En triste constatación de que las cosas no
cambian mayor cosa, presento esta situación macóndica
(del eterno estar de Macondo). Un art. publicado en el periódico digital
del economista y amigo chileno Claudio de Rosas, el cinco de noviembre de 2011,
comentando nuestra situación electorera. Agregué grabados.
REFLEXIONES SOBRE CAMPAÑAS Y LIBERTAD
Por Roberto López-Geissmann.
Es una labor romana tratar con mesura, buscar
el equilibrio e intentar la difusión de algunos conocimientos, porque la
inveterada falta de reflexión, el hartazgo de propaganda y pasiones, unida a la
moda de la utilización de argumentos zafios, ordinarios, baratos y de la mayor
superficialidad, hacen a un lado cualquier intento de que se piense, se
distinga y se aclare la mente. Esto sucede con la mayor facilidad cuando muchas
personas, nada tontas, observan que bajo el ropaje de La Libertad se escudan
grupos interesados únicamente en la realización o crecimiento… de sí mismas y
de los suyos, importándoles un bledo el resto, sean “mayorías o minorías”. Que
esto es cierto, que ocurre, que es una realidad, es innegable; negarlo es ya
signo de malicia o estupidez.
Pero –ojo, lector, con lo que sigue – son igualmente
verdaderas las siguientes proposiciones: 1) Aprovechados, farsantes, hipócritas…
hay en toda la viña del Señor, como también existe gente correcta y decente,
por lo que no se puede tomar el rábano por sus hojas y juzgar a todos por
algunos, siendo lo prudente apoyar a los honestos y, más aún, acercarse y
participar en cualquier campaña o tras cualquier idea en la que pensemos que es
valiosa. 2) Más importante aún es NO DESECHAR una idea o principio estupendo
porque coyunturalmente se encontrare enarbolado por algunos que juzguemos que
no sean los mejores representantes del mismo; así, en el ejemplo, la valiosa
Libertad no dejará de brillar en su excelso contenido porque una mano (o boca)
sucia exponga sus colores, así como un diamante en fango siempre seguirá
siéndolo; recordemos que el diablo puede citar las Escrituras, sin restarles
verdad.
Con lo anterior hemos querido significar
que tenemos la responsabilidad de ir más allá de la frase hecha y la opinión
masificada, de superar cualquier tipo de sentimentalismo y luchar contra
nuestras propias debilidades, para lograr una evaluación serena y valiente, que
sin duda estará más cerca de la verdad que otra cargada de opiniones ajenas y
resentimiento. Sólo un esfuerzo de esta índole podrá llevarnos a la toma de
decisiones que vayan más lejos de nuestras narices y que obremos en función del
Bien Común y del mejor interés de nuestros hijos. Que ninguna opción está a la
altura de nuestras necesidades… puede ser cierto, pero recordemos, como dijo Da
Vinci: Si el artista quiere una belleza
digna de su mérito es dueño de crearla. Para mientras, nuestro deber
consiste en escoger cuál opción nos permite seguir en “la lucha por el
Derecho”, la Justicia
y la Paz Integral ,
y con qué otra se nos podría privar de la mera posibilidad de intentarlo,
arrebatándonos hasta la esperanza. De esta decisión dependerán muchas vidas y
muertes.
Por desgracia –esto es un decir, pues no
podemos renegar de la creación –, la Naturaleza es implacable y sus leyes deben
cumplirse; así como si te lanzas de un precipicio, te despeñas y si pones tus
manos al fuego, te quemas… de igual forma las relaciones del hombre en sociedad
tienen su forma intrincada aparentemente de sucederse y, de no seguirse sus
leyes es harto difícil llegar a donde se quiere. ¿De qué va todo esto? Veamos…
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