lo sostenido por Volkoff.
La tarea de desmontaje de lo políticamente correcto es una tarea correspondiente stricto sensu a la metapolítica pues esta disciplina con el estudio de las grandes categorías que condicionan la acción política de los gobiernos de turno es la que nos brinda las mejores condiciones epistemológicas para el conocimiento de aquello que nos hace padecer lo políticamente correcto como vocero del pensamiento único impuesto a su vez por la policía del pensamiento. Lo políticamente correcto al transformar sus propuestas y temas en “el lugar común”, puede ser desarmado con el uso de la metapolítica que para Giacomo Marramao “convierte a la divergencia en un concepto de comprensión política”.

Con lo cual llegamos finalmente a constatar que para comprender acabadamente la política y lo político estamos obligados a desmantelar el andamiaje de este círculo vicioso conformado por lo políticamente correcto, el pensamiento único, los poderes indirectos y la policía del pensamiento que se retroalimentan entre sí en una totalidad de sentido, que en nuestra opinión produce ese gran sin sentido que caracteriza a la política mundial de nuestro tiempo. Hasta aquí Alberto Buela.

Lo políticamente correcto está llegando a traspasar la línea de la estupidez hasta el punto de destrozar el lenguaje, el humor, la libertad de expresión. Y nos lleva a vivir de tal manera que todo lo que digas puede ser utilizado en tu contra, tachándote de machista, racista o sicópata emocional.

domingo, 19 de enero de 2020

VERDADES INCÓMODAS -Sobre dos arts. de Vanesa Montacuto


VERDADES INCÓMODAS
Dos arts. de Vanesa Montacuto

 Presento ahora dos excelentes artículos de nuestra amiga argentina, la historiadora e intelectual Vanesa Montacuto Chaminaud, quien nos comunica con su acostumbrada claridad, las atinadísimas reflexiones sobre cruciales aspectos de nuestra acuciante realidad. Esperamos afinar pronto una colaboración divulgativa internacional para tantos interesados en compartir ideas que nos den una perspectiva concreta que pueda ayudar en las constantes decisiones difíciles que la postmodernidad nos está presentando.

   No he quitado una coma de sus trabajos. Apenas separé algunos párrafos y he agregado grabados; mis breves adiciones, en total acuerdo, serán siempre en azul.



EL VERDADERO ENEMIGO.
Contra la socialdemocracia...
   Este trabajo va a comenzar de un modo muy poco usual. Contará el final en el inicio. No hay nada peor que develar el fin de una película cuando aún no se ha asistido al cine para verla pero esto no es una película y pronto se verá porqué hemos decidido matar el suspenso de entrada. Por otro lado ya imagino a varios poniendo el grito en el cielo cuando lean la conclusión: el verdadero enemigo de los pueblos no es el comunismo sino la socialdemocracia.
   ¿Cómo es esto – dirán – si el marxismo hecho gobierno es lo más nefasto que podría sufrir un pueblo, si sus efectos son devastadores sobre la economía, la sociedad, la política, la cultura y hasta la religión? ¡La socialdemocracia es en esencia parecida al comunismo pero acepta el pluralismo, va a elecciones , permite la libertad de cultos, cumple con la constitución y al terminar el mandato los desaguisados cometidos en el campo económico y social pueden subsanarse con el gane de otro partido! Y aquí es, señores míos, donde se encuentra la trampa. Aquí y no en otra parte. El término “socialdemocracia” debe entenderse en sentido lato o amplio. Por lo que comprende el socialismo dizque no comunista, la democracia cristiana y otros entes del mismo redil, a menudo con mención liberal.
   Todo esto, con el arribo al poder de un instituto político de esta filiación ideológica pronto se constata falso y además, ocurre algo pasado por alto por buena parte de los pueblos hoy, aunque los politólogos le hayan dedicado impecables análisis en el pasado: cada gobierno socialdemócrata se convierte automáticamente en apoyo logístico de grupos comunistas activos a lo largo y ancho del planeta. Insistimos a partir de aquí en el peligro de muerte que representa para los demás cada estado regido por quienes dicen no ser “ni de izquierda ni de derecha” alegando las ventajas de servirse de “lo mejor” de cada postura filosófica. El verdadero comunismo, el marxismo furioso dispuesto a los peores crímenes, destrucciones y latrocinios no tendría chance de imponerse en ninguna parte de no existir la socialdemocracia. Cuando D´aubuisson hablaba de los democristianos llamándolos sandías –verdes por fuera y rojos por dentro –aludía a todo aquel giro ideológico que busca acaparar a los descontentos de los dos extremos; lo que no confirma que sólo dos posiciones existan, no son dos o tres, la realidad es riquísima, son en verdad toda una dimensión, pero distinta.
   Los famosos “sandías” son, desde hace décadas los árbitros del mundo y siempre deciden a favor de la subversión. Manejan todos los resortes internacionales para hacer bailar a su gusto como una grotesca marioneta sin rumbo a cada país del planeta. Hay gobiernos socialdemócratas, pero también instituciones, agrupaciones “culturales” y “cívicas”, organismos de “derechos humanos” y otras sociedades semejantes controladas por esta ideología , quien a su vez depende, como los comunistas más duros, de la Internacional Socialista, la cual para sorpresa de muchos, suponemos continúa operando como en sus verdores primeros.
   Comencemos por los gobiernos de tendencia socialdemócrata: lo son casi todos los de la tierra en nuestro tiempo; lo eran en gran medida desde los 60 a los 90`. El agravante en casi todos los casos es que en la carrera presidencial quienes les disputaban y disputan el poder en las elecciones…también son socialdemócratas. En décadas pasadas, aún la derecha gozaba de cierta influencia en unos cuantos países y de tanto en tanto, ganaba elecciones. Ahora, incluso los partidos de esa raigambre han sido paulatinamente infiltrados de ideas socialdemócratas bajo el pretexto de “progreso” y “modernidad”, sumándose en consecuencia, a la comparsa socializante general.
   Digamos que el universo político mundial es de una pobreza intelectual y espiritual vergonzosa. Se discrepa en muy pocos puntos, llegándose a un chatísimo y ramplón “unicato” que ninguna elección puede cambiar. Decimos esto último porque en general los demás candidatos representan la misma ideología e intereses, con ligerísimas variantes. La mal llamada “derecha” apenas difiere en lo económico de las demás ofertas electorales pero aun así se inclina no por una economía de emprendedores independientes redundando a la larga en beneficio de todos, sino por monopolios asfixiantes cuyos integrantes pertenecen a la misma banda de mafiosos allegados a cada gobierno de turno, conformándose así una red mundial caracterizada por impedir el surgimiento de empresarios libres apoyados en su esfuerzo individual.
   No existe gran diferencia entre una economía dependiente en un todo del estado y aquella controlada por grupos monopólicos patrocinados directamente por la Internacional Socialista…  “¿Empresarios socialistas? –dirán ustedes -¡Qué disparate!”. Y sin embargo los hay. Ellos se sirven del dinero que hacen a manos llenas, pues carecen de competencia libre, para comprar conciencias y destruir todo germen de pensamiento independiente. La finalidad de esta gente no es el dinero en sí, sino poder hacerse dueña gracias a él, de los medios de comunicación, la salud, la educación y por supuesto, la producción de alimentos. El comunista influyente, contra la creencia popular, no es pobre…suele ser varias veces más rico que un derechista verdadero.
   Y sin embargo no es esta la faceta más peligrosa de la socialdemocracia sino cómo favorecen sus exponentes el desarrollo de la subversión. En la ONU, la OEA, la OTAN o cualquier organismo de éstos, nacidos después de la Segunda Guerra Mundial, los representantes de países en los cuales gobierna la socialdemocracia, jamás han votado sanciones contra Cuba, en su momento la Unión Soviética, China o Libia cuando gobernaba Khadaffi, por citar unos pocos ejemplos. Tampoco hubo votos a favor de Taiwán como encarnación de la verdadera China libre y se le otorgó en cambio, esa dignidad a la de Mao, la China comunista, rica en violaciones a los derechos humanos y conocida por la explotación sistemática de su ciudadanía. Incluso los EEUU se pronunciaron a favor de los maoístas en esa oportunidad. El mundo permanece, entonces, inamovible en un sentido socialista general puesto que casi todos los estados tienen gobiernos “de tercera posición”….y estos votan siempre con los comunistas. Vale la aclaración anterior que no es que no exista una tercera, cuarta u otras, sino que sean reales o falsas.
   El marxismo es sumamente minoritario en el mundo, por lo cual, de mediar una oposición firme a sus políticas por parte de los otros países, hace tiempo hubiera dejado de ser un peligro internacional. Como contraste, se puede señalar que a la hora de condenar a un “dictador de derecha” – casi siempre, en realidad un patriota decididamente anticomunista y republicano por convicción – como Stroessner, Pinochet, Ferdinando Marcos o Anastasio Somoza (h), los mismos que rechazan toda crítica al atropello a los derechos humanos en Cuba, Nicaragua o la Camboya de Pol-Pot, se pronuncian en bloque por su derrocamiento, juicio y si la voz de la prudencia no los llamara a sosegarse, ejecución de los mismos. No les preocupa la represión ni la muerte de quien “piensa diferente”…les molesta en realidad, que alguien se atreva a ponerle freno al poder rojo.


Sin embargo, todo lo antedicho no es lo peor a lo que podríamos enfrentarnos. Lo más triste e incomprensible es la actitud de los pueblos ante este incoherente comportamiento. Protestan cuando una injusticia de tal naturaleza sucede, pero a los pocos días la olvidan, retoman su vida de todos los días y dejan a un lado la cuestión principal sin hacerse el cuestionamiento del millón: quien permite que en el mundo las cosas sigan así y se resuelvan en un 99,9 % de los casos, en favor de la izquierda. El problema es la nueva dirigencia mundial en su conjunto cuyas simpatías inocultables por las dictaduras de izquierda, aunque sus métodos no les caigan muy en gracia, son ya demasiado notorias. Ella decide quién será o no candidato por cada uno de los partidos políticos existentes en el mundo y si queda alguno de derecha apartan al núcleo histórico del mismo para colocar en su lugar a monigotes socialdemócratas alegando se trata de un ala “renovadora “ y “joven”, imprescindible para el recambio generacional y la “rotación de ideas”.
   Resulta sorprendente que en general, la militancia no rechace esta sutil imposición y hable laudatoriamente de los nuevos representantes de su instituto político. Confunde el dejar paso a las generaciones jóvenes con un cambio de base ideológica. Los partidos de derecha están perdiendo su identidad y mimetizándose con su entorno, todo como causa inmediata de los trabajos de la socialdemocracia, quien además adoctrina a la juventud instruyéndola a medias, a fuerza de slogans, de frases hechas y enseñándole a actuar de modo pragmático echando el heroísmo, el verdadero estudio y la entrega total por una causa, al cubo de la basura. La cultura de redes sociales, con su cómoda superficialidad, facilita la decadencia de lectura, reflexión serena y verdadero conocimiento; por ello es muy favorecida.
   A la socialdemocracia se debe la permanencia en el poder de un asesino serial y disminuido neuronal como Nicolás Maduro Moros, de Evo Morales, un irresponsable con la edad mental de un niño de siete años, de un viejo asesino de bajos instintos y permanentes deseos de venganza o de un enfermo mental como Tabaré Vázquez cuyos discursos públicos rayan en lo surrealista. Hace un año justo, cuando el M.U.D triunfó en las legislativas de Venezuela y el pueblo salió a las calles a luchar, los irreflexivos de siempre aplaudían imaginando que el tirano estaba a dos pasos de caer…Aquí sosteníamos lo contrario: no caería. No lo haría porque en ningún momento los gobiernos de Francia, España, los EEUU, Inglaterra, Argentina y otros países del mundo donde ya no gobierna la izquierda dura plantearon siquiera la posibilidad de hacerle abandonar el poder por la fuerza a Maduro… Una vez más hablaron de “diálogo”, de “entendimiento”, de ver como “solucionaban aquello por las buenas” frente a la sangre derramada de miles de manifestantes a quien no se les dio nunca la opción de sentarse a negociar. Para ellos, la única respuesta fueron las balas, la cárcel, los tanques aplastándolos… Trump exclamó aparatosamente como siempre, que su paciencia se “había terminado”…lo cual por supuesto no fue ni remotamente así. Tanto como en el caso del coreano revoltoso, parece su paciencia singularmente elástica… El más elemental realismo nos indica que las reales diferencias de orden profundo no pueden sino ser superadas, hasta cierto punto, en función de un análisis que requiere de uniones contra los enemigos más formidables que nunca se han presentado a la humanidad. En este sentido no podemos realizar sólo alianzas ideales.
   Hacerlo de otra forma sería, o un error propio de absolutos necios o fanáticos delirantes, que no desemboca más que en una traición que restaría fuerzas para la resistencia vital que el planeta está necesitando.

   Conclusión: los comunistas violentos y salvajes son un puñado con el cual se terminaría en pocos días (no digamos ya meses), de mediar la voluntad firme del llamado “mundo libre”. No existe dicha voluntad. El marxismo revolucionario – afirmación redundante en sí misma…no hay otro tipo de marxismo –puede seguir asesinando gente, empobreciendo estados antes prósperos , destruyendo culturas únicas en el mundo, encarcelando disidentes y atacando a seguidores de una religión determinada, en especial si es cristiana, solo porque la socialdemocracia así lo ha decidido. Esta decisión no es caprichosa. Obedece al respeto mutuo que ambos grupos se tienen por afinidad sino metodológica, ideológica.


   El pensamiento correcto que se pretende imponer lleva implícito dos pesos y dos medidas diferentes: una es para liberales y marxistas –unidos más de lo que parecen en un aquelarre cultural desapercibido –y la dimensión auténtica de la salud ético-política: la derecha verdadera.  Si el comunismo mata a un derechista, el socialdemócrata se rasgará las vestiduras en público diciendo que hubiera sido mejor proceder de otro modo pero no niega la necesidad de castigar al individuo en cuestión y en el fondo se alegra de su muerte…También él piensa que se trataba de un “asqueroso oligarca”. También él es partidario de promover el matrimonio gay, el aborto, la despenalización de las drogas y las teorías de género. Su enemigo no es entonces, como planteamos al principio, el comunismo sino la derecha, derecha que dicho sea de paso es neutralizada cada día no quedando sino la lejana sombra, allá lejos en los anales de la historia, de algunos de sus exponentes.
Tal es la situación actual y mientras tengamos tiempo, esperemos poder cobrar conciencia de ella. Si el comunismo estuviera solo, ya no sería un problema.
De pronto, viene a nuestra memoria, la imagen de un hombre recio, valiente, sin pelos en la lengua, que de un solo y certero machetazo, parte limpiamente al medio una sandía…Quien así hiciera en nuestros años de podredumbre y miseria moral, habrá visto claro.

RAÍCES.
   No, no voy a escribir un compendio, ni una revista del magnífico libro debido a la pluma de Alex Haley, aunque sí va a ser un alegato contra la esclavitud a mi manera.
   Los pueblos de la tierra han descubierto por la dolorosa experiencia del sufrimiento en carne propia lo que es el socialismo; han sentido, no ya visto, ni leído, que el socialismo trae miseria , violencia, odio , disolución de vínculos afectivos, caos social, degeneración, relativismo religioso cuando no franca indiferencia o ateísmo militante , chatura intelectual y amoralidad acentuada. No están dispuestos a tolerarlo más. Se debe ser tonto o ciego para no percibir los deseos de quienes cargan con gobiernos colectivistas, de sacudirse el yugo de una vez y para siempre. Y sin embargo, les es imposible… ¿Por qué? Porque les falta contrapartida, porque no tienen ante sí opciones válidas por las cuales decidirse. Esta dolorosa realidad se repite de Alaska a Tierra del Fuego, de Oceanía a Irlanda, de China a Finlandia, de Escandinavia al sur del África. No se trata de la obstinación de los pueblos de permanecer comunistas: la realidad no les ofrece un cambio total de modelo por el que puedan decantarse.
   Una vez más nos encontramos con que parte del gran capital – lo que podría resultar paradójico, pero a estas alturas ya es una realidad constatable con nombres y apellidos - pone sus fichas en la ruleta de la izquierda e impide a la derecha trepar posiciones políticas. ¿Cómo se entiende esto? Fácil, sin embargo. El gran capital, como el marxismo, no tiene patria y le conviene el poder en una sola mano para manejar todo a su antojo. También se inclina por los monopolios económicos y la conducción de las sociedades a un estado de mediocridad cultural abyecta para llevarlas de la nariz hacia los intereses que ellos tienen en mente. No es casual que muchos millonarios hayan apoyado con importantes sumas de dinero revoluciones comunistas y desórdenes en varios puntos del globo, que estallan sorpresivamente en forma simultánea y bajo características muy similares en todos los casos. El comunismo no podría actuar por sí solo de no contar con inmensas sumas de dinero y personajes muy poderosos que amparan las acciones terroristas o cualquier estrategia a corto o largo plazo que este decida llevar a cabo.
   Ellos financian esta confusión mundial de la que hasta ahora han extraído pingues ganancias, pues el socialismo no favorece, como muchos incautos lo creen, a los pobres, sino a las megafortunas internacionales que apuntan a quedarse con las propiedades de la mayoría de los ciudadanos y con las llamadas “fortunas nacionales”, es decir, los ricos locales de cada país tomado por separado, quienes efectivamente proporcionan empleo y crean prosperidad allí donde se establecen. Los archimillonarios internacionales no favorecen la iniciativa privada ni el cuentapropismo, los cuales engendran a su vez , una clase rica local que da trabajo y una clase media emprendedora y de buen pasar económico, sino que se inclinan a un estatismo totalizador que se muestra engañosamente capitalista siendo que en la realidad es socialismo …¡Y del más duro! Debemos entender cuanto antes el gran juego mundial de los supuestos dos extremos. Primero la derecha liberal le hace el juego a la izquierda marxista… pero ahora está se ha convertido en el tonto útil de la otra. Atrás hay otra realidad escabrosa.

   Como lo he dicho, los pueblos de hoy, cansados de que el poder político y económico se concentre en una sola mano internacional piden un cambio, piden por fin la derecha, pero la derecha clásica, la verdadera, no este remedo de derecha que se ha inventado el gran capital para colaborar, en el fondo con el comunismo. Por lo que se lee en las redes sociales, la gran mayoría desea volver a las fuentes del pensamiento derechista, las raíces a las que aludimos en el título de este artículo, a un mundo lógico y cuerdo en el cual quien trabaje prospere, quien tenga ideas propias pueda llevarlas a cabo, por sobre todas las cosas, donde la individualidad alcance su máximo desarrollo y dé de sí todo su potencial. El éxito de la aplicación un modelo económico en un país determinado se mide por la cantidad de clase media que éste posee y por el poder adquisitivo y la educación que ella detenta.
   Se debe apuntar pues, al desarrollo de la iniciativa privada REAL y no solo a la instalación de grandes monopolios extranjeros que frenan el desarrollo de tal iniciativa, sin la cual no existe derecha alguna, sino un remedo de tal. Por supuesto que las inversiones extranjeras no son un anatema; son necesarias en su justa medida. Sin embargo un país realmente libre debe tender a favorecer la aparición de riquezas nacionales y de pequeños propietarios deseosos de abrir sus negocios propios – o prosperar como profesionales -; de otro modo, se tendrá un estado que puede ser capitalista en los papeles, pero en realidad está basado en premisas socialistas.
   Un país que cuenta, por ejemplo, con demasiadas cadenas de restaurantes, supermercados o “drugstores” – como les llaman ahora a ciertos pequeños comercios que venden de todo – será parecido a aquellos en los que quienes languidecían tras la Cortina de Hierro sólo podían adquirir la mercadería deseada en los grandes almacenes del estado. No en vano he citado al rubro gastronómico…Las hamburgueserías como “Mac Donald`s” o las cafeterías al estilo “Starbucks” se parecen demasiado a los sitios de expendio de comida (llamarlos restaurantes sería elogiarlos demasiado) de la URSS o China Comunista. Al no existir en el comunismo, actividad privada, la gente iba a tales gigantescas fondas a hacer colas interminables, de pie, con bandejitas en sus manos para ser servidos en un frío y blanco mostrador por empleados de rostro vacío e impersonal , luego regresar con el pedido a una mesa de fórmica o madera pelada, sin mantel y deglutir allí alimentos en serie, sin gusto, en platos de cartón o plástico y beber de vasos ciertamente no de vidrio…Aunque el colmo de la aberración llega cuando nos avenimos a tomar el café así …Un detestable café agrio seguramente peor que el de cualquier cafetería regenteada por una familia particular que ama el oficio.
   En realidad, una de las únicas diferencias apreciables entre el modelo comunista de sociedad y el moderno que se llama a sí mismo “no comunista” – jamás se autotitula “anti comunista” y juzgo que la diferencia, aunque sutil, no es menor – es que en el segundo está sobre estimulado el consumo de bienes, como si adquirir objetos fuese la finalidad de la vida del hombre…y aunque el dinero para darse a tan insólito pasatiempos no siempre alcance.

Lo que se moldeo por siglos ha tenido una cristalización por la cual, en sólo unas décadas ha manifestado una vitalidad agonista (valga) al perfilar el paradigma de la cultura liberal-marxista a la que debe oponerse no tan sólo una contestación teorético-política, sino un TALANTE VITAL que irradie y distinga nítidamente sobre los grises.
   La conclusión obligada es que en nuestro mundo moderno vivimos sumergidos en un socialismo enmascarado donde el individuo es reducido al engranaje de una cadena, donde no son tenidas en cuenta sus aptitudes naturales, donde no es un hombre sino una “cosa” y donde si ya no es necesario en la cadena productiva universal, es arrojado a un lado como a un viejo envase de leche vacío al que nadie quiere. Allí donde el individuo no prospera ni es tenido en cuenta, no puede decirse que esté gobernándola derecha.
   Esto reclaman los pueblos del mundo y es esto lo que precisamente no obtienen. Una regreso a las raíces ideológicas de la derecha clásica. La gente quiere volver a comprar zapatos en la zapatería de su vecino “fulano de tal”, ir a las salas de cine de la familia de “zutano de cual” y obtener su comida diaria en almacenes, ferias, verdulerías y fruterías de barrio. Si desea regalarse con familia y amigos irá a un restaurante de dueño conocido, donde el camarero le traiga el menú, cambie unas palabras con él y hasta termine hablándole de fútbol y de política. Esa es una sociedad de individuos, no de robots masificados programados para trabajar para otros. Si un país se proclama no comunista pero tiene más empleados que cuentapropistas….pues hay que desconfiar de ese “no comunismo. Es infantil caracterizar como comunismo al sano anhelo de justicia, como es insultar la inteligencia el creer que el socialismo no es revolucionario.   Volviendo a lo antedicho, los pueblos que ya han probado el socialismo reclaman un retorno a las raíces libertarias que han sido siempre los motores de la vida de los hombres sobre la tierra. Piden que los dejen “ser” que Pedro se diferencie de Juan pudiendo desarrollar sus dotes propias, sus talentos y virtudes. Cualquier sistema que se lo impida no podrá definirse sí mismo como “de derecha”, así como tampoco puede calificarse de derechista un gobierno que apruebe leyes que menoscaban la dignidad del hombre o glorifican la muerte, como el aborto, la legalización de los alucinógenos, el matrimonio homosexual y, entre otros tantos tópicos, la adopción de niños por parte de parejas de un mismo sexo.
   Aquella agrupación cívica que le “vende” a su electorado que hará una política derechista al alcanzar el poder pero al darle éste la confianza de su voto y llevarlo al triunfo, vira, contemporiza con los monopolios y se rinde a las premisas anti valores propias del comunismo, se tornará tan comunista como aquel oponente al que se enfrentó en las urnas. Habrá estafado a su pueblo y lo habrá sumido en el desencanto y la desilusión.
   Esto es, a mi juicio, lo que está sucediendo actualmente. La derecha es inexistente en el mundo y cada vez más, o por miedo a no ser lo suficientemente “moderna” o por responder a intereses creados de la más diversa índole, traicionan a los hombres y mujeres de su patria adoptando puntos de vista sino absolutamente comunistas , sí al menos social demócratas. Una prueba práctica más de cómo va permeando la cultura involutiva izquierdista a los políticos light, que en su egoísmo radical no ven los rumbos dolorosos a los que están empujando a sus naciones.
   Es hora, pues de escuchar la voz de los verdaderos pueblos de la tierra. Es hora, señores de la derecha, de evitar que nuestro árbol caiga y deje de dar frutos. Es hora de volver a la ideología que nos sustentó hasta el momento presente y se demuestra imbatible porque responde a la misma naturaleza humana. Es hora de volver a las RAÍCES